Hoy quiero hablaros de un
restaurante que me gusta mucho y al que llevo yendo mucho tiempo, concretamente
unos cinco años. Es el restaurante italiano DiBocca (el que está
situado en la Calle Gran Vía), al que llegamos de rebote por una muy mala
experiencia en el Nebraska, del que tan bien nos habían hablado. Por suerte, y como
bien se suele decir, no suele cerrarse una puerta sin abrirse otra, así que
visto lo visto nos marcharnos de aquel “restaurante” (por llamarlo algo) y
entramos de morros en el italiano que yo tantas ganas tenía de probar. Según
pasamos por sus puertas nos atendieron estupendamente y, hay que decir, que eso
no se ha alterado en los últimos años en los que hemos estado yendo; poco a poco nos
fueron cambiando la cara que traíamos del Nebraska y desde entonces hasta ahora
siempre es un placer comer allí hasta el punto de que ha sido el sitio elegido
por mi pareja y por mi en más de una ocasión para celebrar acontecimientos
especiales.
Lo primero que tendría que decir
del restaurante es que, además de la situación geográfica que es muy buena pues
al estar en pleno centro de Madrid te permite hacer muchas cosas al terminar de
comer, es muy acogedor, con sus mesas y sillas de madera, además de los sofás
para comer y sus blancos manteles de tela. Además si se va pronto, cuando aun
no hay mucha gente, se puede escuchar buena música de fondo y es muy relajante
comer tranquilamente con esta música ambiental como acompañamiento. La decoración es sencilla: una
serie de estanterías con gran cantidad de libros que realmente no son libros,
solo es un decorado, pero le da un aire distinguido de biblioteca, con la
calidez típica de los rincones. Es muy similar a coger un buen libro y
acomodarte en un sofá a leerlo tranquilamente… el restaurante DiBocca, a pesar
de ser una cadena de restaurantes, fomenta estos valores de comodidad y
relajación. Es un buen sitio para ir a comer sin prisas y relajarte con la
buena comida italiana.
Como la mayoría de los
restaurantes el DiBocca tiene menú del día y la carta para los fines de semana
o para quien no quiera tomar menú. A lo largo de estos años la carta ha ido
cambiando, han quitado y añadido platos, pero en esencia mantiene casi los
mismos platos con los que empecé en el restaurante y la calidad se nota, o al
menos tanto entre semana (más comprensible por el menú) como los fines de
semana se llena de gente, lo cual dice mucho a favor del restaurante. La verdad es que
hace ya mucho que no puedo ir de carta pero siempre que puedo voy a comer de menú,
no solo con mi pareja, también con algún amigo ya que el precio es muy bueno:
10,95 y comes estupendamente, tanto que a veces no puedes ni con todos los
platos, y la verdad es que a todo aquel
que llevo sale encantadísimo del sitio.
Si vas de menú tendrás un
aperitivito de aceitunas negras al pimentón y, respecto a la comida que se puede pedir, siempre hay
mucha variedad porque además de los platos que ofrece el menú, que van desde ensaladas,
verduras a la plancha, risotto de setas y parmesano o legumbres… también hay
siempre un par de platos más como sugerencia de la casa, los llamados platos “caseros” y la verdad es que pidas lo que pidas está todo
estupendo. La última vez que estuvimos, hace un par de semanas, yo me pedí un
plato casero que no es que pegase mucho con el restaurante:
Arroz a la cubana (imagen de arriba a la derecha) que venía con un par de lonchas de behicon, dos huevos fritos estupendamente
bien hechos (que ya es difícil que te los hagan bien) y arroz con tomate; y como
siempre no me defraudaron en absoluto a pesar de ser un plato (que por ser una
sugerencia) nunca me lo había pedido hasta entonces.
Mi pareja se pidió una
ensalada de pavo con manzana (imagen de arriba) y también
le gustó mucho la verdad, venía bañada en salsa rosa, con huevo duro y
varios tipos de lechuga para darle color.
De segundos en el menú siempre
está disponible cualquier pizza de la carta, con lo cual ya te compensa pedirte
el menú porque la pizza por su cuenta cuesta lo mismo que todo el menú. La
última vez que fui yo me pedí una pizza Deliziosa, que como su nombre bien
indica así es como está: lleva queso philadelphia, jamón dulce y champiñones.
Aquí os pongo la foto de la que me trajeron a mí y de la que se pidió mi
pareja: la Quattro formaggi, de cuatro quesos como bien indica su nombre, que
también está muy buena aunque para mi gusto es un poco fuerte porque el queso
azul, como es bueno, domina sobre los demás.
Lo mejor de las pizzas es que son
enormes, ocupan todo el plato y además su aspecto es completamente artesanal y
ello no varía entre pedirlas en el menú o en pedirlas de carta. Es un detalle curioso porque hay muchos restaurantes,
como el Ginos, que sí que reducen la cantidad de comida si incluyen el plato de
la carta en el menú. Por ejemplo en el Ginos a mí me gustan mucho los Piadine,
unas tortas de trigo enrolladas con queso, bacon y champiñón, que vienen seis o
siete por plato (no me acuerdo del todo) y son unos 9 euros, sin embargo cuando
un día las pedimos en el menú solo venían cuatro lo cual fue algo decepcionante;
sin embargo un día en el DiBocca mi pareja pidió el Carpaccio de solomillo con
queso manchego y champiñones crudos y yo le dije que siendo un plato de la
carta que es bastante caro (unos trece euros) sería normal que viniese menos
cantidad al ser del menú y por lo tanto mucho más barato, sin embargo vino igual de cantidad, como si fuese un plato de carta.
Por eso me gusta este
restaurante, porque además de lo buena que está la comida y lo atento que es el
servicio, tiene detalles que otros no tienen como este.
Respecto a los platos que
destacan de la carta son los platos de pasta. Uno de nuestros favoritos que
siempre pedimos mi pareja y yo cuando vamos, o yo o él, es la de Girasoli de boletus al foie (imagen a la derecha),
riquísimos y que nos encantan. La última vez que fuimos me los pedí y, aunque sí
que es cierto que antes venían con mucha más salsa que ahora, siguen estando de
muerte porque tienen el toque justo de foie sin que resulte demasiado fuerte y en
el relleno se nota que es pasta fresca
porque sabe mucho a setas.
Otro plato de
pasta que nos gusta mucho es la Lasagna de boletus (imagen de la derecha), que tiene una base entera
de setas frescas que, al mezclarse con la besamel, lo convierten en un plato muy sabroso que, además se sirve en plato caliente para que conserve el calor hasta el último bocado. La verdad
es que todo lo que tenga que ver con las setas nos encanta a los dos así que, como
en el DiBocca hacen unos platos con setas muy buenos, estos dos suelen ser de
nuestros platos principales en cuanto podemos darnos un caprichito.
Sin embargo, aunque la pasta está
muy buena mi plato principal durante mucho tiempo ha sido el solomillo de
ternera con salsa de roquefort y el entrecotte de ternera con salsa de boletus,
para no variar. Sin embargo y para mi desgracia el primer plato desapareció
durante uno de los varios cambios que realizó el restaurante en la carta,
aunque actualmente lo que han hecho es poner la carne por un lado y la salsa
por el otro de tal forma que, aunque han quitado el solomillo, puedes elegir la carne que te guste con la salsa
que más te apetezca, con lo que la variedad de platos se amplía notablemente.
Aquí tenéis el entrecotte con salsa roquefort, según el nuevo estilo que lleva ahora el restaurante de poder elegir la salsa de la carne que prefieras:
Aquí tenéis el entrecotte con salsa roquefort, según el nuevo estilo que lleva ahora el restaurante de poder elegir la salsa de la carne que prefieras:
La
carne siempre la sirven con una guarnición de patatas panaderas y pimientos
rojos y verdes que le dan un toque excepcional convirtiéndolo en uno
de los mejores platos de carne que he comido cuando salgo a comer fuera de
casa.
Muy importante para mí también, y lo mejor de estos platos, es que la carne te la sirven al punto que pidas y yo, que soy de carnes poco hechas, si se la pedía asustada así me la traían y esto es realmente difícil de encontrar porque generalmente los restaurantes siempre sirven la carne más hecha de lo normal, supongo que para evitar que al cliente no le gusté o porque, realmente, no se creen que te guste la carne sangrante; pero en el DiBocca no, no ha habido un solo día en que no pidiese el entrecotte o el solomillo muy poco hecho y me lo hayan traído pasado como podéis comprobar en la imagen que os he puesto del entrecotte.
Muy importante para mí también, y lo mejor de estos platos, es que la carne te la sirven al punto que pidas y yo, que soy de carnes poco hechas, si se la pedía asustada así me la traían y esto es realmente difícil de encontrar porque generalmente los restaurantes siempre sirven la carne más hecha de lo normal, supongo que para evitar que al cliente no le gusté o porque, realmente, no se creen que te guste la carne sangrante; pero en el DiBocca no, no ha habido un solo día en que no pidiese el entrecotte o el solomillo muy poco hecho y me lo hayan traído pasado como podéis comprobar en la imagen que os he puesto del entrecotte.
Os pongo arriba a la izquierda una fotografía del
plato que suelen incluir en el menú, generalmente el Scalopine de pollo o de
ternera con salsa de roquefort, también con su guarnición de patatas
panaderas, realmente delicioso. La imagen está sacada de Tripadvisor, que tiene
muy buenas críticas del restaurante hechas por los clientes que lo han
visitado.
Por último, pero no por ello
menos importante, hay que hablar del postre. En el menú se incluyen varios como el sorbete de
limón que, aunque se sirve también en invierno, yo lo recomiendo más para el
verano porque te deja helado, aunque está delicioso por lo que si no eres
friolero es perfecto en cualquier época del año. Uno de los postres que también
pedimos mucho son los profiteroles con chocolate caliente y nata montada, nos
encantan porque el chocolate está delicioso y es muy espeso convirtiendo el
plato en un postre estupendo para ponerle el toque dulce a una buena comida.
Aunque por supuesto yo sin un
café no puedo terminar una comida abundante, sea de menú o sea de carta pues se
come igual de bien de una forma o de otra, y en el DiBocca el capuccino está
hecho como los de verdad: con espuma de leche en vez de con nata montada como en
algunos restaurantes, y tiene un toque
de chocolate.
Sin duda una forma estupenda de cerrar una magnífica comida en este restaurante que recomiendo a todo el que sea amante de la buena comida italiana.
* Todas las imágenes de este post, exceptuando la del logo, la del interior del restaurante y la del Scalopine de ternera que han sido obtenida de las fuentes de imágenes de Internet, han sido tomadas por Lucía Berruga Sánchez.
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