A veces las cosas pasan de repente, sin itinerarios. Tu vida
da un vuelto y claro, no estaba previsto, ni anotado en esa agenda que lleva muerta
de risa todo el año. No había una previsión de futuro sobre que algo así
pudiese pasar, justo y en el preciso momento en que tanto necesitabas tener
estabilidad… pero a veces la vida es así, a veces las cosas pasan, de repente,
no hay porqué buscarlas un por qué, ni porqué intentar darlas una explicación;
a veces, simplemente, pasa.
No estaba previsto ¿y qué? Hay muchas cosas que nunca lo
están, pero eso no significa que no tengamos derecho a tomarnos un momento para
recuperar el aliento. Todos sabemos lo que es sentir que el mundo gira a una
velocidad superior a la nuestra, querer que, aunque solo sea por un día, el
mundo vaya un poco más despacio, solo un poco, para que te dé tiempo a coger
aire y a subirte de nuevo al carrusel de la vida, ese que nunca deja de girar. Pero
el mundo no para, la vida sigue, con o sin ti.