"La Felicidad no se busca, se encuentra"
El libro del que os hablo hoy es muy cortito, o
al menos se lee rápidamente, en un par de horas como mucho, pero que el tamaño
no os engañe: es un pequeño pero gran libro que engancha, emociona y que da
valiosas lecciones sobre, precisamente, lo que pongo en el título de este post:
encontrarse a uno mismo y hallar el camino que todos, en algún momento de
nuestra vida, perdemos.
Lo cierto es que no soy muy de leer libros de autoayuda,
no me van demasiado pero el ejemplar que guardo en la cabecera de mi cama lo
encontré hace mucho en una estantería pequeña de un centro comercial y, como
muchos libros antes que él, algo me llamó y supe que me convenía leerlo porque
me iba a gustar. Este no es un libro para cuando estas en plan depresivo, ni
siquiera para los tristes o melancólicos (que también les ayudaría), no, es un
libro que le enseñará a cualquiera persona que lo lea, de manera sutil y en
forma de fábula, unas pautas que en el fondo todos tenemos y sabemos pero que,
de vez en cuando, viene bien echarles un ojo y mantenerlas firmes para evitar
que el día a día las arrolle y que acabemos perdiéndolas de vista.