viernes, 8 de enero de 2016

"ARQUETIPOS" EN EL THYSSEN PROFUNDIZA SOBRE LA OBRA DE EDVARD MUNCH


La exposición de Edvard Munch, Arquetipos, que el Thyssen ofrece en sus salas hasta el próximo 17 de enero es una propuesta perfecta de tarde o de mañana cultural para empezar el año como se merece. Las salas del museo reúnen una selección completa de un total de 80 obras que ayudan a examinar la larga y prolífica carrera que tuvo el pintor, además de que permite mostrar su capacidad de sintetizar las obsesiones del hombre contemporáneo.

Munch (1863 – 1944), considerado uno de los padres de la modernidad junto a Cézanne, Van Gogh y Gauguin, fue capaz de generar un arte que germinó como una mezcla de tradición y de experimentación: formas planas y sinuosas, el uso simbólico del color, la deformación expresiva del cuerpo, así como las texturas y técnicas experimentales de grabado fueron elementos básicos de sus vocabularios artísticos. Estos elementos son los que ahora podremos ver en una selección completa de obras que nos permiten acercarnos a ese lenguaje artístico tan personal  del pintor.

El nombre de la exposición proviene del hecho de que esta reúne un amplio catálogo de arquetipos emocionales a través de los cuales Munch muestra sus diferentes obsesiones existenciales como el amor, el deseo, los celos, la ansiedad o la muerte;  pero también veremos reflejados en sus obras estados anímicos como la melancolía, la pasión o la sumisión.

En cada una de las nueve secciones que se configuran la exposición veremos estas obsesiones y arquetipos, los cuales se nos mostrarán a través de figuras humanas en diversos escenarios, como la costa, los bosques, la noche… o habitaciones como la de la enferma. Una combinación completa de obras de sus primeras épocas y de versiones más tardías, así como pinturas y obras gráficas que ayudan a subrayar la circularidad temática y existencial de la obra del artista.

MELANCOLÍA

En esta primera sección encontraremos obras que rompieron precozmente con las convenciones artísticas y sociales de su época ya que abandonó la representación de la realidad de una forma más visible y objetiva  abordando la naturaleza como un espejo de las emociones más profundas.

En estas secciones encontraremos obras como Atardecer de 1888 (imagen de la izquierda), pintura que ya en su momento inauguró un tipo de composiciones que utilizó en diferentes versiones de la obra que da título a la sección, remarcando pinceladas ondulantes y una serie de conceptos subjetivos. En obras como la de debajo: Dos seres humanos. Los solitarios (1899) encontramos un cuadro que logra transmitir el sentimiento de soledad o ensimismamiento a través de unos personajes que están paralizados en una especie de tensión estática.



MUERTE

Esta sección se inicia con una frase del pintor que dice “Cuando pinto la enfermedad y la desgracia supone un sano desahogo. Es una reacción saludable de la que se puede aprender y según la cual se puede vivir.

Así pues encontraremos obras como La niña enferma (1907), una imagen de la que el artista realizó seis versiones diferentes y varios grabados, todo con la intención de retratar esas escenas dedicadas al tema de la muerte, así como el miedo del ser humano a la muerte, que se plasma a través de distintas texturas, como si a través de la materialidad de sus obras Munch quisiera simbolizar la fragilidad de la carne y como se deteriora el cuerpo hasta llegar a la muerte.

PÁNICO

Ver a todas las personas detrás de sus máscaras, rostros sonrientes, tranquilos, pálidos cadáveres que corren inquietos por un sinuoso camino cuyo final es la tumba”. 

Esta es la frase que da inicio a la sala titulada Pánico, que nos sitúa en la segunda mitad del siglo XIX, ante el nuevo ambiente de las ciudades, abarrotadas por las masas, que transformaron el modo en que el hombre moderno percibía su relación con el mundo. Sin embargo lo que veremos en las obras de Munch no será esta forma de relacionarse, si no patologías emocionales que surgen de la relación con la gran ciudad tales como la angustia, la ansiedad y la incertidumbre. De estas emociones surgieron obras como Ansiedad (1896), El grito (1895) situado a la izquierda o Pánico.

MUJER

En esta sección veremos la imagen cambiante de la mujer que pasó ante los ojos del pintor y que se convirtió en el centro de su universo pictórico. Por ello en la sala encontraremos una frase que cita: "Viví una época de transición, en pleno proceso de emancipación de las mujeres; en esta época el hombre se convierte en el sexo débil." Así, en su obra, el autor hace aparecer  a la mujer idealizada o demonizada según dos arquetipos contrapuestos: la femme fragile (la mujer ideal, casta y delicada) o la femme fatale (la mujer amenazadora y seductora).



La figura femenina está muy bien representada en su cuadro Mujer (obra de 1925 que os muestro arriba), en ella está simbolizada la trinidad de la naturaleza cambiante del sexo femenino: a la izquierda la femme fragile, una joven virgen vestida de blanco; en el centro la femme fatale desnuda que invita al acto sexual; y a la derecha la mujer madura y más marchita.

Sin embargo hay otras obras significativas sobre la mujer como Pubertad (imagen de la derecha que además presenta el folleto de la exposición) o Cenizas, en las cuales se ve cómo la mujer adopta un papel de dominación y seducción. 

MELODRAMA

"La mirada es exploratoria, interesada, llena de odio y de amor". 

Más palabras para marcar una sala donde podremos ver algunos de los viejos temas sobre el amor y los celos, pero con un toque más amargo, cercano al melodrama (de ahí el nombre de la sala).

En ella los personajes se transforman en actores que se mueven en un pequeño escenario frente a nuestros ojos, con expresiones distorsionadas de ansiedad y de dolor. Encontraremos obras como Celos (imagen de arriba a la izquierda de 1913) o Mujer llorando (imagen de la derecha de 1909) donde estas emociones se hacen presentes a partir de una técnica más expresionista que dará violencia a las pinceladas y al color.

En este tipo de obras (especialmente en la de mujer llorando) Munch se aleja del arquetipo de mujer dominante que nos mira de frente y se la ve en posición de lamentación y ruptura trágica.

AMOR

El amor conforma un misterio dentro del universo pictórico del artista que a día de hoy se sigue considerando inescrutable. 

En la mayoría de las obras de esta sección podremos ver el lado oscuro de la relación amorosa, donde Eros (el responsable de la atracción sexual, el sexo y el amor en la mitología griega), aparece presente pero solo desde una perspectiva de amenaza que deriva siempre en dolor.

No es de extrañar, por tanto, que esta parte de la exposición este coronada por una frase como la siguiente: "El amor puede convertirse en odio, la compasión en crueldad". Un odio y una crueldad que sobretodo cobrarán forma en obras como la series dedicadas a la Mujer vampiro (nombre ya por si mismo muy revelador). En ellas (como en la imagen de la izquierda titulada Mujer vampiro en el bosque), la tensión entre el amor y el dolor cada vez va siendo más visible y se deja palpar contraponiendo en la relación amorosa el abrazo de la pareja con el mordisco mortal del vampiro, como vemos en al imagen de debajo. 


En otras obras como la de El beso y su secuencia en diferentes versiones, podremos ver por el contrario, una progresión en la abstracción de la imagen, aunque eso no le quita visibilidad al hecho de que la pareja esté unida, casi indistinguible el uno del otro… una unión que toma forma en ese abrazo que hemos visto en obras como Mujer vampiro donde la mujer atrapa al hombre incluso con su larga cabellera y, psicológicamente, lo domina.



NOCTURNOS

Obras aun más oscuras del autor, si caben, presentadas bajo una cita que dice "Las largas horas nocturnas con sus infinitos pensamientos siniestros, hasta que al fin, al fin llega la mañana. Pero después otra vez el largo día y otra vez la noche sin sueño".

En esta parte de la exposición encontraremos por tanto escenas ambientadas en las noches, concretamente en las, paradójicamente, luminosas noches del norte, donde Munch pudo encontrar la forma de expresar un mundo nocturno de distintas formas a través de su obra, dándole un contenido psíquico. Así, veremos como la noche se vuelve amenazante en obras como La tormenta, poética en Noche estrellada (imagen de la derecha pintada entre 1922  y 1924) o misteriosa y algo siniestra en Bajo las estrellas (imagen de debajo pintada entre 1900 y 1905).



VITALISMO

Tras volver definitivamente a noruega  en 1909, tras dos décadas de exilio voluntario entre Francia y Alemania, podremos encontrar obras donde prima los motivos plásticos vitalistas y terrenales, con un estilo más colorista del visto hasta ahora, así como monumental. 

Es en esta sección donde aparecerán temas inéditos como el trabajo agrícola, las escenas rurales o las  estaciones  del año, temática que se verá reflejada también en la cita escogida para la sección "De mi putrefacto cadáver brotarán las flores y yo estaré en ellas, la eternidad."

El símbolo del árbol de la vida aparecerá en obras como Bajo el castaño (imágen de arriba a la izquierda), obras que a veces combina con el tema de Adán y Eva, al que también dedica alguna obra como la de la derecha que bajo el mismo nombre ayuda a ver cómo el autor plasmaba y a  reflejaba su idea sobre un mundo que está en permanente cambio.

Otras obras, hechas en serie, que aparecen en Vitalismo son las de Las niñas en el puente (imagen de la izquierda), serie que jugó un papel primordial en la transformación del arte de Munch a comienzos del siglo XX especialmente por su estilo colorista y alegre, aunque no dejó por ello de perder ese toque de misterio, siniestralidad y excentricismo (como bien se puede leer a través de la frase ya citada) que caracterizaba al artista. 




DESNUDOS

Por último nos encontraremos con la sección Desnudos, donde la figura humana se desnuda como tema central de la obra de Munch, aunque no con intención erótica, sino para formular a través del cuerpo humano sentimientos como la pasión, la ansiedad y el dolor, tan propios del autor y de su obra. Sentimientos que se verán reflejados en obras como la obra que os pongo a la derecha: Desnudo femenino de rodillas (1919).

Aun así también encontraremos gran sensualidad y belleza en los cuerpos de aquellos desnudos que realizó en solitario en su estudio como la preciosa obra de Desnudo de pie sobre fondo azul (imagen de la izquierda), donde encontraremos a una mujer joven con una posición muy similar a la que ya habíamos visto en su otro cuadro Mujer.

Este tipo de pintura interesó sobre todo a Munch en las décadas finales de su carrera, cuando, después de su largo deambular por las diferentes ciudades, el estudio de Ekely (Oslo) se convirtió para el artista en un espacio de experimentación y de reflexión sobre las aspiraciones de su arte. 


Una exposición preciosa y muy completa para profundizar en la obra de este gran artista que supo plasmar en sus cuadros sus emociones y frustraciones de la vida. Ahora, tras más de tres meses en las salas del Thyssen de Madrid, quedan los últimos días y las últimas oportunidades para poder visitarla y maravillarse de sus colores, su perspectiva sobre el mundo y lo que el mismo autor escribió y está plasmado en las paredes de la exposición:

"En mi arte he intentado explicarme la vida y su sentido, también he pretendido ayudar a los demás a entender su propia vida"



* Todas las imágenes de esta exposición, menos las dos primeras que han sido tomadas por Lucía Berruga (L.B.), han sido sacadas de las fuentes de imágenes de internet


2 comentarios:

  1. Una exposición interesante, no me entero ni de la mitad de las cosas que hay en esta ciudad, gracias por abrirme un poco los ojos jejeje.

    Salud!

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    1. Si te sirve yo tampoco me entero de muchas jeje y de aquellas que si me entero no puedo ir o si voy no puedo reseñarlas... pero bueno, se hace lo que se puede con el tiempo que se tiene, así que me alegra que sirva para informar a otros :) :)

      Un abrazo

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