Un libro sobre la proximidad incompleta, sobre el encuentro imposible, sobre el "estar juntos" pero no lo suficiente para tocarse de verdad.
La soledad de los números primos describe, con la metáfora de lo que los
máticos han denominado “números primos gemelos”, la vida de Alice y Mattia.
Estos números especiales son algunos como el 11 y el 13 o el 41 y el 43,
números que están casi juntos pero entre los cuales existe siempre otro número
que les impide tocarse. Así son Alice y Mattia, dos personas que, desde su
juventud y por acontecimientos que les han ocurrido en su niñez, están
destinados a querer estar juntos pero
siempre habrá barreras que impidan que lleguen a tocarse de verdad. Este libro
trata de la vida, de las personas y del amor que circula por ambas en los
tiempos que corren, de la dificultad de encontrarlo y de reafirmarlo o
mantenerlo sujeto. Así son Alice y
Mattia, dos personas cuyas vidas han quedado condicionadas por las
consecuencias que han vivido en su niñez y, pese a la fuerte atracción que los
une, la vida erigirá entre ellos barreras invisibles que pondrán a prueba la
solidez de su relación.
Desde los dos primeros capítulos su autor, Paolo Giordano, marca un recorrido a sus
personajes que, se ve, no va a ser fácil de llevar. De esta forma nos narra acontecimientos inquietantes e inesperados que marcarán el resto de la historia y que nos adentra en un mundo de silencios y grandes
errores que parecen no tener marcha atrás, nos lleva hasta esas grandes lagunas
de inseguridad por las que todos hemos pasado y hasta traumas del pasado que
nos persiguen a lo largo de toda nuestra vida.
Desde luego os puedo decir que este libro o te encanta o lo detestarás,
o, en el menor de los casos, pasarás por sus páginas sin que te aporte nada. Es
un buen libro pero incluso ahora, tras haberlo leído y releído no podría decir
si me gusta… es tan sencillo que se hace complejo, sus personajes son realmente
desesperantes en algunos puntos y ves, a
lo largo de los capítulos, como ellos mismos se van rindiendo y eso es lo
realmente desesperante del libro, te guste o no. Sin embargo el universo oscuro
que Giordano consigue crear nos atrapa y hace que nos identifiquemos con sus
personajes: dos seres humanos que representan dos historias truncadas que son
incapaces de superar u olvidar y que les dejan marcas reales y tangibles en sus
vidas.
Creo que a los que no les ha gustado este libro es porque estamos
acostumbrados a las historias felices, en las que el afán de superación triunfa
y la gente se sobrepone de sus tragedias. Queremos vivir en un mundo en el que
todo fluya perfecto y donde el disimulo de las heridas internas sea la
constante rutina del día, sin embargo en este libro se refleja como dos almas
heridas viven sus días sin poner remedio al dolor y sin ningún intento de
superación del mismo, solo se dejan llevar por el día a día, sintiéndose completos cuando están uno
al lado del otro y, sin embargo, sin atreverse a dar el paso final quizás
porque los dos sienten que están condenados a estar solos.
Alice y Mattia se encuentran en el instituto y viven esa experiencia de
ser diferentes a todos aquellos que los rodean, como dos bichos raros que nadie
comprende y con los que no quieren tener relación, sin embargo desde que Alice
posa sus ojos en Mattia trata de acercarse a él porque siente, de una forma
extraña, que es lo que necesita y que hay una conexión entre ellos que elimina
las imperfecciones de ambos y hace que se sienta aceptada; sin embargo Mattia,
aunque se siente atraído hacia ella por esa conexión especial, la rechaza de
forma continua para quedarse encerrado pero a salvo tras una gruesa coraza que
Alice intentará atravesar una y otra vez sin conseguirlo del todo. Así se pone
en marcha este proceso que durante sus vidas adultas se seguirá repitiendo y
que aunque ambos, como ondas oscilantes en el tiempo y en el espacio, se
acercan atraídos por la complicidad que sienten al estar juntos, se vuelven
a separar como por una acción de rebote, alejándose de nuevo para volver a
acercase y, de nuevo, distanciarse otra vez.
Por tanto, la verdadera protagonista de esta novela corta es la soledad, lo cual
hace que nos sintamos identificados con lo que nos narra y con sus personajes
o, todo lo contrario, que los detestemos por su extrañeza y su forma de no
enfrentarse a la vida, que es lo que les hace permanecer solos. La gran complejidad de
ambos lleva a un esfuerzo por comprenderlos que muchas veces el lector no está
dispuesto a hacer y realmente en más de una ocasión te dan ganas de sacudirlos
para que despierten o reaccionen, en especial a Mattia cuya forma de ser
desespera hasta el más fuerte.
Es por estos caracteres que tienen ambos que cuando me enteré que se
había hecho una película me pareció un gran error porque son muy difíciles de
comprender sobre el papel a través del cual se puede profundizar en la
historia, por lo cual no veo que la interpretación en la gran pantalla pueda ser viable de forma
que el espectador no se aburra o pueda comprender la forma de ser de los
protagonistas. Las imágenes que os he puesto son de la película, pero desde
luego no hay nada como leerse un buen libro y yo creo que al adaptar la
película ha hecho que mucha gente no se lea este gran libro y se quede solo en
la pantalla, perdiéndose la mayor parte de esta triste, pero hermosa historia.
En definitiva diré que este es un libro ágil y fácil de leer, sencillo
pero con personajes muy complejos, cargado de emotividad y de detalles que
perfilan muy bien lo que está ocurriendo sin que el paso del tiempo sea lo más
destacable, pues los acontecimientos se van enlazando a pesar del paso del
mismo, a veces de una forma inconexa sin que sepas cuánto ha pasado de la
historia anterior a la nueva, pero suficiente para que todo esté relacionado.
Si nos centrásemos en una cita en vez de en la metáfora de los números
primos yo elegiría la de “las barreras no te protegen, te aíslan”, porque son
esas barreras las que intervienen en la vida de Mattia y de Alice y, como siempre,
son ellos mismos las que las ponen. A través de ellos nos asomamos a su
interior y vemos su sufrimiento, la presencia intangible de las palabras no
dichas y, ante todo, la incapacidad para decirlas.
No quiero deciros nada que pueda desvelaros el ritmo y sucesos del libro porque eso haría
que perdiese su encanto y me gustaría que lo leyeseis y compartieseis vuestra
opinión conmigo. Aunque os adelanto que es un libro que deja un regusto algo amargo en
la boca, que se ha de releer y que te deja masticando y reflexionando sobre la
vida y las personas, sobre cómo nos movemos unos en torno a otros en esta vorágine
que es el mundo y el tiempo. Una novela muchas veces seca e incluso brutal que
marca cómo sobreviven los débiles en una sociedad que se aprovecha de los
mismos, que analiza problemas como la anorexia o las auto-lesiones, que te
arrastra y arrasa quizás porque nosotros mismos somos muchas veces incapaces de
salir de nuestro propio pozo.
Creo que es lo único que destacaría como negativo de la novela: esa
incapacidad de la que ya he hablado para dejar el pasado atrás y vivir, no solo
sobrevivir al día a día. Sin embargo no todo tiene que ser siempre dedicado a
los finales felices o historias positivas, a veces viene bien ver las cosas a
través de los ojos de aquellos que no encuentran la salida fácilmente.
Espero que os haya gustado la reseña si habéis leído el libro, y, si no lo
habéis hecho, que os animéis a hacerlo a partir de ella, porque realmente merece
la pena. Mis felicitaciones al autor.
* Todas las imágenes de este post han sido sacadas de las fuentes de imágenes de Internet.
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