El famoso Expocomic se ha celebrado este año en el Matadero de Madrid, reduciendo el espacio de estas nuevas jornadas que, para
muchos, son el acontecimiento del año.
Como todos los años por estas
fechas, el pasado fin de semana se ha celebrado el Expocómic, aunque con
algunos cambios en su ubicación habitual debido al, ya conocido, desastre del Madrid Arena. La revisión de medidas de seguridad del recinto habitual ha hecho
que se celebrase en el Matadero de Madrid (metro Legazpi) de manera excepcional en vez
de en el Pabellón de Cristal del Recinto Ferial de la Casa de Campo. Yo creo que esto es lo más significativo y lo que más se recordará de
estas décimo quintas jornadas de homenaje al mundo del cómic.
Sin embargo, a pesar de este
cambio, el resto de las cosas no han cambiado demasiado, quizás lo que más que
los puestos eran más pequeños y que, por ejemplo, la parte del maquillaje
corporal y la de los juegos de mesa estaba a parte, en una carpa a la izquierda
del recinto principal en vez de estar todo junto como en el resto de los años.
No es que hubiese una disminución
de la calidad, pero si que se ha notado que era todo más reducido, aunque
claro, cuando tienes que montar todo deprisa y corriendo como ha sido el caso
de los organizadores qué se puede esperar.
Quitando el factor del tamaño, y en este caso, como en muchos otros, creo que eso del “tamaño no importa” no es tan cierto como dicen, el Expocómic de este año ha estado bastante bien, con el precio de siempre situado en 5 euros el recinto se ha llenado como lo hace todos los años, formando largas colas para poder acceder a él tras comprar la entrada. Siguiendo el ritmo habitual el jueves y el viernes fueron más tranquilos, aunque ya el viernes sobre las 18:30 se empezaba a notar el aforo del personal.
Para hablaros de cómo se
desarrolló el Expocómic os voy a hablar del viernes porque es un día muy
tranquilo, el que yo siempre elijo para ir, ya con bastante gente pero sin
excederse por lo que se puede ver todo el movimiento que genera esta feria del
cómic pero con bastante comodidad.
Para los que no conozcáis ni el
Expocómic contaros a grandes rasgos que lo que hay son cómics, muchos cómics,
obviamente, y mucho cosplay (personas disfrazas de sus personajes favoritos), diversas
ofertas, merchandising a montones en especial de series y películas de anime,
camisetas frikis, juegos de cartas y de roll y comida: chucherías gigantes, chocolate
y, como no, ramen… pero es mucho más.
* Todas las imágenes de este post han sido tomadas por Lucía Berruga Sánchez.
Como diría Jack el Destripador,
vamos por partes, lo primero que quiero contaros es la exposición, pues todos
los años se exponen una serie de obras de algún conocido autor. En este caso
las obras fueron de la famosa y ya conocida Victoria Francés que ponía a la luz los dibujos originales de su última
obra El lamento del Océano, donde ser narra, a la vez que se va ilustrando lo
que se nos cuenta, la trágica historia de amor de una sirena y un joven
marinero a principios del siglo XVIII, donde él, para huir de la peste negra que se encierra en su barco, se tira al mar intentando escapar y, antes de morir ahogado, es salvado por una hermosa criatura que surge de las profundidades.
El libro se presentó en el Expocómic y se puso durante su
duración a la venta de manera excepcional debido a que la salida al mercado
para la venta a todos los públicos ha sido fijada en el 5 de diciembre. El
hecho también de ponerlo a la venta durante la celebración del Expocómic se
debió a que Victoria Francés estuvo allí en persona el fin de semana
presentando su trabajo y haciendo diversas sesiones de firmas en las cuales
muchos afortunados se llevaron un ejemplar dedicado y firmado del libro. Aquí
os dejo también un vídeo sobre el libro, promocionado por su editorial Norma Editorial.
Otro tema a tratar, aunque ella se
ha adelantado al hablar de la presencia de Victoria Francés, es que el
Expocomic reúne a muchísimos autores y editores, así como dibujantes que, por
un precio, te hacen un dibujo de tu personaje favorito y te lo dedican. Lo
mismo pasa con los autores, por ejemplo, en el stand de Alberto Santos, el
famoso editor de los libros de Star Wars, este presentaba a sus nuevos y
jóvenes autores de fantasía que te dedicaban y firmaban el libro si lo
comprabas. Es difícil, en general, no ir por los diferentes stands y no irte
encontrando con distintos autores dibujando y firmando ejemplares a quien se lo
pide.
Así por ejemplo, para regocijo de muchos nos encontramos a Niko, el
creador de Cálico Electrónico (imagen de la izquierda), que vendía láminas de
muy buena calidad y bastante grandes por un euro, así como chapas y otros productos
de merchandising a buen precio y, lo mejor, era que te firmaba y dedicaba las láminas.
Todo esto hace que, a pesar de que muchos de los que vamos a estas ferias no
tengamos mucho dinero, merezca la pena hacer el esfuerzo porque siempre te
puedes llevar una grata sorpresa y un detalle inesperado que te alegre la
semana, como es el hablar personalmente o hacerte una foto con uno de los
creadores de alguna de tus series animadas o ilustradas favoritas.
Además de todo esto hay una zona
reservada a charlas donde, por ejemplo, el viernes estuvo hablando Alberto
Santos junto con otro conjunto de editores a un pequeño público. También ahí
tendrán lugar los diferentes concursos de disfraces donde la gente, ante el público
y un jurado, mostrará sus distintos cosplays y donde también se harán juegos
de karaokes, entre otros.
También se pueden encontrar
stands de alimentación, como son la de las gigantes chucherías que siempre se
venden en estas celebraciones. Aunque si duda lo que más capta la atención es
el stand de fuentes de chocolate, donde por dos euros te dan un bizcocho bañado
en cualquiera de las tres fuentes que tienen: chocolate negro, con leche y
blanco. Aunque este año la pequeña en vez de ser de chocolate blanco era de un
color verdoso por lo que no sabría decir muy bien de qué sabor era… quizás
fuese de chocolate con menta. Desde luego es uno de eso stands para dejar
perderse a uno mismo en el pecado capital de la gula e inflarse a bizcocho
bañado en chocolate caliente.
Respecto a los cosplay hay de
todo pero, en general, se aprecia el cuidado que han puesto aquellos que van
disfrazados en su atuendo. El viernes, demostrando que, efectivamente, el
Expocómic y el cosplay es para todas las generaciones y que disfrazarse de tu héroe
no tiene edad, apareció un grupo algo variopinto e incluso pintoresco pero muy
majetes, disfrazados de los personajes de Batman en su mayor parte, aunque
también estaba el disfraz de The Punisher y de Capitana América. La verdad es que es divertido ir por
los pasillos del Expocómic e irte encontrando a personajes de ficción mirando cómics,
actuando o posando para la cámara. Es toda una experiencia que yo recomiendo al
100%.
Por último, pero no por ello
menos importante, y en gran relación con los cosplays hablaros de la sesión de
maquillaje completamente gratuita que lleva a cabo Daju, un profesional en este
campo, especializado en caracterizar a la gente que se pone en sus manos de
aquello que le pidan. Lo más visto en el Expocómic son las heridas hechas con
maquillaje en la cara o en el cuerpo, aunque también hay maquillaje para los
que necesitan pintarse la cara para completar su cosplay. Para cualquiera de las dos este
artista del gore tiene en su stand todo lo que necesita para llevarlo a cabo y
convertir el Expocómic en una horda de zombis vivientes; pero no os preocupéis
que por muy reales que parezcan solo son un trabajo bien hecho, bajo el
maquillaje la piel está intacta. No es de extrañar, por tanto, que si vas a su
stand haya una enorme cola de gente en la que tienes que esperar para que te
maquille.
Todo estos es el Expocómic, su
esencia, lo que yo he intentado reflejaros en este medio reportaje, medio crónica;
pero aun así sigue siendo mucho más que lo que yo os he contado porque, o os pasáis
y le echáis un vistazo por vuestra cuenta, por vosotros mismos, y os sentís
parte del meollo junto con un montón de gente más, o nunca sabréis lo que es
esta Feria del Cómic que este pasado domingo cerró sus puertas hasta el año que
viene, dejando tras de si muy buenos momentos que, los que hemos estado, hemos compartido
entre sus stands.
* Todas las imágenes de este post han sido tomadas por Lucía Berruga Sánchez.
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