"Bienvenido a un mundo de hadas... donde los finales felices no existen"
Llevaba mucho tiempo detrás de hacer la
reseña de la primera temporada completa de Érase una vez, la serie de fantasía
que ha triunfado en la pequeña pantalla y que terminó completamente por
televisión hace ya casi un mes. Lo cierto es que tenía intención de hacerla
mucho antes, pero tenía más cosas sobre lo que escribir y poco tiempo y, por
esperar a que terminase por televisión para evitar hacer spoiler a aquellos que
no la hubiesen visto por internet y la hubiesen seguido semana a semana con
gran paciencia ya que el proceso realmente es muy lento, he acabado tardando más de lo deseado. Aun a pesar de haber
esperado aviso a mis lectores de que hago SPOILER sin avisar puesto que supongo
que ya se ha visto entera y que no hace falta, por tanto, ir anunciándolos.
Empecemos pues, lo primero que habría
que decir es que este año parece que han triunfado las series de televisión
basadas en los cuentos de los Hermanos Grimm ya que esta y la serie de Grimm
(cuya reseña ya hice) han sido el centro de atención de las pantallas en los
últimos meses. La serie en si lo que tiene de especial es que mezcla el mundo
real con el mundo mágico de los cuentos de hadas, lo que hace que el espectador
se introduzca en la historia con gran facilidad. El personaje principal tiene
lo que tienen muchos personajes para gustar: un gran potencial que ellos mismos
desconocen poseer y un espíritu frágil pero valeroso, lo que les conducirá a
vivir una gran aventura. Así es el personaje de Emma Swan (Jennifer Morrison), una mujer capaz de
notar cuando alguien les está mintiendo, que lleva una vida solitaria debido a
una mala infancia donde el abandono estuvo muy presente en su día a día por lo
que ello le lleva a que no le guste relacionarse con la gente. El día en que cumple
28 años pide, secretamente, no pasar sola el día de su cumpleaños y es cuando
entra en juego Henry (Jared Gilmore), su hijo al que dio en adopción diez años atrás, que la va
a buscar para llevarla a Storybrooke, un lugar donde, según el niño todos los
habitantes son personajes de cuento que se encuentran bajo un maléfico hechizo
encerrados en el mundo de la realidad y separados de lo que más quieren, sin
recordar su pasado ni el mundo de fantasía en el que vivían y, por supuesto,
sin saber quiénes eran en ese mundo. Henry cree que Emma es parte de ese mundo
de fantasía, que es la hija de Blancanieves y el príncipe, los cuales la
salvaron mandándola a un mundo no mágico para que, en su debido momento y según
una profecía, pudiese salvarles del hechizo y devolverles a todos los finales
felices.
Como ya he dicho lo que más atrae de la serie es esa mezcla entre los
dos mundos lo cual lleva a que se vaya descubriendo la trama poco a poco, porque
en cada capítulo se nos presenta un personaje distinto y lo que les pasó en el
mundo mágico y se ve cómo es su vida en el mundo real. Está muy bien porque, poco a poco, se le va
dando forma a la historia y eso hace que quieras seguir viéndola y conociendo las
historias de los personajes que conviven día
a día sin saber quiénes son. Sin embargo tampoco considero que sea una
historia muy trepidante de estas que te enganchan y que te impulsan a que
tengas que correr al ordenador a buscar qué pasa en el siguiente capítulo porque,
precisamente, el ritmo que marca la serie con esa estructuración de la historia
no es de ese estilo, no es una serie de acción ni nada por el estilo, hay magia
y fantasía sí, pero es más la historia de las personas que giran en torno a ese
mundo mágico y en torno al bien y al mal que en cada capítulo vamos viendo en
pleno combate, tanto en el mundo no mágico como en el de fantasía. Yo creo que
si engancha es, por tanto, por la mezcla, por el equilibrio entre las historias de
amor, acción, traición y magia. Tiene un poco de todo.
La historia central es la de Blancanieves (Ginnifer Goodwin) y el
Príncipe Azul (Joshua Dallas), en torno a la cual van girando la de otros
personajes. Me gustaría remarcar que me gustan mucho como pareja (tanto en la
serie como en la vida real): él es muy muy guapo, bajo mi punto de vista, y me
parece que hace un gran papel de príncipe: dulce, galante, honesto, atractivo….
En fin, la imagen de príncipe azul que se nos ha vendido siempre y que tantas expectativas
ha creado; luego esta ella a la cual ya la tenía fichada de películas como La sonrisa de Mona Lisa y ¿Qué les pasa a los hombres?, me parece una buena actriz
con muchos registros y capaz de pasar de dulce e inocente a enfadada, y también
tiene buenos registros en los papeles que tiran a ser cómicos, aunque realmente
el papel que más la pega es el de la vulnerabilidad. Sin embargo hay que decir
que en Érase una vez, aunque al principio si que parece presentarse con el
papel de dulce y vulnerable va mostrando una gran fuerza y capacidad de lucha
hacia los problemas a medida que avanzan los capítulos, así como un gran poder
de decisión (al menos en su papel dentro del mundo de fantasía).
Obviamente
si la historia principal en ambos mundos es la de los dos enamorados también lo
será la de la malvada reina Regina (Lana Parrilla), que es la que desata el
hechizo que llevará a todos los personajes de cuento al mundo real, que detesta
profundamente a Blancanieves pues por culpa de ella perdió a su gran amor y
desea causarle el mayor dolor posible. Así, con afán de controlarlo todo, en el
nuevo mundo será la alcaldesa de Storybrooke (que para quien no se haya fijado
irónicamente significa historia rota, es decir, sin final) y también la madre
adoptiva de Henry quien sabe quién es ella realmente (lo sabe gracias a un
libro de cuentos titulado Érase una vez que
recoge las historias de todos los personajes de cuento y que cae en sus manos
por casualidad: se lo da Blancanieves, que es su profesora en el mundo real) y
por ello va en busca de Emma, para que pueda derrotarla y romper el hechizo.
Lo
cierto es que, como venimos viendo últimamente en pantalla, la reina no es mala
porque si, (como ya vimos en Blancanieves y la Leyenda del Cazador, cuya reseña
también hice) sino que se debe siempre a una gran pérdida, en este caso se debe
a la pérdida de su gran amor. Regina se vuelve malvada cuando su madre, para
que se case con el padre de Blancanieves, mata a su amor verdadero y todo
porque, Blancanieves, siendo solo una niña, es engañada por la madre de Regina
al ver que las dos están muy unidas y la niña, incitada por la madre diciendo
que solo quiere acercarse a Regina y hacerla feliz, le pide que no la deje
casarse con su padre si la quiere pues está enamorada de otro hombre; y lo
cuenta a pesar de que cuando Blancanieves descubre a Regina con su amor le
promete a esta que no contaría nada y que dejaría que huyesen juntos.
Esta la
historia de Regina (que realmente no conoceremos hasta casi el final de la
primera temporada) y lo que la hace odiar a Blancanieves, aunque como realmente
se puede apreciar la niña lo hace sin ninguna mala intención, pero el odio a
veces es muy poderoso y convierte a Regina en un monstruo con ansia de
venganza.
Por otro
lado su papel en el mundo real es también de malvada, pero más en plan
sublimizar ya que ha de ocultar sus intenciones y su papel de alcaldesa le
servirá para ello, aunque su hijo Henry sabe cómo es y Emma no tardará en
descubrir las malas intenciones de la madre adoptiva de su hijo, aunque, obviamente,
no se cree la historia que Henry le cuenta sobre que es una reina malvada pues
Emma, que no cree en los finales felices en general pues ella nunca tuvo uno,
mucho menos cree en los cuentos de hadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario