Hoy quiero hablaros de la
escapada familiar que he hecho a Estambul, en Turquía. Una ciudad fantástica
que tiene mil lugares por descubrir y
por visitar, todos bajo un encanto casi mágico que hace de la visita a la ciudad
una gran y bonita experiencia para aquel que quiera ir a pasar unos días.
Lo primero contaros que estuve 6
días, cinco noches, aunque realmente se pueden reducir a cuatro días completos porque
el primero llegamos por la noche y el día de la vuelta nos fuimos antes de
comer por lo que tuvimos cuatro días para movernos por la ciudad y os voy
diciendo desde ya que no da tiempo a verlo todo. Sí que es cierto que
prácticamente lo más importante si que lo vimos aunque nos dejamos algunos
lugares como el interior del Palacio de TopKapi o el de la Torre Gálata de los cuales más
adelante os iré dando detalles; pero al margen de los lugares más turísticos
Estambul es un lugar para perderse e investigar en profundidad cada uno de sus
rincones porque hay mucho más que ver además de lo principal. Nosotros tuvimos
suerte porque fuimos guiados por mis tíos que viven allí y, por lo tanto,
conocían muy bien la ciudad y nos enseñaron e indicaron lugares tanto para visitar
como para comer en los que no hubiésemos reparado sin ellos.
PRIMER DÍA
Pero para hacerlo bien vayamos
por partes, el primer día decidimos ir a visitar las dos grandes mezquitas que
están una junto a la otra, la Mezquita de Santa Sofía, actualmente convertida
en museo y la Mezquita Azul, lugar de culto y por lo tanto con un horario más
restringido para poder entrar debido a que hay que respetar las horas de
oración.