"Estoy aquí, en tu ciudad, acércate voy a tocar, fabrico sueños con mi voz, regalo sentimientos en clave de sol"
Ha pasado apenas una semana y aun
resuenan esas canciones en los corazones de todos los que estuvimos en la
Riviera el pasado viernes, tres de junio, disfrutando del conciertazo que
Saurom dio para todos los madrileños que tuvimos la suerte de escucharles.
Hace casi dos años justos nos
presentaron en concierto su disco Vida y hace una semana, por fin, pudimos
volver a escuchar a estos juglares que, una vez más, vinieron repartiendo
sueños, alegrías y buenas vibraciones de mano de sus instrumentos y voces… y no
podía ser de otra manera, pues su nuevo disco así lo anunciaba ya con su título:
Sueños; y aunque no puedo dejar de echar de menos a esos antiguos Saurom que
tocaban El arquero del rey o Nostradamus, no deja de sorprenderme su enorme
evolución y capacidad para seguir creando magia en todas y cada una sus canciones.
Este nuevo disco ha sido una apuesta ambiciosa, ya que sigue el estilo de su disco anterior, Vida, con canciones que apelan a lo profundo y a los sentimientos, pero sin perder de vista sus raíces y sacando a la luz toda la madurez musical y técnica que han adquirido durante tantos años entregados al mundo de la música.
Este nuevo disco ha sido una apuesta ambiciosa, ya que sigue el estilo de su disco anterior, Vida, con canciones que apelan a lo profundo y a los sentimientos, pero sin perder de vista sus raíces y sacando a la luz toda la madurez musical y técnica que han adquirido durante tantos años entregados al mundo de la música.
Pero hablemos del concierto. Fue
genial, mágico, lo iniciaron volviendo atrás en el tiempo y tocando Ira Dei, de
su disco Maryam, en primer lugar y siguiendo con dos temas de su anterior
disco: La leyenda de Gambrinus y Cambia el mundo. Fueron una forma perfecta de
comenzar, con fuerza y dejándonos ver todo lo que íbamos a tener por delante.
A continuación hicieron el parón
para saludar a su público con esa emoción tan característica de la voz de
Miguel y con la que dio la bienvenida a todos los que estábamos allí, dispuestos
a montar una fiesta, y con la que dio comienzo al nuevo disco.
Iniciaron la presentación en
directo de Sueños con Músico de calle, una de mis dos apuestas para ese momento
tan crucial de un concierto; mi otra apuesta era El circulo juglar, y aunque
las dos eran perfectas para iniciar el nuevo disco sobre el escenario creo que
la elección no pudo ser mejor, porque así fueron entrando progresivamente en
materia.

Saurom hizo de su concierto una
celebración y tocó grandes canciones de su nuevo disco, entre las que destaco la de
Náufrago, perfecta con esa voz que Miguel es capaz de desgarrar para hacer que
la canción llegue hasta lo más hondo.
También tocaron La mujer dormida, de las
canciones más cañeras de su nuevo disco y que me encanta, así como la de El Carnaval del diablo; y buena, buenísima, la de Sueños perdidos, menos cañera
pero de las mejores del disco Sueños.
Por supuesto no solo tocaron canciones
de este disco, también retrocedieron para tocar temazos como La batalla con los cueros de vino, La posada del Poney Pisador y El Saltimbanqui, entre otras.
También tocaron La musa y el espíritu, en la versión acústica presentada en
Sueños, junto a Julia Medina que, por un lado le da emoción a una canción muy
sentida, pero que por otro le quita un poco la fuerza de la versión antigua que
sacaron en el disco JuglarMetal; no a todos les gusta pero a mí me parece un
ejemplo más de la evolución y del giro que ha ido dando el grupo. Es importante
cambiar sin perder ese espíritu soñador y narrador de historias.
Del disco de Vida me encantó que tocasen Paz y, como no, su canción Vida, preciosas las dos y con muchísima fuerza. Fue, aunque ya las había escuchado, un placer volverlas a oir en directo. También lo fue escuchar La noche de Halloween.

Para acabar cerraron el disco de
Sueños sobre el escenario tocando la apuesta que perdí conmigo misma para el
inicio del mismo: El círculo juglar; y sin duda consiguieron que todos
formásemos parte de él bailando y saltando, aunque sinceramente no era
necesario que la tocasen: el concierto entero fue un círculo juglar y aunque
eché de menos algunos temas ya lo dijo Miguel, son muchas y muchos años, no se
pueden tocar todas las que quisiéramos. Por supuesto para el cierre final, tras
la de El círculo juglar no podían faltar las canciones de Fiesta y La Taberna,
imprescindibles… yo creo que si alguna vez no se tocan en directo durante el
concierto no será, realmente, un concierto de Saurom.
Fue mágico: Miguel como siempre
estuvo fantástico junto con Raúl en las guitarras y José con su bajo, mientras
Narci iba con la gaita, el violín, la flauta o la guitarra por bandera según
cada canción. Todos ellos, sumados al gran equipo de la bateria, el teclado y
los coros… no pararon de ponernos la piel de gallina y hacernos disfrutar
durante esas dos horas y media que se pasaron, por desgracia, demasiado rápido.
Con Más allá del sendero dorado,
del disco Sueños, parecieron poner punto y final al concierto… tras lo cual
llegaron las despedidas, que fueron muy calurosas; sin embargo no habían
acabado, aun no, y como broche final tocaron Dracum nocte. Fue perfecto, nos
regalaron un tiempo precioso, lleno de sueños hechos canción y donde el público
no pudo disfrutar más de la fantasía y de la magia que Saurom es capaz de crear.
No me queda más que despedirme con
una especie de plegaria, tal y como ya lo hice en el post que dediqué a su último concierto, con tres simples pero emocionadas palabras:
¡Hasta pronto juglares!
*Todas las fotos de este post han sido tomadas por Lucía Berruga (L.B)
Ha sido un placer el haberte encontrado
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Mucha, me alegra mucho que te haya gustado :) Un abrazo
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