LUGARES DONDE DORMIR Y RESTAURANTES PARA ALEGRARSE EL PALADAR
Tras haberos contado pequeñas
porciones de esta bonita ciudad en el
post anterior, narrándoos qué podéis ver
y la historia que encierran tras sus muros y en sus calles es el momento de
contaros mi experiencia en cuanto a la restauración y a la hostelería que
alberga la ciudad.
En cuanto al tema de dónde dormir
como casi siempre que viajo elegí mi hotel bastante tiempo antes y más siendo
la fecha de San Valentín la que caía en mi fin de semana. Había varios hoteles
que me interesaban, y aunque inicialmente
estuvimos mirando un par de hoteles de estilo más lujoso y caro al final nos decidimos por uno más sencillo. Había un par que nos
gustaban que se ponía facilmente en 100 euros la noche como era el Hotel Don Felipe situado en el centro de la ciudad con
habitaciones muy amplias con grandes ventanales de bonitas vistas a la ciudad y
con jardín, y, algo más barato, el Hotel de San Antonio El Real (imagen de la izquierda) ubicado junto al acueducto y ubicado un monasterio restaurado que
alberga un claustro precioso. Este último personalmente me llamaba mucho la
atención y la verdad me encantaría ir, pero finalmente y por razones obvias
acabamos recortando las opciones quedándonos con la Hostería Natura, un
hotelillo que nos costó 55 euros la noche, situado a cinco minutos andando de la catedral, bonito y sencillo que
tenía el detalle de la ducha de hidromasaje que nos apetecía probar y, aunque
con el mal tiempo no se le da importancia, también elegimos una habitación con
balcón y vistas a la ciudad, que daba a una calle estrecha que, a la derecha,
permitía ver la catedral de fondo.