La película sobre el equipo de periodistas que destapó los abusos sexuales a miles de niños por parte de la Iglesia Católica gana el Óscar a Mejor Película y a Mejor guión original
Como periodista licenciada que
soy en cuanto vi el tráiler de Spotlight quise ir a ver la película al cine.
La
verdad es que a veces me cansa usar la gran pantalla solo para ver películas de
acción, películas con grandes efectos especiales pero sin mucho que decir, o al
menos nada que atraviese la pantalla y se enganche al pecho del que lo está
viendo.
Spotlight, dirigida por Thomas McCarthy, no tenía pinta de ser de esas películas palomiteras, si no
todo lo contrario: es una película hecha para enseñar cómo un grupo de periodistas
del Boston Globe llegaron a desvelar los casos de pederastia por parte de la
Iglesia Católica a miles de niños.
Así que hace una semana fui con mi pareja a verla al cine, obviamente sabía que me echaría un poco de sal en la herida, y también sabía que como periodista tenía que gustarme, porque es de esas películas que hacen que los estudiantes quieran ser periodistas: desvelar la verdad, poner al descubierto a los malos… sin embargo Spotlight es más que eso, es un trabajo de investigación en sí misma, una reconstrucción de los pasos que esos magníficos profesionales (de esos que hacen que la palabra periodismo tenga sentido), dieron para poder destapar uno de los mayores males de la sociedad: el abuso sexual a miles de niños por parte de la iglesia.
Así que hace una semana fui con mi pareja a verla al cine, obviamente sabía que me echaría un poco de sal en la herida, y también sabía que como periodista tenía que gustarme, porque es de esas películas que hacen que los estudiantes quieran ser periodistas: desvelar la verdad, poner al descubierto a los malos… sin embargo Spotlight es más que eso, es un trabajo de investigación en sí misma, una reconstrucción de los pasos que esos magníficos profesionales (de esos que hacen que la palabra periodismo tenga sentido), dieron para poder destapar uno de los mayores males de la sociedad: el abuso sexual a miles de niños por parte de la iglesia.
Ayer esta película con un alto
contenido político fue galardonada como mejor película en la gala de los Óscars y no es para menos, porque esta película debió ser difícil de pensar y de
hacer: no es solo que hagan que la historia y el proceso de investigación que
se siguió sea comprensible para el espectador, no, es que además necesita entretener
y emocionar para que este quiera saber más y no se aburra en los entresijos de
una historia que merecía ser contada.
Encontraremos una película prácticamente
alejada de la vida privada de los protagonistas, con unas pocas pinceladas que
destacan las consecuencias personales de tan dura profesión, pero sin adornos,
todo para no quitarle importancia a la historia central. Hechos para crear una
película sobre una sola cosa que, ya no es tanto el abuso en sí mismo de los
curas hacia diversos menores, como el poder que esto supone: el poder de una institución
sobre una comunidad o, de manera más simple, la imposición de aquellos que
tienen el poder (y abusan de su cargo) sobre aquellos que no lo tienen.
Spotlight va directo a este
punto, dejando de lado todo lo superfluo, sin sensiblerías y permitiendo ver la
dureza de una realidad y de una historia que, sin embargo, como bien dice el
director Liev Schreiber a su equipo, "no está en los curas como
individuos, está en la institución; práctica y política. Hay que apuntar contra
los males del sistema". Un sistema que protege al pederasta y que se
encarga de cerrar la boca de aquellos que intentan hablar.
El cómo está enfocada la
película, el hecho de que tenga un enfoque frío y meticuloso que se acerca más a
un cine estilo años 70 que a las actuales películas hollywoodiense, permitirá ver y analizar, junto con los
protagonistas, cómo avanza el proceso de investigación.
Obviamente no es un tipo de cine
que le guste a todo el mundo: la falta de sensiblería barata e incluso del
sensacionalismo en el que se podía haber caído para hablar de un tema tan
traumático como es que un niño vea violada su intimidad y se le obligue a un
primer acercamiento al sexo precoz y violento, podría haber sido un filón a
explotar, sin embargo - y menos mal - no es así e incluso cuando los propios
niños, ya de adultos, cuentan su historia, no hay drama, solo datos: dureza en
estado puro.
Sin embargo esta falta de
sentimentalismo no le quita peso a la historia, ni tampoco corazón: la implicación
de los propios periodistas, cuando el rol de Rachel Mcadams se encuentra en
controversia y deja de ir a la iglesia, la lucha constante por dar voz a las
víctimas incluso por encima de la desgracia del 11-S… todo ello hace que se
pueda ver cómo afecta la trama del reportaje a los propios periodistas, dándole
importancia personal al hecho sin perder objetividad.
Por supuesto nada de esto sería
posible sin un reparto impecable que realiza un trabajo muy cuidado donde se
aprecia algo importante: todos cumplen con su papel pero ninguno sobresale
sobre los demás, lo que también hace que haya una imagen de equipo más realista.
El único que quizás destaque más es Mark Ruffalo (nominado - pero no ganador -
del Óscar a mejor actor de reparto), pero, como se deja ver en la película, es
más por el propio carácter del personaje o rol que interpreta: Michael Rezendes, cuyas peculiaridades
y forma de ser marcarán mucho el ritmo de la película y también el avance de la
investigación.
Algunos datos relevantes sobre la
película:
Spotlight, el grupo de periodista
de The Boston Globe destapó no solo los abusos sexuales a menores en
Massachusetts, sino también la complicidad de la estructura eclesiástica para
encubrir a 249 depredadores de niños, solo en esta diócesis.
El artículo inicial en el que el
equipo de Spotlight trabajó durante un año para poder destapar el asunto
concluyó datos como que alrededor del 10% del clero de Boston estuvo implicado
en los abusos sexuales a niños, así como que el padre Geoghan había abusado, al
menos, de unos 130 niños entre 1960 y 1998.
También se determinó que todo
esto ocurrió bajo conocimiento y aprobación del Cardenal Law, a quien en la
película (y en el artículo) relacionaron directamente con el abuso a los
menores.
Tras la publicación del artículo se
denunciaron más de 600 casos nuevos, destapando la caja de pandora: decenas de
diócesis norteamericanas vieron salir a miles de víctimas del silencio
sepulcral impuesto por la iglesia y denunciaron.
Como consecuencia de estas
denuncias una veintena de obispados de Estados Unidos tuvieron que pagar indeminaciones
millonarias, por lo que muchas diócesis se declararon en bancarrota.
Antes de que todo saliera a la
luz todos los abusos se solventaba del mismo modo: se sacaba al sacerdote de la
parroquia afectada, se le trasladaba a otro lugar y se le deba una pequeña indemnización
a las víctimas que, en ningún caso, superó los 20.000 dólares y que obligaba a
la familia firmar un acuerdo de confidencialidad.
Poco después de la publicación
del artículo Law tuvo que dimitir y se escondió (y sigue estando escondido) en
el Vaticano, huyendo de un juicio que, si se realiza, le podría llevar a la cárcel.
Law, que fue protegido por el
Papa Juan Pablo II, se comenta que fue expulsado por el Papa Francisco, como
una de sus primeras decisiones, echándole de sus estancias en la basílica de
Santa María la Mayor. Aun así se duda de que en algún momento llegue a rendir
cuentas ante la justicia.
Conclusión final
Spotlight es, en definitiva, una guía moral y profesional
para el periodista, y por ello es también un triunfo del cine, del periodismo, de
la investigación y de los derechos civiles. Es una oda al trabajo bien hecho y
por ello, como periodista, como investigadora y como persona, me alegra que
hicieran esta historia, que la hayan contado tan magníficamente bien, y que le
hayan dado el Oscar a mejor película.
* Todas las imágenes de este post han sido sacados de las fuentes de imágenes de Internet
* Los datos recopilados en el punto "Algunos datos relevantes de la película" han sido publicados por un artículo de eldiario.es
Me gusta tu análisis, si te digo la verdad llevo varios años desconectado totalmente de los Oscar y otros premios cinematográficos y no me entero de a quién nominan y a quién no, me acabo enterando por la prensa de los ganadores. Esta película ni siquiera la había oído nombrar en ningún lado, supongo que el tema del que trata tendrá algo que ver, en fin, me la apunto como futurible.
ResponderEliminar¡¡Salud!!
Si te digo la verdad yo fui a verla sin saber si quiera que estaba nominada a mejor película. Yo no me suelo guiar mucho por los Oscars, como tu dices también ando bastante desconectada, pero esta película en seguida me llamó la atención por la temática y porque, como no, soy periodista.
EliminarMe alegra que te haya gustado mi análisis y espero que si la ves te pases de vuelta a darnos tu opinión ;)
Un abrazo