La
exposición de Edvard Munch, Arquetipos, que el Thyssen ofrece en sus salas hasta el
próximo 17 de enero es una propuesta perfecta de tarde o de mañana cultural
para empezar el año como se merece. Las salas del museo reúnen una selección
completa de un total de 80 obras que ayudan a examinar la larga y prolífica
carrera que tuvo el pintor, además de que permite mostrar su capacidad de
sintetizar las obsesiones del hombre contemporáneo.
Munch
(1863 – 1944), considerado uno de los padres de la modernidad junto a Cézanne,
Van Gogh y Gauguin, fue capaz de generar un arte que germinó como una mezcla de
tradición y de experimentación: formas planas y sinuosas, el uso simbólico del
color, la deformación expresiva del cuerpo, así como las texturas y técnicas
experimentales de grabado fueron elementos básicos de sus vocabularios
artísticos. Estos elementos son los que ahora podremos ver en una selección completa
de obras que nos permiten acercarnos a ese lenguaje artístico tan personal del pintor.
En
cada una de las nueve secciones que se configuran la exposición veremos estas
obsesiones y arquetipos, los cuales se nos mostrarán a través de figuras
humanas en diversos escenarios, como la costa, los bosques, la noche… o
habitaciones como la de la enferma. Una combinación completa de obras de sus
primeras épocas y de versiones más tardías, así como pinturas y obras gráficas
que ayudan a subrayar la circularidad temática y existencial de la obra del
artista.
MELANCOLÍA
En
esta primera sección encontraremos obras que rompieron precozmente con las
convenciones artísticas y sociales de su época ya que abandonó la
representación de la realidad de una forma más visible y objetiva abordando la naturaleza como un espejo de las
emociones más profundas.
En
estas secciones encontraremos obras como Atardecer de 1888 (imagen de la izquierda), pintura que ya en
su momento inauguró un tipo de composiciones que utilizó en diferentes
versiones de la obra que da título a la sección, remarcando pinceladas
ondulantes y una serie de conceptos subjetivos. En obras como la de debajo: Dos seres
humanos. Los solitarios (1899) encontramos un cuadro que logra transmitir el
sentimiento de soledad o ensimismamiento a través de unos personajes que están
paralizados en una especie de tensión estática.
MUERTE
Esta
sección se inicia con una frase del pintor que dice “Cuando pinto la enfermedad
y la desgracia supone un sano desahogo. Es una reacción saludable de la que se
puede aprender y según la cual se puede vivir.”
Así
pues encontraremos obras como La niña enferma (1907), una imagen de la que el artista
realizó seis versiones diferentes y varios grabados, todo con la intención de
retratar esas escenas dedicadas al tema de la muerte, así como el miedo del ser
humano a la muerte, que se plasma a través de distintas texturas, como si a
través de la materialidad de sus obras Munch quisiera simbolizar la fragilidad
de la carne y como se deteriora el cuerpo hasta llegar a la muerte.
PÁNICO
“Ver
a todas las personas detrás de sus máscaras, rostros sonrientes, tranquilos,
pálidos cadáveres que corren inquietos por un sinuoso camino cuyo final es la
tumba”.
Esta es la frase que da inicio a la sala titulada Pánico, que nos sitúa
en la segunda mitad del siglo XIX, ante el nuevo ambiente de las ciudades,
abarrotadas por las masas, que transformaron el modo en que el hombre moderno
percibía su relación con el mundo. Sin embargo lo que veremos en las obras de
Munch no será esta forma de relacionarse, si no patologías emocionales que
surgen de la relación con la gran ciudad tales como la angustia, la ansiedad y
la incertidumbre. De estas emociones surgieron obras como Ansiedad (1896), El
grito (1895) situado a la izquierda o Pánico.
MUJER
En
esta sección veremos la imagen cambiante de la mujer que pasó ante los ojos del
pintor y que se convirtió en el centro de su universo pictórico. Por ello en la
sala encontraremos una frase que cita: "Viví una época de transición, en
pleno proceso de emancipación de las mujeres; en esta época el hombre se
convierte en el sexo débil." Así, en su obra, el autor hace aparecer a la mujer idealizada o demonizada según dos
arquetipos contrapuestos: la femme fragile (la mujer ideal, casta y delicada) o
la femme fatale (la mujer amenazadora y seductora).
La figura
femenina está muy bien representada en su cuadro Mujer (obra de 1925 que os
muestro arriba), en ella está simbolizada la trinidad de la naturaleza
cambiante del sexo femenino: a la izquierda la femme fragile, una joven virgen
vestida de blanco; en el centro la femme fatale desnuda que invita al acto
sexual; y a la derecha la mujer madura y más marchita.
Sin
embargo hay otras obras significativas sobre la mujer como Pubertad (imagen de la derecha que además presenta el folleto de la exposición) o Cenizas,
en las cuales se ve cómo la mujer adopta un papel de dominación y seducción.
MELODRAMA
"La
mirada es exploratoria, interesada, llena de odio y de amor".
Más palabras
para marcar una sala donde podremos ver algunos de los viejos temas sobre el
amor y los celos, pero con un toque más amargo, cercano al melodrama (de ahí el
nombre de la sala).
En
ella los personajes se transforman en actores que se mueven en un pequeño
escenario frente a nuestros ojos, con expresiones distorsionadas de ansiedad y
de dolor. Encontraremos obras como Celos (imagen de arriba a la izquierda de 1913) o Mujer
llorando (imagen de la derecha de 1909) donde estas emociones se hacen
presentes a partir de una técnica más expresionista que dará violencia a las
pinceladas y al color.
En
este tipo de obras (especialmente en la de mujer llorando) Munch se aleja del
arquetipo de mujer dominante que nos mira de frente y se la ve en posición de
lamentación y ruptura trágica.
AMOR
El
amor conforma un misterio dentro del universo pictórico del artista que a día
de hoy se sigue considerando inescrutable.
En la mayoría de las obras de esta
sección podremos ver el lado oscuro de la relación amorosa, donde Eros (el
responsable de la atracción sexual, el sexo y el amor en la mitología griega), aparece
presente pero solo desde una perspectiva de amenaza que deriva siempre en
dolor.
No
es de extrañar, por tanto, que esta parte de la exposición este coronada por
una frase como la siguiente: "El amor puede convertirse en odio, la
compasión en crueldad". Un odio y una crueldad que sobretodo cobrarán
forma en obras como la series dedicadas a la Mujer vampiro (nombre ya por si mismo
muy revelador). En ellas (como en la imagen de la izquierda titulada Mujer vampiro en el bosque), la tensión entre el amor y el dolor cada vez va siendo
más visible y se deja palpar contraponiendo en la relación amorosa el abrazo de
la pareja con el mordisco mortal del vampiro, como vemos en al imagen de debajo.
En
otras obras como la de El beso y su secuencia en diferentes versiones, podremos
ver por el contrario, una progresión en la abstracción de la imagen, aunque
eso no le quita visibilidad al hecho de que la pareja esté unida, casi indistinguible
el uno del otro… una unión que toma forma en ese abrazo que hemos visto en
obras como Mujer vampiro donde la mujer atrapa al hombre incluso
con su larga cabellera y, psicológicamente, lo domina.
Una exposición preciosa y muy completa para profundizar en la obra de este gran artista que supo plasmar en sus cuadros sus emociones y frustraciones de la vida. Ahora, tras más de tres meses en las salas del Thyssen de Madrid, quedan los últimos días y las últimas oportunidades para poder visitarla y maravillarse de sus colores, su perspectiva sobre el mundo y lo que el mismo autor escribió y está plasmado en las paredes de la exposición:
NOCTURNOS
Obras
aun más oscuras del autor, si caben, presentadas bajo una cita que dice
"Las largas horas nocturnas con sus infinitos pensamientos siniestros,
hasta que al fin, al fin llega la mañana. Pero después otra vez el largo día y
otra vez la noche sin sueño".
En
esta parte de la exposición encontraremos por tanto escenas ambientadas en las
noches, concretamente en las, paradójicamente, luminosas noches del norte,
donde Munch pudo encontrar la forma de expresar un mundo nocturno de distintas
formas a través de su obra, dándole un contenido psíquico. Así, veremos como la
noche se vuelve amenazante en obras como La tormenta, poética en Noche
estrellada (imagen de la derecha pintada entre 1922
y 1924) o misteriosa y algo siniestra en Bajo las estrellas (imagen de debajo pintada entre 1900 y 1905).
VITALISMO
Tras
volver definitivamente a noruega en
1909, tras dos décadas de exilio voluntario entre Francia y Alemania, podremos
encontrar obras donde prima los motivos plásticos vitalistas y terrenales, con
un estilo más colorista del visto hasta ahora, así como monumental.
Es en esta
sección donde aparecerán temas inéditos como el trabajo agrícola, las escenas
rurales o las estaciones del año, temática que se verá reflejada también en la cita escogida para la sección "De mi putrefacto cadáver brotarán las flores y yo estaré en ellas, la eternidad."
El símbolo del árbol de la vida
aparecerá en obras como Bajo el castaño (imágen de arriba a la izquierda), obras que a veces combina con el tema
de Adán y Eva, al que también dedica alguna obra como la de la derecha que bajo el mismo nombre ayuda a ver cómo el autor plasmaba y a reflejaba su idea sobre un mundo que está en permanente
cambio.
Otras
obras, hechas en serie, que aparecen en Vitalismo son las de Las niñas en el
puente (imagen de la izquierda), serie que jugó un papel primordial en la transformación del arte de Munch
a comienzos del siglo XX especialmente por su estilo colorista y alegre, aunque no dejó por ello de perder ese toque de misterio, siniestralidad y excentricismo (como bien se puede leer a través de la frase ya citada) que caracterizaba al artista.
DESNUDOS
Por
último nos encontraremos con la sección Desnudos, donde la figura humana se
desnuda como tema central de la obra de Munch, aunque no con intención erótica,
sino para formular a través del cuerpo humano sentimientos como la pasión, la
ansiedad y el dolor, tan propios del autor y de su obra. Sentimientos que se
verán reflejados en obras como la obra que os pongo a la derecha: Desnudo
femenino de rodillas (1919).
Aun
así también encontraremos gran sensualidad y belleza en los cuerpos de aquellos
desnudos que realizó en solitario en su estudio como la preciosa obra de Desnudo
de pie sobre fondo azul (imagen de la izquierda), donde encontraremos a una mujer joven con una posición muy similar a la que ya habíamos visto en su otro cuadro Mujer.
Este
tipo de pintura interesó sobre todo a Munch en las décadas finales de su
carrera, cuando, después de su largo deambular por las diferentes ciudades, el
estudio de Ekely (Oslo) se convirtió para el artista en un espacio de
experimentación y de reflexión sobre las aspiraciones de su arte.
Una exposición preciosa y muy completa para profundizar en la obra de este gran artista que supo plasmar en sus cuadros sus emociones y frustraciones de la vida. Ahora, tras más de tres meses en las salas del Thyssen de Madrid, quedan los últimos días y las últimas oportunidades para poder visitarla y maravillarse de sus colores, su perspectiva sobre el mundo y lo que el mismo autor escribió y está plasmado en las paredes de la exposición:
"En mi arte he intentado explicarme la vida y su sentido, también he pretendido ayudar a los demás a entender su propia vida"
* Todas las imágenes de esta exposición, menos las dos primeras que han sido tomadas por Lucía Berruga (L.B.), han sido sacadas de las fuentes de imágenes de internet
Una exposición interesante, no me entero ni de la mitad de las cosas que hay en esta ciudad, gracias por abrirme un poco los ojos jejeje.
ResponderEliminarSalud!
Si te sirve yo tampoco me entero de muchas jeje y de aquellas que si me entero no puedo ir o si voy no puedo reseñarlas... pero bueno, se hace lo que se puede con el tiempo que se tiene, así que me alegra que sirva para informar a otros :) :)
EliminarUn abrazo