viernes, 9 de agosto de 2013

DALÍ SOBRECOGE A MADRILEÑOS Y TURISTAS CON LA EXPOSICIÓN DE SU OBRA

El Reina Sofía acoge desde el 27 de abril hasta el 2 de septiembre la magnífica exposición del pintor español acercando su obra a todos los públicos


Hace mucho tiempo que venía con ganas de ver la exposición de Dalí y por fin lo conseguí la semana pasada, aunque para ello tuve que verla en dos veces ya que yo iba en el horario gratuito para poder verla sin pagar aunque me tocase esperar cola. Os dejo el link aquí a los horarios y tarifas para poder entrar el museo a ver la exposición, lo cual se sitúa en 4 euros de entrada (8 si se quería ver el resto del museo)  que yo, como tantos otros por lo que se podía ver en las colas de gente que se formaban, prefería no pagar y más teniendo esa franja gratuita que se extendía de 7 a 9 de la noche los lunes, miércoles, jueves y sábados, siendo los viernes hasta las 11 y los domingos de 3 a 7 de la tarde. 
El problema es que entre que te dan la entrada y entras al museo no da tiempo suficiente a verla entera ya que es muy extensa, daría tiempo en horario de viernes y domingo, pero en lo que es el horario restante es imposible a no ser que corras mucho y no disfrutes de la exposición. Las colas son enormes la verdad, unos días más que otros ya que la primera vez que fui esperé desde las 6 y entré a las 7 a la exposición, la siguiente llegué a la misma hora y entré a las 8 ya que había más del doble de personas que la última vez. Aun con todo merece la pena y yo la recomiendo al 100%.


La exposición se sitúa en la tercera planta, para lo cual subes por los magníficos ascensores de cristal del museo desde los que se puede ver toda la ciudad de Madrid desde arriba (no apto para los que tengan vértigo) y contemplar a esas horas el efecto que va teniendo la caída del sol sobre los edificios y la llegada de la noche. A partir de la tercera planta se van exponiendo poco a poco nada menos que 11 salas llenas de todas las sugestiones poéticas y de todas las posibilidades plásticas que el gran pintor creó para el mundo. 

La Sala 1 se titula: Del vidrio de multiplicar a la putrefacción.

Aquí se muestran las primeras obras donde nos vamos a encontrar elementos que marcan su infancia pero que estarán presentes a lo largo de toda su trayectoria. Todo comienza en Fígueres, ciudad natal del pintor en el que se desarrolla su vida, y en Cadaqués, pueblo de pescadores y donde pasaba sus vacaciones familiares. En estos lugares desarrolla un arte en el que se presenta la osmosis entre el hombre y el paisaje, él mismo lo dice así en Confesiones Inconfesables: "Estoy convencido de que soy el propio Cabo de Creus (...) soy inseparable de este cielo, de este mar, de estas rocas." Así Dalí consigue con su obra transformar el entorno en un paisaje mental y universal.

En esta sala encontramos obras como el Homenaje al Noticiario Fox de 1926 (imagen de arriba la izquierda), donde ya empezamos a ver esa inclinación por las formas geométricas y los colores plásticos y lisos sobre el lienzo que reflejan la inclinación del artista por los rasgos cubistas en sus obras.
Sin embargo de todas las obras de la primera sala yo me quedo con mis favoritas: Muchacha de espaldas y Figura en una ventana, ambas de 1925. La primera es bonita, sin embargo la segunda para mi tiene algo especial que la hace destacar por encima de las demás, no sé si son los colores, la composición, la figura de ella dando la espalda al pintor... o todo a la vez, pero esa obra es fascinante y, como todas aquellas obras que me encantan, me emocionó mucho poder verla en persona.

Aunque es de sobra conocida os pongo aquí la imagen arriba a la derecha porque no podía faltar en este post.

En esta sala también se incluyen libros y revistas relacionados con el pintor como la Oda a Salvador Dalí publicada en el 26 por Federico Garcíaa Lorca en la Revista de Occidente mostrando la relación que ambos artistas tenían, al igual que el Autorretrato dedicado a Federico García Lorca (imagen de la izquierda) que le hizo Dalí al poeta. Relación que surgiría en la Residencia de Estudiantes durante 1922, centro de la Vanguardia cultural española. 

Con ello pasamos a la Sala 2: Autorretratos.

Dalí forja su personaje a lo largo de su vida se autorretrata constantemente reflejando tanto su aspecto externo como su aspecto interno ya que muestra sus cambios físicos pero también sus obsesiones y sus pensamientos. Uno de sus autorretratos más destacables es el de Autorretrato con cuello rafaelesco, en el que se vuelve a notar la influencia del cubismo pero también de los metafísicos. Además no puede evitar retratarse mostrando las preocupaciones de la época, por lo que aparecerá en sus obras junto al periódico Comunista L´ Humanité, el cual aparecerá presente (literalmente) y materialmente plasmado en un Autorretrato cubista de 1923: Autorretrato con L´ Humanité (imagen de la derecha).

Dejando atrás esta sala pasamos a la Sala 3: La miel es más dulce que la sangre.

Aparece la llamada Nueva objetividad influenciada por las nuevas Vanguardias del Cubismo, el Fauvismo y el Futurismo que se refleja en la obra de Dalí a través de un mundo nuevo de naturaleza onírica plasmado sobre un lienzo donde aparecen objetos derivados de un mundo mecanizado y metafísico y donde el pintor pinta cuerpos decapitados o desmembrados cuyos órganos sexuales aparecen esparcidos por el lienzo, pudriéndose y flotando en un espacio irreal.
Entre estas obras encontramos Asno podrido, de 1928 o Los esfuerzos estériles / cenicitas (imagen de la izquierda), también del 28, las cuales se acompañan en las paredes de las salas de palabras como estas: "Ahora mismo en la playa las letritas impresas del diario se están comiendo al asno agarrotado, podrido y limpio como la mica". Sobrecogedor y bastante inquietante, las obras de Dalí se tornan macabras tanto en pintura como en verso y se empieza a ver una descendencia brutal hacia ese mundo onírico que hace que la obra del pintor cambie por completo de una sala a otra.

Sumergidos en esa locura entramos en la Sala 4: Surrealismo, donde las excentricidades del genio aparecerán cada vez más presentes sorprendiendo al que contempla su obra.

Esta parte de la exposición  es una muestra del Método paranoico-crítico que formula el artista para desarrollarlo como mecanismo y transformar y subversionar la realidad. Con el Surrealismo el pintor propone el delirio de la interpretación paranoica y dice: "En verdad no soy más que un autómata que registra, sin juzgar, lo más exactamente posible, el dictado de mi subconsciente: mis sueños, imágenes, todas las manifestaciones irracionales del mundo oscuro y sensacional descubierto por Freud."

Son muchas las obras que se podrían destacar de esta sala, pues muy pocas pasan desapercibidas. De las más importantes y representantes del Surrealismo y de la obra de Dalí es El rostro del gran masturbador (imagen de abajo a la derecha), del 29, la época más creativa del autor.

Analizándola se ve la gran masa amarillenta que forma un rostro y que no es otro que el del propio pintor lo que la convierte en una obra sumamente autobiográfica en la que se reflejan multitud de miedos y obsesiones de Dalí como la langosta de forma fálica situada donde debería estar a boca; esta era una de sus fobias pues de niño le aterrorizaban. Por otro lado las conchas y guijarros representados hacen alusión a esa playa de su infancia, mientras que las hormigas que salen del vientre de la langosta y suben por la cara son la constante presencia de lo putrefacto y lo descompuesto... de la muerte. Respecto al tema sexual sus alusiones sexuales son muy claras en la mujer que sale de la zona del cuello acercándose a los genitales del hombre y que pone en evidencia uno de los temas tabú de la sociedad del momento, al igual que el de la muerte. No obstante en torno a todo ese sexo está el detalle del lirio blanca, símbolo de pureza, que ha dado lugar a interpretaciones en las que se ve la masturbación  como una forma limpia de sexualidad. La verdad es que es una obra con muchísimos detalles que harían de su interpretación un proceso muy amplio en el que tampoco quiero entrar mucho más. Solo puedo decir que impresiona mucho verlo en persona.

 Pasa un poco lo mismo que con la obra de La Persistencia de la memoria (imagen de arriba), obra que a todo el mundo sorprendió por su pequeño tamaño ya que teníamos la idea de que iba a ser más grande, sin embargo no fue así pero eso no eliminó belleza e inteligencia a la forma de representar la obra en la que, de nuevo, aparece ese rostro sobre el que descansa uno de los relojes.  Lo cierto es que lo principal de esta obra no son los relojes, sino el paisaje que era como una musa para Dalí, la fuente de inspiración de su obra. Sin embargo los relojes (tres blandos y uno rígido) muestran lo que el artista decía: que el tiempo es personal; por ello lo que representan es que la memoria en algún momento se acaba a lo largo de nuestra vida, derritiéndose lo cual lleva a la interpretación de que todo es fugaz y el tiempo es relativo, perdurando el paisaje.

Otra obra que me impacto mucho de esta sala fue la Osificación matinal del ciprés y también la escultura pintada del Retrato de Joella (imagen de la izquierda), donde el paisaje se hace presente al estar pintada el rostro con una mezcla de colores opuestos, dando con los colores fríos el reflejo del cielo y la tierra que chocan contra el muro pintado en un naranja vivo. Ambos tonos chocan dividiendo el rostro de la mujer, creando una composición y visión extraña pero fascinante.

Hay muchísimas obras de esta sala que me gustaría mencionaros, pero no puedo ya que sería demasiado largo y aun quedan muchas otras obras y partes de la exposición que citar y de las que hablar, por lo que solo mencionaré algunas de las que más me gustaron antes de pasar a la siguiente sala: Alucinación parcial. 6 imágenes de Lenin sobre un piano, Guillermo Tell y Huevos al plato sin el plato.

Con ello pasamos a la Sala 5: El Ángelus

En esta parte de la exposición se puede ver como el método paranoico-crítico de interpretación, conjunción de pensamientos e imágenes, es llevado a la máxima expresión en su interpretación de la pintura de Millet El Ángelus, la cual Dalí contempló durante año en la escuela. De esta influencia surgieron obras como la de 1979: Aurora, mediodía, atardecer y crepúsculo (imagen de la derecha) en el que el hace un inteligente uso del color para pasar por todas las horas del día sin perder el toque que Millet supo darle a su obra y que Dalí reflejó tan bien en la suya.

Sala 6: El rostro de la guerra

Como todos los artistas, sensibles a las situaciones sociales que vivieron a lo largo de su vida, Dalí refleja en sus obras los estragos de la guerra debido a su propia experiencia personal en los años que esta duró. Esta experiencia personal es trasladada a unas obras de horror y muerte de forma explícita que llega a ser  incomoda incluso para el espectador.
Entre sus obras expuestas en esta sala destacan dos: El rostro de la guerra (imagen de la izquierda), que representa un rostro demacrado, casi calavérico,  que en sus ojos y boca contiene calaveras que, a su vez, en sus ojos y bocas también contienen más calaveras... y así sucesivamente. Pintado en colores tétricos y oscuros es un cuadro que desde luego sorprende e inquieta al espectador.
La otra obra destacable de esta sala es El enigma de Hitler (imagen de debajo), lleno de pequeños detalles, entre ellos lo que parece ser una fotografía o recorte (pintado) del propio Hitler, hecho con un detallismo impresionante a pesar de su pequeño tamaño. Es una obra muy curiosa, con el teléfono roto que suelta agua y los colores fríos que inundan la obra.














La guerra tuvo mucha influencia en la obra del pintor por eso se analiza el resultado del Surrealismo tras la misma, motivo por el cual la Sala 7 se titula así: Surrealismo después de 1936

Esta nueva etapa viene tras la huida de Dalí de España para escapar de la Guerra Civil, para lo cual viajó por EE.UU. e Italia hasta llegar a Francia, en todos los lugares en los que estuvo siguió perfeccionando el método paranoico-crítico y plasmándolo en sus obras como en la de Playa encantada con 3 Gracias Fluidas. O también como en una de sus obras más famosas: Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar, imagen que juega con espacio y que os pongo aquí a la derecha, realmente impresionante por el juego que hace el propio pintor con la obra y que hace imposible poder seguir el hilo de sus pensamientos, quizás por el simple hecho de que era un sueño.

Sala 8: América

Con la II Guerra Mundial Dalí se exilia con Gala en EE.UU de 1940 a 1948 donde conseguirá que la sociedad americana se rinda ante el pintor que se autoproclama único surrealista al afirmar "El surrealismo soy yo". Descubre el poder de la publicidad y los Medios de Comunicación con los que proyecta una imagen pública cargada de excentricidades. A través de los medios y la publicidad llega a más público y se dedica a diseñar portadas de revista como las de Vogue, de la cual hay varias cubiertas originales expuestas en esta sala como la que os pongo aquí a la izquierda.
También se introdujo de lleno en el campo de la fotografía e hizo numerosos estudios para crear una obra más pública y visible para la sociedad como El sueño de Venus, pintado para la fachada del pabellón y cuyo estudio se encuentra expuesto en la exposición.

Hay una segunda parte de la sala 8 que encontraréis más adelante, curiosamente antes de entrar en la sala 11, titulada la Etapa mística nuclear en la que se encuentran obras que Dalí hizo para tratar temas religiosos relacionados con los avances científicos del momento, especialmente los de la fusión y fisión nuclear. La bomba atómica y sus efectos influyeron profundamente en sus creaciones, de ahí surgieron obras como las que se exponen entre las que destacan Cabeza nuclear de un ángel y la imagen que os pongo a la derecha: Cabeza rafaelesca estallando.

Sala 9: La vida Secreta

En esta sala, chiquita, se exponen las ilustraciones de su obra autobiográfica de 1942 La vida secreta de Salvador Dalí. En él se afirma que se considera mejor escritor que pintor y convierte el texto en un relato repleto de verdades, de medias verdades y también de falsedades. Se considera su mejor escrito y una obra que, debido al dibujo, se considera la fusión del Dalí literato con el Dalí dibujante, sirviendo como herramienta para narrar sus memorias y conformar un todo: una cosmología sobre el origen, la formación del mundo dalainiano.

Ya llegando hacia el final encontramos la Sala 10: Escenarios, donde veremos a un Dalí que se define como un artista eminentemente teatral que se ve a través de su obra y en la percepción de quienes la reciben. Dalí se pone al servicio de un campo que no le es propio pero en el que se desenvuelve fácilmente: el mundo del espectáculo. En esta sala podemos ver como su creación se expande a la creación de guiones cinematográficos, diseño de decorados y vestuario.
Entre las obras de esta sala destacan los Bocetos para la escenografía de Don Juan Tenorio de 1950:


También está el Proyecto para Laberinto, el ballet para el que trabajó que trata sobre la mitología y el Minotauro. También están los Proyectos para el cortometraje de Destino, que Walt Disney lanzó en 2003 pero cuya inicio se formó en 1946 de mano de la creatividad apabullante de Dalí.
Aquí a la derecha os pongo uno de los proyectos que el artista hizo para llevar a cabo esta obra maestra y en este enlace os pongo el cortometraje para que podáis disfrutarlo.

Antes de pasar a la última sala, ya apartados de los cortometrajes y escenarios de teatro y ballet tenemos la obra de La tentación de San Antonio (imagen de la izquierda), una de sus obras más conocidas también y que no se puede pasar por alto. Pintada en 1946 esta obra refleja, como otras de sus obras, la gran capacidad que tenía Dalí para jugar con los espacios y las perspectivas en sus obras, convirtiendo el lienzo en una ventana desde donde se puede apreciar la profundidad de las mismas.

Por último entramos en la sala 11, que por ser la última no deja de ser menos impresionante o importante que el resto, todo lo contrario, tiene muchísimas obras que merecen la pena. La Sala 11 es El enigma estético, en ella nos situamos ya a partir de los años 60 y, a pesar de los años, se ve todavía a un Dalí cuyos intereses intelectuales continúan expandiéndose, lo cual le lleva a experimentar con nuevos campos que, de nuevo, se tornan ajenos al mundo del arte, introduciéndose así en el campo de la ciencia y la tecnología (lo que le llevará hacia nuevos lenguajes como la estereoscopía o la holografía) y también en un mundo de performances que concibe y protagoniza en su papel de gran agitador de masas. Lo más importante de la sala, sin embargo, es los pasos que da Dalí en su búsqueda de la Cuarta Dimensión, a la cual dedica su obra pintada en 1979 y que se sitúa al final de la sala donde el espectador puede ver la perfecta síntesis del imaginario dalainiano, del Renacimiento Italiano, de la estereoscopía y de sus grandes preocupaciones:

Entre las obras expuestas destacan La máxima velocidad de la Madona de Rafael y Retrato de mi hermano muerto, obras en las que los rostros se separan dividiéndose en puntos y esferas que, desde lejos, permiten ver el conjunto que Dalí quiso hacer para el mundo. Sin embargo las obras que me impactaron mucho de esta sala fueron las dos obras que conforman Batalla en las nubes, dos obras con un inteligente uso de la perspectiva que crean un espacio en tres dimensiones perfecto donde poder contemplar la profundidad de la obra. 
Además en la exposición, precisamente para resaltar ese juego de profundidad, están las dos obras colocadas juntas en oblicuo pero con un espejo en medio que reflejaba por ambas caras lo que hacía que, al verlo de frente, se formase un triángulo con la obra y su reflejo resaltando todavía más la gran profundidad que poseen las obras. 
La Sala 11 está dividido en dos partes y Batalla en las nubes es la que da paso a la segunda parte, la cual se presenta  con una publicación de Dalí de 1956 en Amazing Stories que dice así "Creo que en 2001 se habrán fusionado ya el arte y la ciencia. El arte es el reflejo de la absoluta discontinuidad de la materia y la ciencia es su huella. En 2001 los artistas, escultores y pintores serán capaces de plasmar esta continuidad en un nuevo tipo de armonía explosiva".         Con estas palabras la siguiente obra que se nos presente, justo a la izquierda de ellas, es la obra de Velázquez pintando a la infanta Margarita con las luces y sombras de su gloria, una obra (como bien indica su nombre) oscura pero aun así refleja la importancia de la luz al jugar con los contrastes, que tiene presente ese juego de las dobles dimensiones y de crear diseños sobre otros para engañar al ojo. A mí sinceramente, que no la conocía, me gustó mucho la obra. 

No hay duda de que la exposición es IMPRESIONANTE, larga y muy completa como veréis, digna de un par de horas largas de nuestro tiempo y de pagar por verla para quien pueda. A mi me ha encantado de verdad, me parece que merece muchísimo la pena y no me extraña las colas que trae consigo para poder verla. 

Mientras la veía no podía quitarme la canción de Mecano dedicada a este gran genio "realista y surrealista, con luz impresionista y trazo impresionante" que convierte toda su obra en un delirio colorista. Lo cierto es que mi cerebro la traía a mi cabeza una y otra vez y me veía tarareándola mientras veía sus cuadros, pensando en esa pregunta que no puede evitar quién ve sus delirios plásticos que llevan a "De dónde acaba el genio a dónde empieza el loco. Mirada deslumbrada de dónde acaba el loco a dónde empieza el hada", con la sutil certeza de esa belleza en cada uno de los pequeños detalles de toda su obra. No tengo ninguna duda, yo estoy con Mecano: 

Si te reencarnas en cosa, hazlo en lápiz o en pincel. (...)
Si te reencarnas en carne, vuelve a reencarnate en ti,
que andamos justos de genios, "Eugenio" Salvador Dalí.



* Todas las imágenes, exceptuando la de la espera para entrar al museo que ha sido tomada por Lucía Berruga, han sido obtenidas de las fuentes de imágenes de internet. 


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