El Street Art o Arte Urbano, donde las normas más importantes han sido siempre la ausencia de ellas, actualmente se ha convertido para algunos en su imagen de marca
Desde pequeña, quizás porque pinto, siempre me ha encantado el Street art o arte urbano, donde los artistas (denominados por otros vándalos) utilizan la calle como medio de expresión. Los graffitis de las paredes siempre me han parecido, si están bien hechos, auténticas obras de arte que, en vez de estropear la pared, le daban vida al edificio.
Por supuesto que estoy a favor de
mantener y respetar la propiedad privada, pero no puedo evitar que me
guste este tipo de arte tan libre y expresivo, usado desde siempre para la
reivindicación social donde cada uno hace lo que le sale de dentro, a lo
grande, y es parte de su señal de identidad.
A lo largo de todo este tiempo, el
arte urbano ha visto su máxima expresión en la conquista de distintos entornos con
el fin de expresar una idea, un pensamiento o una realidad a través de ellos.
Dichos espacios, generalmente usados por las grandes marcas para hacer
publicidad y transmitir sus mensajes, encontraron un poderoso enemigo que se
apoderaba de esos mismos espacios con algo tan simple como un spray; ello devolvía los espacios a las no-marcas, a
un colectivo distinto, no enajenado por la publicidad.
Siempre
en equilibrio en la balanza entre la reivindicación social, el talento artístico y la
delincuencia, el Street art para muchos es considerado un arte libre, distinto
a los demás tipos de arte al no recibir subvenciones ni estar patrocinados por museos o
encerrados entre las cuatro paredes de una casa.
En la obra de Banksy que os cuelgo a la izquierda el propio artista urbano juega a través del arte urbano con su autorretrato y con la capacidad de ver y de reivindicar que otro mundo es posible.
En la obra de Banksy que os cuelgo a la izquierda el propio artista urbano juega a través del arte urbano con su autorretrato y con la capacidad de ver y de reivindicar que otro mundo es posible.
Es
curioso, por no decir chocante, que precisamente ahora el arte urbano (con el debate
que ha generado desde siempre) esté usándose de una nueva forma que
permita darle un giro que lo haga más “aceptable” para muchos: una nueva forma
de “jugar” con él haciendo que diversos artistas ya se hayan dado a conocer al mundo y
vivan de ello, como un negocio, llegando incluso a utilizar su arte para
promocionar distintas marcas publicitarias.
Esta
variante, este juego, es crear un espacio dentro de otro espacio, usando la perspectiva para
que parezca que realmente hay un nuevo escenario, en tres dimensiones, donde
antes solo había una acera o una carretera, con el que los peatones y la gente
de a pie puede interactuar. Realmente a
la técnica se la conoce como anamorfosis, que viene a ser producir una imagen
mediante un procedimiento óptico o matemático que crea un efecto perspectivo
que, en arte, se usa para forzar al observador a un determinado punto de vista
preestablecido desde el cual el elemento cobra una forma proporcionada y clara
para el que la ve.
Los
más conocidos en el manejo de esta técnica son Kurt Wenner, Ruben Poncia y
Muller, los conocidos como “pintores callejeros de alta calidad”.
Kurt Wenner es el pionero en estas técnicas, trabajó en su primer mural por encargo a la edad de dieciséis años, a los diecisiete el joven ya se ganaba la vida como artista gráfico. A partir de la perspectiva anamórfica junto con la geometría dio paso a la creación de sus asombrosas obras. Destacan sobretodo obras de carácter clásico entre su gran repertorio, obras de gran detalle de tipo mitológico o resaltando los detalles de las distintas culturas que representa.
Aunque también tiene artes tan bonitas como la que representa a varios personajes de ficción donde destaca Alicia en el País de las maravillas, realmente fantástica. Y por supuesto también tiene obras de carácter publicitario, patrocinando con ellas con determinadas marcas como la de Smoothies, entre otras.
Ruben Poncia es un artista que se sale fuera del ámbito clásico de su compañero artístico, crea escenarios más fantásticos y de carácter creativo, como estas que os pongo aquí, donde se puede ver a la perfección la utilización de la perspectiva para crear los escenarios con los que el público puede interactuar y formar parte del escenario creado.
Y por
último está Muller, para mí el mejor de todos, experto en crear escenarios
mágicos que dan vida a las calles con paisajes tridimensionales fantásticos que
le han valido un gran reconocimiento a nivel mundial, usando la red social
YouTube para colgar sus vídeos con sus trabajos, presentando su pintura de
calle contemporánea que le ha llevado a obtener varios premios Guinness.
Es realmente impresionante toda su obra, la capacidad para crear barrancos, y parecer que las personas que están al borde de la obra se pueden precipitar al vacío si pisan donde no deben.
Por supuesto no es de extrañar que este tipo de arte tan creativo y que a tanta gente atrae, también atraiga a las grandes marcas, que ven en esta forma de atraer público una forma idónea de promocionar sus productos; en este sentido y del mismo estilo que la obra de Muller, fue la campaña que se hizo para Reebok de mano de otros dos artistas de esta índole: Joe Hill y Max Lowy, con la que además ganaron el premio Guinness a la creación artística callejera más larga en 3D.
Artistas desde luego, como la copa de un pinto, capaces de recrear en plano espacios traídos de fuera de la gran ciudad donde hacen sus obras, incluso del pasado y de las criaturas mitológicas como hace Wenner. De esta forma, desde una erupción de lava, hasta una profunda cascada o caverna, o incluso un dragón pueden aparecer ante nuestros pies sin que ni siquiera tiemble el suelo.
Por supuesto no es de extrañar que este tipo de arte tan creativo y que a tanta gente atrae, también atraiga a las grandes marcas, que ven en esta forma de atraer público una forma idónea de promocionar sus productos; en este sentido y del mismo estilo que la obra de Muller, fue la campaña que se hizo para Reebok de mano de otros dos artistas de esta índole: Joe Hill y Max Lowy, con la que además ganaron el premio Guinness a la creación artística callejera más larga en 3D.
Artistas desde luego, como la copa de un pinto, capaces de recrear en plano espacios traídos de fuera de la gran ciudad donde hacen sus obras, incluso del pasado y de las criaturas mitológicas como hace Wenner. De esta forma, desde una erupción de lava, hasta una profunda cascada o caverna, o incluso un dragón pueden aparecer ante nuestros pies sin que ni siquiera tiemble el suelo.
La evolución del arte urbano que, si bien pierde parte de su sentido al ponerse al servicio de lo comercial, demuestra que la calle ha sido y siempre será un espacio donde el arte pueda fluir libremente, sin barreras que lo coarten.
* Todas las imágenes de este post han sido sacadas de las fuentes de imágenes de Internet
Molaría encontrarse por la ciudad una de estas maravillas, siempre he visto fotos, pero en vivo nunca he podido contemplar una obra así.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias por dejar tu comentario Oski, a mi también me gustaría mucho la verdad ver uno en directo... ojala algún día se pueda contemplar.
EliminarUn abrazo :)