Decir que Amaral "lo ha
vuelto a hacer" no sería algo justo para este gran dúo que me encanta,
porque su música siempre me ha llegado hasta el fondo del espinazo. Sin embargo
no es que haya hecho un temazo que pase a la historia por su calidad musical o
por una complejidad en las letras que asombre hasta el menos espabilado… no, si
el nuevo single del dúo pasa a la historia es porque basada en la sencillez,
pero clara como el agua, se ha creado Ratonera, levantando ampollas como
solo la música puede hacerlo, ampollas de realidad, ampollas de la situación
que la política sitúa sobre nuestras cabezas como la tormenta a punto de
estallar sobre ellas, levantando las ampollas de aquellas heridas que cicatrizan
una y otra vez sobre la piel y que nunca cierran del todo, abiertas sin parar por la falsa democracia, por la falsa libertad.
Iniciando con “No sé ni cómo duermes por las noches,
estúpido farsante, si mientes más que hablas” y las imágenes de los
políticos internacionales pero, especialmente, los más conocidos de la vida
pública española golpeados y llenos de heridas físicas, se nota que la canción llega
pidiendo guerra, como un reflejo de la que se está librando en las calles:
pacífica (en la mayoría de los casos) pero haciendo el ruido suficiente para
que se nos escuche.
Ratonera ayuda a poner voz al
movimiento que se ha iniciado hace tanto, con un mensaje más que llamativo, el
videoclip muestra la antítesis de lo que se canta, con viñetas y texto donde se
puede ver, en clave de humor y satirizando, a la clase dirigente con todo tipo
de problemas que, obviamente, en realidad no les afectan en absoluto, pues son
esos problemas sociales que ellos mismos deberían ayudar a resolver. Así, de
mano del montador e ilustrador Alberto González Vázquez, se ha creado una obra
maestra visual donde casi la voz de Amaral queda casi relegado a un segundo plano,
donde cuesta fijarse en lo que dice, al menos la primera vez que se ve, inmersos en las imágenes y mensajes del vídeo:
Políticos como inmigrantes
ilegales, indigentes, víctimas de las drogas, de la violencia doméstica, de las
enfermedades, de la falta de educación escolar… o como manifestantes retenidos
por las fuerzas de la seguridad del Estado. Todo ello con mensajes como "Desde 2007 más de 10.000 han sido desahuciados
de sus viviendas", "El 78% de los políticos son analfabetos", "De los
350 diputados que iniciaron la pasada legislatura solo la completaron 74… el
resto fue víctima del Dengue, la desnutrición y el SIDA", "La maldita heroína ha diezmado las cámaras
de representantes de medio mundo" o "Un 38 % de los políticos duerme en la calle (…) y un 58% no puede abandonar el
hogar paterno."
Por supuesto no se puede dejar la
clave de humor de lado con versos como "1 de
cada 2 ha sido atacado por un gremlin", "3 de cada 4 alcaldes adoran a Lucifer" o "Un 56% ha jurado su cargo en nombre de Satán".
Brutal, directo y sorprendente
para una sociedad que aunque no está falta de ella, no le viene mal una segunda
voz que le apoye y haga eco de la situación que tantas familias, jóvenes y
adultos viven cada día.
"Ojalá
sintieras el miedo que generas. Ojalá que lo sintieras.
Puedes intentar que
te perdone Dios, no lo haré yo."
Un pensamiento que tantos tenemos
en mente y que marca lo que debe ser el final de una era de corrupción, de podredumbre
política y de ignorancia hacia los problemas que viven "otros".
Estamos en el momento del cambio,
tarde o temprano llegará, para bien o para mal pero llegará, así que solo
queda decirle a la clase política, lo que, de una forma o de otra, ya se está gritando a pleno pulmón en todas las plazas: "tiembla,
tiembla, que tu final se acerca. Oh! tiembla, tiembla, el péndulo corto la
cuerda y se rompió la rueca."
* Todas las imágenes de este post han sido obtenidas del vídeclip de Ratonera.
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