He oído hablar del De María desde
hace mucho tiempo porque mis padres han ido bastante tanto solos como con
amigos y siempre han hablado muy bien de la carne que ofrece este restaurante.
Sin embargo, por precio, nunca había ido a comer… hasta que una amiga me llevó
a comer de menú, que resulta que es muy económico porque puedes elegir entre
dos distintos y el más caro no se diferencia prácticamente en nada del menú
diario de cualquier otro restaurante: 10 euros el menú básico y 12,50 el menú
más elaborado, aunque realmente la diferencia es que en el primer menú vienen
determinados los platos que se sirven mientras que en el segundo se puede
elegir entre distintas variantes (no muy amplias) tanto para el entrante, el
plato principal y el acompañante del mismo. Además siempre se acompaña de un
cuenco con una generosa ración de salsa chimichurri casera muy buena, excelente
para acompañar los platos del menú y mojar el pan que incluye.
Es decir, el menú es cerrado y,
en el caso del menú abierto, no da ni por asomo la amplitud de platos que
suelen ofrecer otros restaurantes. Sin embargo la calidad del producto ofrecido
hace que merezca la pena.
Lo que puede tener de malo es que
el menú es en barra, y eso crea cierta confusión si el servicio no es bueno; mi
pareja y yo por ejemplo, hace un par de semanas tuvimos que ir a dos diferentes
porque en el primero, el que se encuentra en la Calle Preciados 32, nos
hicieron pasar y nos dijeron que nos sentásemos en barra, pero no había sitio y
dentro ningún camarero se acercó a preguntarnos o a ofrecer algún tipo de lugar
de espera alternativo, simplemente pasaron de largo ignorándonos.
No me gustó
nada el trato que nos dieron y tras 5 minutos nos fuimos… pero cuando lo hicimos tampoco hicieron
ninguna tentativa de atendernos lo que hizo que estuviésemos a punto de cambiar
de idea y comer en otro restaurante, pero yo quería comer en él porque sabía
que la comida era buena y, por suerte, a 5 minutos (en la Plaza Isabel II, 8 )
había otro, así que decidimos probar a
ver si teníamos suerte y el servicio era un poco mejor (tampoco hacía falta
poner mucho empeño para lograrlo). Efectivamente nos atendieron muy bien según
entramos y, para mejorarlo aún, aunque el menú solo se sirve en barra, en este
establecimiento tenían un espacio con mesas para el menú, por lo que distaba
mucho de otros al tener más espacio para los platos, permitiendo además una
bonita decoración floral.
Respecto al menú del De María,
como buen argentino, ofrece solo comida para carnívoros. Si vas y pides el menú
básico el entrante es un delicioso chorizo, seguido del plato principal que
consiste en un asado de tira y acompañado por una enorme patata asada envuelta
en papel de plata para conservar el calor.
Si quieres cambiar las distintas
partes del menú es cuando sube a 12,50 porque puedes elegir los mismos platos
que ofrece el menú básico pero, si lo deseas, puedes cambiarlos por otros: en
los entrantes además de chorizo puedes elegir entre morcilla y empanada; de
plato principal además del asado de tira puedes escoger pollo y como
acompañante, además de la patata asada, puedes elegir entre patatas fritas o
una ensalada mixta.
Mi consejo es que si vais a pedir
lo que ofrece el menú básico escojáis este (obviamente), pero si vais dos
personas podéis pedir los dos tipos y compartir. Eso fue lo que hicimos nosotros:
mi chico se pidió el básico y yo el más caro con la empanada de entrante y la
ensalada mixta de acompañante del asado de tira (está muy buena y la puedes
pedir poco hecha o al punto), es una de las carnes más rica que hay y en
comparación, para mí, el pollo no tiene nada que hacer.
La empanada es deliciosa, de
carne con aceitunas, muy tierna y sorprende mucho su intenso sabor. Es la mejor
elección desde luego combinar ambos menús (si os gustan los platos del otro
claro), de esta forma por 22,50 mi pareja comió media empanada y yo medio
chorizo, cada uno comió su plato principal al gusto (yo poco hecha y él al
punto) y de acompañante compartimos la ensalada mixta, de gran tamaño y muy
fresquita, ideal para aligerar la comida; él, a cambio, me dio un trozo de la
patata asada que, como os decía, es enorme y se hace con mantequilla: una bomba
deliciosa y perfecta para acompañar a la carne…
pero también muy pesada, de ahí la necesidad de poner un poco de verde
para complementar la comida.
De postre mi pareja podía escoger
entre café o helado, yo podía escoger también flan (por ser el menú “avanzado”)
pero me pedí un café y él un helado de chocolate. Lo mejor fue que, de regalo,
y como detalle de la casa, nos trajeron unos sorbetes de mango deliciosos (mi
chico que es un apasionado del mango casi se derrite al probarlo).
Sin duda una
gran forma de terminar una comida deliciosa y que, si bien es cierto que no
empezó con buen pie por el incidente en el primer restaurante, supo cerrar a la
perfección ese gran placer que es, para mí, salir a
comer.
* Todas las imágenes de este post han sido tomadas por Lucía Berruga (L.B.)
Tiene muy buena pinta :-)
ResponderEliminarNo soy mucho de ir a sitios nuevos pero creo que con tus críticas estoy haciendo una larga lista.
¡Abrazos!
Me alegra que te guste y estar haciendo que te hagas una buena lista
EliminarDe eso se trata... Pues ya sabes! Si vas te pasas por aquí de nuevo a comentar ;)
Un abrazo