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Domingo 24 de mayo de 2015


"EL PRINCIPITO" SALE DEL LIBRO DE PAPEL PARA TRANSFORMARSE EN TEATRO Y DANZA




No conozco a nadie que no conozca la obra literaria de El Principito, sus frases míticas como "Lo esencial es invisible a los ojos" siguen a día de hoy escritas a fuego en la vida de muchas personas, como un mensaje que se transmite de padres a hijos y que deja un rastro profundo. Por eso nada me parecía mejor que aprovechar mi mañana del domingo pasado para ir a ver la representación teatral y de danza de El Principito en el Teatro Cofidis Alcazar. El espectáculo, creado por el reconocido bailarín y coreógrafo internacional José Tirado, ha adaptado esta obra de literatura que ha encandilado a generación tras generación, al lenguaje y sensibilidad para que los niños, a partir de la edad de 4 años, puedan disfrutarla y entenderla. Así, de una forma teatral, se integran sobre el escenario los distintos personajes de la obra a través de la coreografía, un abanico de estilos de danza y los audiovisuales.

Un elenco de artistas de altísimo nivel que bailan poniéndole movimiento a la obra y haciéndolo a través de diferentes estilos: desde el clásico más virtuoso hasta la danza contemporánea, la acrobacia o el “contact”, una técnica de danza basada en la improvisación, la cual parte de los diferentes puntos de contacto físicos convirtiéndola en una de las formas de baile más conocidas y características de las formas de danza postmodernas; todos ellos enfocados a que los niños puedan apreciar los diferentes lenguajes corporales para incorporarlos a su bagaje cultural mientras disfrutan de las aventuras y los secretos que El Principito tiene que ofrecer.



Lo cierto es que El Principito es una de esas historias que llevan dejando huella desde hace mucho, por lo que no es de extrañar que la representación también lo haga, gracias a la fuerza y energía del baile, a la música y a la representación tan cuidada que lleva a que este extraordinario niño, que aparece en la tierra para cambiar la vida de un aviador, pueda además cambiar las de todos aquellos que están viéndola gracias a que los valores humanos más puros que poseen las páginas del libro y que trascienden más allá de ellas no se pierden sobre el escenario… sino que son resaltados a través de la música y las coreografías. La amistad, el amor, la justicia, la comprensión, la humildad, la sencillez, la belleza, la solidaridad y la esperanza son transmitidas con gran ternura como solo lo podría hacer el propio principito, en lucha contra esa vanidad, falta de imaginación, egoísmo y afán de posesión que el mundo posee y demuestra y que, además, nos introduce en una profunda incomunicación entre nosotros.





La imagen del niño que todos fuimos, donde la sencillez prima sobre la necesidad de poseer cosas, nos devuelve parte de esa inocencia que hemos perdido al crecer e introducirnos en el mundo de los adultos. Una obra hecha para niños pero recomendada para los padres, donde estos disfrutarán al mismo nivel que los más pequeños, además de poder hacerlo también de una escenificación perfecta de la historia. 
Ya no somos niños y quizás por eso mismo la obra tiene su encanto para todos los públicos porque, siguiendo la frase mítica de "Lo esencial es invisible a los ojos", el hecho de que el espectáculo esté enfocado a los niños hace que los más pequeños de la sala se rían de algunas cosas que hacen los personajes, lo que crea un ambiente mucho más distendido. Tened en cuenta que un adulto no ve ni procesa igual las cosas que un niño, en cuya mirada prima la sencillez, por lo que al empezar la representación yo no era capaz de ver la esencia de la obra, el poder emotivo y tierno que empezaba a desplegar; sin embargo, gracias a la risa de los niños que aderezaban las primeras narraciones de la historia y el encuentro entre el piloto y el principito, pude meterme de lleno en la historia y relajarme. Por eso más segura que nunca sé que esta representación es para niños, un espectáculo familiar, que hará que todos disfrutemos y podamos llegar a conectar con esa parte esencial de la obra que es "invisible a los ojos" si no es por la forma de ver la realidad que tienen los niños.

Si debo elegir una parte de la representación me quedo sin duda con el baile entre El Principito y la rosa, que transmitía ese amor y cuidado por ella, a pesar de que huye de su planeta motivado por los problemas que tienen en su relación,  ya que no consigue comunicarse ni satisfacer sus necesidades; es por ello por lo que El Principito abandona su planeta y acaba en la tierra, pero, como suele pasar, a veces lo que buscamos está más cera de lo que esperamos y, sin darnos cuenta, intentando encontrarlo acabamos alejados de ello; y eso es lo que transmite a través de los movimientos del baile y de la música.

Y si debo resaltar algo que cambiaría quizás sería al bailarín principal que hacía de El Principito; no por su actuación, pues estuvo impecable, sino por la caracterización ya que El Principito (a nivel personal) siempre ha sido y siempre será un niño, cuya inocencia si bien es capaz de transmitir José Tirado a través de sus gestos habría quedado más adecuado en alguien más joven. Sin embargo la carrera profesional de este bailarín y coreógrafo (que además ha creado el espectáculo), aporta una gran experiencia y calidad en toda la obra que hace que ese pequeño detalle quede dejado de lado. 

En el elenco también están otros tres grandes profesionales del gremio: Antonio Jiménez Navarro, Haizam Fathy y Astrid Julen; por último, destacar a Antonio Villa, el actor que narra la historia y que dará voz a todo lo que ocurre sobre el escenario (cuando no lo hace la música).



Grandes interpretaciones, preciosos y cuidados bailes para deleitar a pequeños y mayores y hacer que recuperemos a ese joven comprometido que habita dentro de nosotros y que aún vibra si se lo permitimos, luchando por salir y devolver parte de esa inocencia que la absorbente maquinaria del mundo nos ha robado bajo nuestro permiso. Familiar, bonito y tierno, El Principito representa a través del baile, la música, el teatro y los audiovisuales, ese espacio donde los niños pueden encontrar su "mundo de sueños" donde emocionarse y descubrir la vida que se le ha otorgado solo por el hecho de ser niños.

Recomendado, cierra sus funciones la próxima semana, pero aun tenéis dos más por delante durante el fin de semana que no debéis dejar pasar. Os dejo partes de la obra en vídeo, para que si aun no os habéis convencido, podáis hacerlo:







Jueves 7 de mayo de 2015



LA OBRA DE TEATRO "EL DISCO DE CRISTAL" NO DEJA INDIFERENTE A NADIE





Quedan pocas oportunidades para que los espectadores puedan disfrutar de la gran representación que se realiza en uno de los escenarios del Teatro LaraEl Disco de Cristal, una tragicomedia única, brillante, mágica y muy emotiva que lleva al espectador hasta donde las interpretaciones quieren, y más allá.

Secun de la Rosa, escritor y director de la obra, actúa también siendo Tommy Tomás, un antiguo cantante melódico con un solo éxito en su carrera, que sobrevive haciendo actuaciones esporádicas en garitos de mala muerte, por lo general muy mal pagadas, con la ayuda de sus dos hijos: Goyita (representada por Ana Hurtado) y Pere (representada por Xavi Melero), que además será el narrador de la historia.

Ellos tres serán los únicos actores de un teatro intimista que emociona desde el inicio y que trae a escena una mezcla de sueños inacabados, la esperanza de un futuro mejor y la lucha constante por sobrevivir, todo ello bañado de una realidad apabullante con la que el padre y los dos hijos chocan una y otra vez. 


Una realidad que sin embargo al padre no parece afectarle tanto, él vive aún montado sobre su sueño, mientras que su hijo Pere la percibe con toda claridad y su frustración se va dejando ver cada vez más en cada una de las escenas que se van sucediendo. Goyita por su parte está completamente dominada por su padre, frágil y con una autoestima dañada que la convierte en una persona muy tímida y antisocial debido a una cojera con la que nace, se debate entre las formas opuestas que tienen su padre y su hermano de ver la realidad, y parece incapaz de salir de aquella idea que representan unos viejos discos, discos de vinilo o de cristal según se mire, que guarda en un pequeño baúl y que representan su propia fragilidad.


Secun de la Rosa dirige esta obra, una adaptación de “El zoo de cristal” (The Glass Menagerie)  de Tennessee Williams, con la que tiene claros paralelismo y que, de forma poética, hace reír pero también emocionarse a sus espectadores; de esta forma se unen la comedia y el drama con el hilo conductor de la música de fondo, que, a través de canciones en directo de Mina y Bambino, nos transporta a la vida diaria de esta familia. La música, ya no solo como objetivo profesional de los tres protagonistas, sino que es aquello que adereza los diálogos así como lo que piensan los personajes.  

Canciones que ponen los pelos como escarpias, grandes voces y la guitarra inigualable en directo de Pablo Mendez, hacen del transcurso de la historia un paseo por el mundo de la música que lleva a los protagonistas a una lucha constante por seguir adelante y que les acerca la dura incertidumbre del futuro.

En realidad, como dice el propio Secun de la Rosa, la historia de Tommy Tomas es la historia de muchos: es un hombre de la España de los años 60 que en su juventud soñó con ser artista pero al que la vida no le ha tratado bien y le ha atropellado, pasando sobre él a golpes. Ello ha hecho que haya tenido que emigrar con su familia, como tantos otros, y que ahora, en el momento en el que se representa la obra, se encuentre en un mundo nuevo, solo con sus dos hijos adolescentes ya que su mujer, catalana, les abandona cuando los niños eran pequeños.



Tommy Tomas lo único que quiere es trabajar, pero ante todo quiere que sus hijos triunfen en el mundo de la música, lo que le acarreará grandes enfrentamientos con ellos, especialmente con Pere que compone canciones que nunca ven la luz y de cuyo trabajo como reponedor en un supermercado viven los tres. Este hecho hace que la realidad sea especialmente dura para él, ya que se da cuenta de todo y se ve enfrentado una y otra vez a su padre y a los frustrados sueños con los que este intenta vivir que, además, les arrastran a él y a su hermana sin cesar.  Por su parte Goyita, con su cojera de nacimiento debido a que le faltan tres centímetros en una pierna (un defecto muy pequeño), tiene un enorme complejo que no le permite demostrar el enorme talento que tiene como cantante, pues tiene una preciosa voz, pero su timidez enfermiza hace que no pueda sacarla partido, lo que hará que su padre pierda los nervios en más de una ocasión.

Respecto a sus interpretaciones Xavi Melero resulta ser el que más matices tiene y el que más juego da a nivel interpretativo, cuyas emociones son cambiantes entre su propia fuerza, su cruda visión de la realidad, su amor por su hermana y su constante enfrentamiento a un padre que se mueve entre la comicidad y el enfado, poniéndole siempre el contrapunto a la situación. Por su parte Ana Hurtado es la perfecta niña desbordada por las circunstancias, su interpretación es excelente: tierna y dulce a la vez, ningún espectador dudaría de que su timidez no sea real, lo que, acompañada de su melódica voz, le pone el punto de equilibrio a las actuaciones.

A lo largo de las distintas escenas vamos viendo esa lucha incansable por encontrar la dignidad, enfocada desde un punto de vista distinto en cada uno de los tres personajes; vamos viendo los cambios de ritmo y el paso del tiempo, y también vamos a ver la gran importancia del pasado sobre el presente de los tres protagonistas; vemos la búsqueda del éxito, reflexiones propias y personales sobre la vida, así como los recuerdos de un país que ya no existe… todo ello entre risas y alguna lagrimilla que se escapa entre los diálogos y canciones de los personajes.

El final de la obra, que obviamente no desvelaré, se plantea como algo inevitable que va tomando forma desde la primera escena, como resultado de ese camino que, en el fondo, todos seguimos y que parecemos condenados a repetir una y otra vez.

También destacan aquellas frases que se convierten en toda una estela de luz que ilumina la obra, como es la que pronuncia Tommy Tomas y que nos deja a todos el corazón un poco más encogido de lo que lo teníamos cuando entramos al teatro: 



Una obra representada en un universo intimista marcado por el desencanto y una profunda incertidumbre que, en clave de comedia, configura un presente que no deja espacio para los sueños y que está marcado por los lastres que arrastran los padres que, casi de forma inconsciente, se empeñan en que sus hijos sean la prolongación de ellos mismos. Este afán de que consigan aquellos sueños que a ellos se les han negado, y que intentarán alcanzar incluso manipulando y coartando sus vidas, se hará sin que les importe algo crear niños perdidos que, bajo una profunda dominación paterna, no puedan salir adelante, viéndose condenados a repetir los mismo errores que cometieron sus progenitores.



Diálogos inteligentes y humor con drama a partes iguales a través de grandes, enormes, interpretaciones, que hacen que el público se entregue de lleno, riendo y aplaudiendo cuando correspondía, así como manteniendo la tensión cuando el trasfondo oscuro y triste de la obra, como un desgarro profundo, se desplegaba sobre el escenario invitando a la reflexión. Así Secun de la Rosa ofrece una actualización fresca y renovada de El zoo de cristal, con amplias referencias a los 60, 70 y 80 mezcladas con guiños actuales que provocarán la risa del público y que nos toca el lado personal, creando una tragicomedia sencilla pero directa que hace las delicias del teatro y que brilla con luz propia sobre el escenario. No os la perdáis, el 30 de mayor echan el telón en Madrid.





Domingo 5 de abril de 2015

"CHAOS" DESATA LA TEORÍA DEL CAOS Y EL EFECTO MARIPOSA ANTE NUESTROS OJOS



Luis de Matos, el genio ilusionista, representa en Madrid su nueva creación "Chaos", donde el espectador verá como la realidad desafía a la razón


A veces el destino tiene cosas curiosas y peculiares, como es que por motivos laborales acabes con dos entradas para ver un espectáculo de magia en la Gran Vía de Madrid, o que justo tu pareja haya dejado el trabajo que le ocupaba todos los sábados noche desde hacía un año por otro mejor, y por tanto tenga la misma noche que está remarcada en las entradas libre para poder ir; o el hecho de que por ser entradas especiales nos sentasen en segunda fila para verlo todo, y nadie ocupase los asientos de delante. 
Nada ocurre por casualidad, cada decisión que tomamos cambia el mundo que nos rodea, el número infinito de coincidencias es lo que hace que acabemos llegando a donde estamos en ese momento, que, nunca más, se volverá a repetir… y eso es lo que nos viene a decir la obra Chaos, que de mano del mago portugués Luis de Matos está pasando fugazmente por nuestra ciudad, hasta hoy: domingo 5 de abril, justo el día en que este blog cumple 3 años, para representar su nuevo trabajo.

Luis de Matos, está considerado uno de los ilusionistas más importantes del mundo, laureado como el Mejor Mago del año en 1998 por la Academia de Artes Mágicas de Hollywood, también ha sido receptor del Premio Devant del club londinense The Magic Circle, galardón que se da a toda una carrera concediéndose a septuagenarios y que él recibió en 2013, convirtiéndose en el ilusionista más joven al conseguirlo con 43 años. Ahora, Luis de Matos estrena en Madrid, en el Teatro Compac de Gran Vía, un espectáculo avalado por colegas patrios de la talla de Luis Tamariz, Jorge Blass, el Mago Pop o Luis Piedrahita.

El mago presenta una función para encontrarse con su público y hablar con ellos del caos, del desorden, y de otras cosas que parecen incontrolables, al mismo tiempo que varían en relación directa con nuestras elecciones. Juega con la imaginación de los espectadores e interacciona con ellos haciendo que la magia ocurra en las propias manos de los mismos; así, cada ilusión que se realiza con él, se convierte en un momento mágico que será en sí mismo la transformación del efecto mariposa en una evidencia incuestionable.

Al entrar encontraremos el escenario con la mesa y los pocos objetos que necesitará para realizar su magia y una pantalla de fondo con distintas frases sobre el caos, como las que tenemos en nuestras manos, incluidas dentro del folleto que espera en nuestros asientos. Frases como: "La tarea del arte es introducir el cao en el orden" de Theodore Adorno forman parte del espectáculo, hojas con citas que tendrán mucho que ver en la propia representación de cómo unas decisiones influyen sobre las consecuencias finales, haciendo que las citas no solo sean importantes por el significado de las mismas, sino por su significado y participación en el conjunto global y final de la representación.  



Sin embargo, y como si este mismo post fuese un truco de magia en sí mismo, no os desvelaré mucho más, solo que merece la pena intentar ir a su última función o no perdérselo la próxima vez que aparezca en nuestra ciudad, porque los distintos momentos por los que la función va pasando nos hacen tener más de hora y media de entretenimiento continuado, donde muchas veces no sabernos ni si lo que estamos viendo es un truco de magia o un juego de casualidades, porque precisamente ahí está el gran secreto de esta función y seguro, que al igual que esta, cualquier otra será igual de impresionante.

Una función basada en que las decisiones del espectador son las que escriben cada noche la historia de lo que sucede en el escenario. Cada espectador contribuye con un pedazo de su imaginación de forma que aquello que antes eran ilusiones ahora pueden convertirse en momentos mágicos que recordarán y revivirán los momentos desarrollados durante la función. 

Yo misma participé de la función, así como mi pareja, lo que nos permitió salir en los créditos finales, y ahora escribo esto para contar en qué consistió, haciendo gala de aquello que cita el folleto de la función: "Las palabras que siguen son la nomenclatura que encontramos para que mejor podamos contar la historia que queremos compartir". Sin embargo, tal y como se pide en el mismo, ayudaré a mantener la sorpresa para que la última función que se realiza esta tarde pueda seguir sorprendiendo a todos sus participantes y que, cuando salgan del teatro, puedan incluso aplicar la reflexión de Chaos a todo lo que en nuestras vidas sucede, porque prueba mismo es el hecho de que yo pudiese asistir: todo lo que hacemos hoy afecta a lo que acontecerá mañana.






Viernes 29 de Agosto de 2014




LONDRES: LA CIUDAD ECLÉCTICA POR EXCELENCIA (II)



Lugares donde domir y restaurantes donde parar a comer: en la variedad está el gusto

Tras haberos hablado de todo lo que ofrece Londres, de los lugares que se pueden ver y de los barrios y lugares imprescindibles para pasear toca hablar de dónde comer y dónde dormir.

Nuestro hotel fue el Hotel Lidos, ubicado en el centro de Londres a unos diez minutos a pie de la estación de tren y metro Victoria que ofrece transporte directo al aeropuerto de Gatwick, el de la City (aeropuerto en el que Easyjet debió dejarnos, aunque lo hizo en el de Heathrow, situado al oeste de la ciudad y desde donde volver nos costó la gracia a los cuatro 76 libras, unos 95 euros).

En lo que respecta al hotel decir que estaba muy limpio, era chiquitito pero agradable, mi hermana y yo ocupamos una habitación muy chiquitita que daba al patio interior, las camas como veis estaban prácticamente juntas y entre la cama y el baño había espacio justo para la puerta del mismo, además no hay armarios, solo un mueble tipo colgador con varias perchas... vamos, habitación europea. La de mis padres era algo más grande y tenían más espacio pero daba a la calle por lo que hacía más calor pues le daba el sol (a nosotros no nos llovió ni una sola vez y nos hizo muy buen tiempo) y si abrían la ventana había ruido de la calle, por lo que les costó un poco acostumbrarse.

Para mí lo mejor del hotel era que las habitaciones estaban equipadas con un set de té y café que venía muy bien para tomarse una infusión después de la cena.

También me gustó mucho el desayuno que, siendo bastante modestito y en un salón pequeño también pero muy luminoso, era tipo buffet: tostadas y bollería, mermeladas, zumo de naranja o de frutas, te, café, yogures, fiambre y cereales... muy bien la verdad para salir con energía, eso sí: de siete a nueve de la mañana nada más, ya que allí comen a las 12:30-13:00. En general muy bien, la verdad es que la atención muy buena y suficiente para dormir y descansar de las largas caminatas, además del hecho de que el barrio era muy bonito, muy amplio y cuidado, muy limpio también: te daban ganas de volver. 





Respecto a dónde comer os haré la ruta que hice yo, siguiendo los lugares por dónde pasé: el primer día como os comentaba en el post anterior no nos alejamos casi del hotel porque estábamos cansados y se nos hacía tarde debido al percance con el vuelo, por lo que comimos en Nando's, cadena de restaurante de origen portugués especializados en pollo: eligen el pollo y la forma de comerlo (frito, en hamburguesa o en wrap), las especias (poco picante, medio o muy picante) y los acompañamientos, donde recomiendo el puré de patata (delicioso) y el arroz picante. Es curioso porque no te toman nota se pide en barra todo y te traes las salsas que quieras, y ellos te lo sirven.

Mi padre se pidió una hamburguesa y nosotras tres un wrap, estaba muy bueno la verdad, sin quejas, aunque la cerveza que nos pusieron era flojita para mi gusto, y más con una comida tan especiada.
También pedimos humus de entrante que nos pusieron con pan de pita, muy bueno, y una salsa en un frasco roja picante para mezclarla a nuestro gusto con el humus y que le daba un toque estupendo.

Nuestra última noche allí (en la que paseamos luego por la zona iluminada de Londres) también fuimos a cenar allí con dos amigas y pedimos un combo de pollo que estaba muy muy bueno, se nota que es su especializad y que este restaurante triunfa allí porque era miércoles noche y nos tocó esperar para tener mesa.



Para cenar el primer día elegimos también cerca del hotel (este tenía una calle al lado lleno de restaurantes) pues estábamos cansados entre el madrugón, el viaje y el paseo del primer día. 

Elegimos un restaurante italiano, el O´Sole Mio, con camareros italianos que hablaban en italiano y eso le daba como caché al sitio, pero nos sentaron en una mesa muy fría debajo del aire acondicionado y nos tuvimos que cambiar, por no hablar de que tardaron media hora en tomarnos nota y porque se lo pedimos nosotros.

El sitio, muy mono, y con una decoración bonita en las mesas y en las paredes, tardo casi otra media hora en traernos lo que habíamos pedido de entrante: una ensalada caprese, que en fin, para los cuatro trozos de mozzarella que nos trajeron creo que podrían haber tardado un poco menos, aunque por lo menos estaba buena, aunque eso no es merito del restaurante claro.

Tras llevar más de una hora y media en el restaurante, cuando a mí ya se me había pasado hasta el hambre y me dormía sobre la mesa, nos trajeron los platos que habíamos pedido, realmente pensé que llegaría frío o algo porque había pasado otra media hora desde la ensalada y yo ya estaba empezando a ponerme de los nervios, pero no, lo acaban de hacer y aunque estaba bueno hay que decir que mis canelones con boletus y champiñón debían llevarlos solo en el nombre porque ni los vi ni me sabía a ellos. Cabe decir que no pedimos postre... no sé, la verdad es que con lo que cuesta comer de restaurante en Londres (unas 18 libras, 22 euros, por persona entre plato y bebida) no volvería ni a tiros. Mis padres les dejaron propina, pero yo no les habría dejado ni la servilleta con la que me había limpiado... no sé si me explico.


Quitando ese desafortunado lugares donde comimos sí se merecen muy buenas opiniones.

El segundo día comimos en Camden, donde hay muchísimos puestos de comida que se sitúan en la plaza, allí te van ofreciendo comida para que la vayas comiendo y probando, compiten todos con todos y puedes encontrar comida hindú, tai, china, mexicana... de todo tipo de verdad. Lo más gracioso es que según va pasando la mañana sino lo han vendido van bajando el precio de las bandejas (que suelen costar entre 5 y 8 libras) donde sirven la comida llegando incluso a costar solo una libra. Allí te lo echan todo junto en las bandejas según lo pides: brocolí, pollo, tallarines o fideos, eliges plato principal y con que acompañarlo y luego te echan la salsa que elijas.

Es una forma rara de comer, hay que decirlo, y más raro es dónde se come: motos, como lo leéis, asientos en forma de motos para sentarse unos al lado de otros, hay muchos pero no son suficientes para todos los que quieren comer allí y muchas personas comen sentados al borde del  río que transcurre tranquilamente por allí.

Para pasar a verlo es sin duda, y además seguro que picáis algo porque como ya os digo no dejan de ofrecer comida al transeúnte.

Aquella noche, aunque estábamos cansados, abandonamos las cercanías del hotel y nos fuimos a cenar a Kensington, al Byron de Gloucester Road, que promocionaba la hamburguesa Smoky, la nueva hamburguesa traída con inspiración de los escenarios hamburgueseros de París pero con las influencias del Sur estadounidense, y así trajeron la Smoky: queso cheddar ahumado, tocino rallado, bacón, cebolla crujiente, lechuga, y salsa barbacoa ahumada al chili.

Mi padre y mi hermana se la pidieron y la verdad es que estaba deliciosa: picaba lo justo y estaba muy sabrosa, la pedimos junto a una ración de aros de cebolla realmente deliciosos, así como una ración de patatas. De entrante habíamos pedido una ensalada cesar que estaba muy buena y nos gustó mucho a todos, con el pollo en su punto y una lechuga muy fresca y crujiente. La verdad es que los platos que pedimos no decepcionaron.

Respecto a las demás hamburguesas mi madre se pidió la de chili y se tiró un rato quitando jalapeños pues le resultó muy picante y eso que está acostumbrado a tomarlo. Respecto a mí me pedí la de queso(imagen de la derecha): hamburguesa con lechuga, tomate, cebolla roja y mayonesa, al que hay que añadirle un queso a escoger entre: cheddar maduro, cheddar americano, ahumado, Monterey Jack, queso azul o Emmenthal; yo por supuesto me la pedí con queso azul. Sin queja alguna tampoco, estaban en su punto y muy buena.  No pedimos postre porque nos llenamos, pero hay que decir que la propina esta vez sí era merecida: estupenda atención de la camarera, servicio rápido y, sobretodo, un gran producto. 

El tercer día comimos en la zona de Notting Hill en La Casa del Pescado, especialistas en Fish and chips famoso. Era un lugar muy agradable en madera con mesas amplias y sillas cómodas, que encajaban en el entorno, tipo barco, con fotos de pescadores en blanco y negro y detalles en azul y blanco que le daban al lugar cierto aire marinero intachable y muy confortable.

Se podían elegir varios tipos de pescados en distintos tamaños (pequeños, medianos y grandes) todos fritos con patatas menos el bacalao que también se podía pedir a la plancha y así fue como se lo pidió mi hermana.

Yo me pedí una merluza mediana frita que estaba deliciosa, y también las patatas que lo acompañaban, tenías varios botes con salsa en la mesa aunque cada plato iba acompañado por un vasito de salsa tártara que permitía realzar el sabor del pescado.





Ciertamente comimos estupendamente y no nos extrañó que tuviese un certificado de excelencia por Tripadvisor en 2014: buen servicio, buena comida y un ambiente inmejorable para desconectar antes de volver a empezar la marcha turística.


Esa noche cenamos nuevamente en Nando´s como os he comentado antes, así que ya solo quedaba una comida antes de volver hacia Madrid. Sin embargo en nuestra vuelta de Hyde Park al pasar por Kensington necesitábamos descansar y tomarnos el café/té de media mañana para descansar un poco los pies y reponer fuerzas, así que entre todas las que había (que eran muchas) elegimos una cafetería de estilo romántico con grandes ventanales de cristal que nos gustó. Tenía terraza pero entramos dentro, se llamaba sin mucho misterio La Creperia de Kensington, pero tenía un premio a la excelencia de 2014 también por sus creps y había una pareja comiéndolos... y claro, a mí se me empezaron a hacer los ojitos chiribitas y acabé pidiéndome uno de plátano y chocolate con pepitas de chocolate por encima... delicioso, para repetir la verdad.

Por fin llegamos a la zona de Victoria y buscamos un sitio para comer de nuevo cercano al hotel para luego ir a por las maletas. Elegimos el Loco Mexicano porque de pasar por delante habíamos visto los platos y tenían buena pinta, la verdad es que los camareros eran muy bordes pero la comida estaba muy buena.

Pedimos para entrar unos nachos típicos que estaban muy buenos, pero en lo que acertamos de pleno fue en la ensalada que pedimos la Monterey cheese anda cactus salad, estaba super buena, llevaba cactus que sabía cómo el pepinillo en vinagre pero más suave y estaba super tierno, la “ensaladera” era  comestible, como una tosta que acompañaba a la perfección con el resto de su contenido.

El plato principal fueron fajitas, yo me las pedí de pollo al igual que mi madre y mi padre, aunque mi hermana se las pidió de gambas. Estaban buenísimas y me encantó como las sirvieron: las fajitas por un lado en dos tandas en recipientes cerrados para guardarlas en calor, y al lado de cada uno de los platos el contenido de las fajitas en un plato caliente también para conservarlo y en otro las distintas salsas para que lo combinases como quisieras. Por supuesto yo me pedí un desperado para acompañar tan estupenda comida.


Como decía el servicio no era deficiente pero los camareros no eran la alegría de la fiesta que dijéramos, y la verdad es que eso arruinaba un poco el ambiente, pero  la comida estaba muy buena y la verdad es que no nos las terminamos pues las fajitas eran muchísimas. A mí me encantó.

Y aquí termino mi ruta de restaurantes en Londres, como veréis no os mentía: la variedad se extiende hasta en el tipo de comida, puedes encontrar de todo por no hablar de todo lo que no he mencionado: comida china, hindú, japonesa... un lujo para que no tengas problemas a la hora de elegir. Comimos de todo y para todos: desde la comida típica inglesa del fish and chips pasando por todos los mencionados.

Lo dicho: en la variedad está el gusto, idóneo para quien tenga el paladar inquieto y le guste investigar y explorar... si eres de esos Londres es tu sitio, no es una gran gastronomía pero desde luego se come bien. Si vais a ir a Londres espero que este post os ayude a encontrar dónde comer y descansar de las largas marchas que hay que hacer para poder verlo todo.

Ya quiero volver! Ojala pueda contaros más cosas pronto.





Martes 19 de Agosto de 2014



 LONDRES: LA CIUDAD ECLÉCTICA POR EXCELENCIA (I)

Qué ver, por dónde pasear y reseña de los mejores lugares: rutas que ningún visitante debe perderse



Lo primero que habría que decir de Londres no es que es bonita, o que es grande, o ruidosa, o limpia, o que hace mal tiempo… no,  lo primero que habría que decir de Londres es que es variada en todo lo que la conforma: sus gentes, su cultura, sus edificios, sus restaurantes…  fue lo primero que pensé cuando salí del aeropuerto y me metí en el metro, donde conviven culturas y tipos de personas distintas por completo, opuestas, y donde parece que cada uno lleva su ritmo y su estilo de vida, sin meterse en el de los demás. Lo cierto es que creo que en Londres podrías ir cómo más te gustase ir y, mientras en otras ciudades se consideraría estrafalario, allí no pasaría de llamar la atención.

Así es Londres, en todo, su máxima esencia (o al menos fue lo que me transmitió a mi) es que cada uno de sus detalles son distintos pero, de forma curiosa, no desencajan entre sí, sino todo lo contrario: conforman lo más especial de esta ciudad que todo el mundo debe visitar.

En este post os voy a hablar de la ruta que hice yo para ver lo más posible en cuatro días que pasé allí con mi familia, porque la verdad es que fue bastante y para todo lo que ofrece la ciudad y todo lo que se puede visitar no se puede decir que nos quedásemos cortos.

Volamos con Easyjet aunque la jugada no nos salió muy bien ni a la ida ni a la vuelta, así que no es que lo recomiende que digamos, ya que a la ida nos retrasaron el vuelo y luego nos dejaron en el aeropuerto que no era por mal tiempo al parecer, porque al que íbamos destinados estaba cerrado, lo que pasa es que tanto por cómo se veía el cielo al llegar como por el amigo Internet supimos que estaba abierto, así que en general todos nos sentimos bastante engañados. A la vuelta también volvimos con retraso y no avisaron de la puerta hasta media hora antes de embarcar por lo tanto fuimos a la carrera después de esperar más casi tres horas… así que bueno, gracias a esta compañía no empezamos con muy buen pie el viaje, pero tras el percance cogimos un tren a un alto precio (es lo segundo que destacaría de Londres: lo carísimo que es todo) y llegamos a la estación de Victoria, donde nos dirigimos al hotel.

Tras dejar las cosas en él nos fuimos directos a comer pues desde las 9 que teníamos que haber llegado (hora de allí) eran las dos de la tarde pasadas, así que teníamos mucha hambre, pero del hotel y de los restaurantes os hablaré en el siguiente post, así que paciencia ;)

El caso es que tras comer nos fuimos a pasear lo que se denomina City of London, cogimos el metro en Victoria y nos fuimos  hasta la famosa Torre de Londres, que se inició en el 1066 como parte de la conquista normanda de Inglaterra, es un conjunto de edificios que recibe su nombre de la famosa Torre Blanca, construida por Guillermo el Conquistador en 1078. El día que la visitamos estaban de conmemoración y muchas personas estaban rodeando el edificio con rosas rojas de papel que, desde arriba, hacían que pareciese una marea roja que rodeaba el muro y así lo ponía en los carteles que daban a la torre: blood swept lands and seas of red (la sangre cubrió tierras y mares de rojo). Lo cierto es que me salió la vena friki y me recordó un poco a Juego de Tronos, porque entre que en la Torre de Londres se da de comer a los cuervos puesto que la leyenda cuenta que la corona británica y la propia torre caerían si desaparecieran los cuervos que allí habitan, motivo por el cual se les da de comer haciendo que todo esté lleno de ellos y que los carteles, donde se veía la rosa roja con la frase mencionada, también tenían escrito: Tower of London remembers (la Torre de Londres recuerda, referido a la Primera Guerra Mundial) pues no pude evitar acordarme de Invernalia con lo de "El Norte no olvida"


Fricadas a parte la verdad es que me pareció muy bonita, no entramos pero igualmente por fuera se nota que es un edificio magnífico y la verdad es que con las rosas rojas tenía un aspecto imponente.

A continuación seguimos avanzando y llegamos hasta el maravilloso Puente de Londres, cruzando el enorme río Támesis que bajaba con una fuerza sorprendente. Aunque el puente que vemos en la actualidad se inauguró el 17 de marzo de 1973 el lugar lleva albergando puentes durante cerca de 2000 años, siendo el primero de todos construido en madera en ese mismo lugar por los romanos alrededor del año 46 d.C.

El actual desde luego es una maravilla y siempre está lleno de gente haciéndose fotos ya que es uno de los mayores reclamos turísticos de Londres.


Desde el puente empezamos a pasear el Támesis contemplando los edificios del otro lado del río, ahí de nuevo pude contemplar la capacidad de la ciudad para albergar sin desentonar arquitectura moderna y antigua: los edificios enormes de cristal sobresalían sobre edificios de estilo clásico creando una imagen cautivadora y llamativa por la forma de encajar eclécticamente. 

Paseamos durante un buen rato río arriba, y al terminar el paseo nos introducimos ciudad a dentro y nos tomamos un café en un Caffè Nero, una de las muchas cafeterías de esta cadena que se distribuyen por la ciudad y donde es frecuente ver a la gente leyendo o charlando.  Desde ahí seguimos hasta la preciosa Catedral de San Pablo con sus bonitos jardines donde la gente da de comer a las ardillas. Es muy bonita aunque solo la vimos por fuera pues llegamos pasadas las seis de la tarde y debéis saber que allí a las seis exceptuando los restaurantes es como si fuese a caer un diluvio, porque cierra todo.



Las calles de Londres son muy bonitas y permiten apreciar de cerca las diferentes culturas que alberga, sus distintos tipos de construcciones y los diferentes estilos que tiene su población. Siempre tienen mucho tráfico y movimiento de los famosos autobuses rojos, así como de los taxis negros que, unidos a los demás coches y gente en bicicleta, forman bastante ruido en el centro. Bajando por esas calles vimos entre los autobuses su hermano más antiguo, que se diferenciaba de los demás por su tamaño al ser más pequeño.

Lo último que vimos aquel día antes de volvernos a casa fue el magnífico edificio de los Reales Tribunales  de Justicia, con una gran estructura de piedra gris de estilo Gótico Victoriano diseñado por George Edmun Street, un abogado que se convirtió en arquitecto. Fue construido en la década de 1870 y fue la Reina Victoria quien los inauguró en 1882.

La verdad es que para el primer día y teniendo en cuenta que nos habíamos levantado a las cuatro de la mañana no estuvo nada mal en lo que a pasear se refiere.

El segundo día fue también muy completo: iniciamos la mañana viendo la Abadía de Westminster, el templo más antiguo de Londres y elegida como sede para las coronaciones reales, además de albergar en su interior las tumbas de monarcas y figuras históricas británicas de los últimos mil años. La abadía se construyó en estilo románico en 1065 para dar cobijo a los monjes benedictinos, pero entre 1245 y 1517 se reconstruyó en estilo gótico, además, durante el siglo XVIII sufrió su mayor transformación cuando se construyeron las dos torres de la entrada principal.


Aunque en el interior no se permiten hacer fotos (norma que me sorprendió que cumpliese todo el mundo) os digo desde ya que es realmente impresionante y merecer muchísimo la pena, si bien es cierto que entrar son 18 libras por persona (unos 23 euros), con la audio guía incluida tienes una visita "guiada" de lo más completa  e interesante que te va llevando por todos los rincones que es necesario ver, pasando por todas y cada una de sus capillas. Es enorme, muy alta y preciosa, con un gran potencial, una delicia para el turista.

En los claustros si está permitido hacer fotos, ambos de los siglos XIII y XIV, merecen el tiempo que se les debe dedicar, con capillas a las que también se da acceso desde ahí y jardines internos, unen la iglesia de la abadía con el resto de las dependencias. A través de ellos además se tiene acceso al Collage Garden, de más de 900 años de antigüedad es el parque más antiguo de Inglaterra.

Merece la pena pagar la entrada para ver todas las maravillas decorativas y arquitectónicas que se han conservado a pesar de los siglos y, por supuesto, para conocer los detalles de la historia de las mismas. 

Tras salir estuvimos viendo el famoso Big Ben en el Parlamento de Londres que es muy muy impresionante, según sales del metro se presenta imponente sobre el transeúnte. Desde la salida de la abadía no impone tanto pero presenta una perspectiva perfecta desde donde se puede contemplar cuán grande es, lo que hace que la posición sea idónea para hacer fotos.

Desde allí fuimos a pasear Camden Town, el barrio alternativo por excelencia, si queréis ver con vuestros ojos cuán ecléctico es Londres solo tenéis que cambiar de barrio porque cada uno de ellos es como estar en una ciudad distinta… Camden es la gota que colma el vaso en el buen sentido. Camden es famoso por albergar a uno de los mercados callejeros más variados y extravagantes de Londres además de ser considerada la capital del rock alternativo del Reino Unido.




Allí fue donde comimos, aunque eso os lo contaré en el siguiente post, y luego nos perdimos en la multitud de tiendas que, como se ve en la imagen superior, destacan por vender ropa gótica y por decorar sus paredes artísticamente de forma muy llamativa, detalles que hasta los propios restaurantes de la zona se aplican. Pasar por Camden es de visita obligada, hay de todo y no sorprende ver los suelos pintados, músicos a pie de calle y multitud de turistas entre las tiendas, sin embargo no se recomienda su visita de noche y de día hay carteles donde advierten de la presencia de carteristas. 

Volvimos sobre nuestros pasos hacia el metro y nos encaminamos hacia King's Cross, la famosa estación conocida por las películas de Harry Potter donde se tenía acceso al andén  nueve y tres cuartos que llevaba a Hogwarts, la escuela de magia y hechicería. 

Fuimos solo por hacer la tontería de la foto porque a mí me hacía ilusión, pero ahora está regulado y hay que esperar muchísima cola y, aunque es gratis, como vayas a media tarde como fui yo te puede comer fácilmente más de hora y media, así que viendo el percal hicimos un par de fotos a los que posaban y nos fuimos; de la misma forma tampoco pasamos a la tienda de productos de Harry Potter que también estaba regulada para poder entrar a comprar. 

La verdad es que solo por ver el chiringuito que se han montado merece la pena, pero también hay que decir que la estación es una maravilla y también se recomienda hacerla una visita pues todo el techo está iluminado por  emisores de luz leds que van cambiando de color y le dan un toque mágico.

Desde la propia estación cogimos el metro para ir hacia el Soho, aunque antes pasamos por el Palacio de Buckingham, residencia oficial del monarca británico de Londres, se le conoció originalmente como Buckingham House, construido por el duque de Buckingham en 1703 y adquirido por el rey Jorge III en 1762 para convertirlo en la residencia privada que es hoy en día. 




Sus jardines también son muy bonitos y muy grandes, con muchísima variedad de aves propias de los parques con extensos lagos artificiales, además de los ya mencionados cuervos y bastantes ardillas a las que se les puede dar de comer y ver desde bastante cerca. 



Salimos de allí y fuimos a ver El Soho, un barrio lleno de variedad también establecido como una zona de ocio que tuvo mucha fama sobretodo en el siglo XX por su vida nocturna y la industria del cine, así como por sus sex shops. 

Hoy predominan sobretodo restaurantes caros y oficinas aunque sigue habiendo locales dedicados a la industria del sexo. 
Es considerado el principal barrio gay de Londres con gran número de negocios orientados a este público, por no hablar de que sus calles peatonales están llenad de tiendas, pubs y teatros con una atmósfera muy fashion donde se percibe el magnetismo que ejerce la cultura gay en esta zona. 

En el Soho está también Chinatown, el barrio chino, que se reconoce enseguida por la decoración de sus calles donde predominan farolillos y grandes arcos para dar inicio y cierre a sus calles, además de, evidentemente, por la presencia de cientos de chinos que invaden las calles y los comercios de la zona pues es, sobre todo, una zona comercial en la que apenas vive gente. Curiosa cuanto menos para, mínimo, pasearla, aunque no todo el mundo la recomienda para comer ya que se argumenta que la comida china en Londres no es la mejor, yo no tuve la experiencia, así que (os lo adelanto ya) ahí no os puedo decir.

Pasado esta peculiar zona de Londres llegamos a Covent Garden, uno de los distritos con más encanto lleno de artistas callejeros que se afanan por dar ambiente a sus calles mientras paseas las tiendas y mercados que ofrece o, te tomas algo en alguna de sus muchas terrazas.

Convent Garden, como todo en esa ciudad, tiene historia: su plaza se inició en el siglo XVII cuando el terreno pasó de manos de los monjes de Westminster a las de los condes de Bedford. En 1631 se inició el proceso para convertirla en una plaza pública y en 1660 se creó en ella un gran mercado de flores, frutas y verduras. 

En 1974 se modificó de nuevo para darle el aire bohemio y acogedor que tiene ahora pues ha permanecido así hasta nuestros días, transformado en una superficie comercial con diversas tiendas y puestos de maestros artesanos, así como múltiples locales. Un lugar sin duda que también se merece una obligada visita, donde no sorprende ver a la gente apegada a las barandillas para oír a los músicos tocar. 

El tercer y último día completo iniciamos la mañana con el enorme Museo Británico, otro de los imprescindibles de visita obligada, cuya entrada es gratuita. Este museo es muy importante pues abarca campos diversos del saber humano como la historia, la arqueología, la etnografía y el arte,  además custodia más de siete millones de objetos de todos los continentes y culturas.

Destaca sobre todo su sección del Antiguo Egipto, la más importante del mundo después de la del  Museo de Egipcio de El Cairo, donde tiene varias estatuas de gran valor, además de una momia con la que explican el proceso de momificación y diversos féretros de momias realmente increíbles. Además también tienen una momia de un gato, su animal sagrado, y explican la momificación de animales que no solía ser frecuente; en las imágenes os pongo esta momia del gato, además de algunos de  los féretros y estatuas mencionadas.  


Super bonita y con una extensa colección también me sorprendió mucho la sección dedicada a la cultura hindú, con muchísimas esculturas hechas al detalle muy, muy bonitas que me encantaron. En el museo se pueden hacer fotos, lo cual hizo que me volviese algo loca fotografiando las enormes y variadas esculturas de las culturas que ofrece este impresionante museo.


Por último, aunque hay muchísimo más y suficientes objetos para verlo durante tres días sin descanso, destacaros la sección japonesa, donde tienen varios kimonos y esculturas sorprendentes, además de diversas pinturas (a estas últimas no se les permite hacer fotos para no dañarlas). Es una sala más tranquila en comparación con otras como la del piso primero donde se encuentra la fabulosa Piedra Rosetta, o el piso de las momias. Sin embargo, volviendo a la sección japonesa lo que más llama la atención es la impresionante armadura y katanas samurái que se guardan tras una enorme vitrina.


Para terminar y antes de salir nos paramos en la sección china, mucho más transitada que la japonesa por el turista chino, pero muy interesante también, donde, además antes de salir pudimos hacer algunas fotos a cuatro esculturas chinas muy bonitas con figuras de los discípulos de buda, seguido de una exposición de objetos y joyas hechas con Jade realmente bonitos.

Desde allí fuimos hacia el barrio de Notting Hill, situado en la parte occidental de la ciudad y conocido por la famosa película del mismo nombre del guionista de comedia romántica Richard Curtis.

Lo primero que hicimos fue comer pero luego nos la paseamos a conciencia, tiene un aire de cultura alternativa por la gran cantidad de tiendas de segunda mano o antigüedades que se pueden encontrar. Sin embargo lo que más llama la atención de Notting Hill son sus casitas de colores, pequeñas y pintadas de forma muy viva, distintas unas de otras y de cualquiera de las casas del resto de la ciudad que se puedan encontrar.


Los fines de semana, aunque no fue nuestro caso, ponen el mercado de Portobello, uno de los más famosos de Londres donde se pueden encontrar multitud de artículos entre los que destacan las antigüedades ya mencionadas. 

El resto de la semana en la calle de unos tres kilómetros de longitud están abiertas al transeúnte tiendas fijas y algunos puestos donde se pueden encontrar cámaras de fotos del año de la pera, relojes, ropa, muchas joyas, monedas y sellos, además de puestos de frutas y verduras, ropa y las típicas tiendas de souvenirs.

Sin embargo lo que me llamo mucho la atención es que existe, y no solo en este barrio aunque si que destaca sobre los demás, una gran cultura del street art, tras haber hecho hace poco un post sobre este tipo de arte callejero no pude evitar sorprenderme de la gran cantidad de tiendas que venden fotos de los grafitis: en postales, en cuadros enmarcados, en lienzos para la pared o plasmados en tazas como ya se ha visto en la foto de la tienda gay del Soho.

Muy colorida y bonita es una calle que merece la pena visitar y dejarse seducir por alguno de los múltiples objetos que ofrece y si tenéis la oportunidad de ir en fin de semana no dudéis en hacerlo, creo que el mejor día para ver el mercado de Portobello en todo su esplendor es el sábado por la mañana.

Tras el paseo por sus calles volvimos al hotel a recuperar fuerzas y tras hacerlo fuimos a Trafalgar Square donde se encuentra la majestuosa National Gallery de acceso gratuito. El nombre le viene al lugar de la enorme columna del almirante Nelson (de unos 50 metros de altura), en el centro de la plaza, y coronada por su estatua en conmemoración por su fallecimiento al mando de la armada británica en la Batalla de Trafalgar.

Las grandes fuentes de la plaza son muy bonitas y se iluminan por la noche pero lo que llama, en este momento, la atención es la escultura de un gallo gigante azul (ojo que podría ser una gallina) en el lugar conocido como el "Cuarto Plinto", espacio programado originalmente para colocar reyes y generales ingleses junto a  los otros tres pedestales que complementan la plaza; sin embargo, por falta de fondos, el cuarto plinto del noroeste de la plaza quedó vacío al no poder financiar la estatua del Rey Guillermo IV, por lo que en 1999 la Real Sociedad de las Artes, propuso la idea de exponer de manera temporal obras de artistas contemporáneas. Y ahí lo tenemos: fruto de esta idea tenemos un precioso gallo (o gallina) azul desde el inicio del verano de 2013. La obra, de Katharina Fritsch, no deja indiferente a nadie y menos a los más conservadores pues dicen que es un símbolo que representa a Francia, aunque la artista declaró que no es así y que para ella es una escultura feminista al haber sido un espacio siempre ocupado por artistas varones y ella pretendía cambiar los roles.



Esta controversia no es nueva, pues siempre todas las obras expuestas han generado algún tipo de incomodidad o sido objeto de críticas, no estando nunca al gusto de todos. A mi personalmente me gustó mucho la escultura, aunque sí es cierto que canta (nunca mejor dicho) un rato, pero sea como sea es una plaza muy impresionante en conjunto, que reúne gran cantidad de gente a su alrededor. 

Se hacía de noche con rapidez tras cruzar la última hora de la tarde y fuimos a cenar para luego hacernos la ruta hasta Westminster y el Parlamento y verlos de noche ya que iluminan el Big Ben y queda precioso, por no hablar del propio Támesis, que refleja los colores del Londo Eye, iluminado de azul, y de la ciudad creando un ambiente mágico que se puede contemplar desde el enorme puente que se sitúa a los pies del parlamento. Un paseo precioso que todo el mundo debe hacer, sea invierno o verano.


De camino hacia allí pasamos por Piccadilly Circus que es el lugar elegido por muchos (turistas y londinenses) para reunirse porque está en una situación privilegiada y tiene una gran oferta de ocio, la verdad es que estaba llena de gente y música aprovechando el buen tiempo, sin embargo a mi no me impresionó ni la plaza ni la fuente de Eros que está en el centro, lo que si me gustó mucho fue la fuente llamada "Los caballos de Helios" preciosa y magnífica pero llena de gente, por lo que he tenido que buscar una imagen para que la pudieseis ver bien. 

Después de un día bastante largo y duro de mucho caminar, además que ya se iba notando el cansancio con el paso del tiempo, volvimos para pasar la última noche en el hotel, al día siguiente nos despedíamos de Londres, pero por supuesto no era un motivo para bajar el ritmo, así que nuestra última mañana fuimos andando hasta Hyde Park, ya que para dos viajes no queríamos pagar las 9 libras de billete (más de 11 euros) por persona que cuesta el transporte. Así tras media hora andando llegamos al parque más grande del centro de Londres, con más de 140 hectáreas de extensión, extremadamente bien cuidado y que constituye el pulmón de la ciudad: lleno de árboles y flores de colores su flora es impresionante, decorado por varias fuentes que hacen del paseo una delicia.


Terreno que se abrió como parque público en el siglo XVII es considerado el parque más antiguo de la ciudad, permite un lugar de esparcimiento para londinenses y turistas al tener actividades de ocio como montar a caballo y un gran lago para barcas así como con una zona de baño. En este espacio enorme de agua podemos ver gran variedad de especies de aves que no se asustan del transeúnte y que, si pueden, se acercan curiosos no fuese a ser que tengas algo de comer.



Sin duda un paseo más que estupendo para ir cerrando los días de turismo vividos en Londres. Sin embargo no terminamos ahí, de vuelta se decidió hacer un rodeo y en vez de volver directamente al hotel pasamos por Kensington, zona rica y muy cuidada que contiene el conocido distrito de museos, entre los que destaca por su belleza arquitectónica el el Museo de Historia Natural. 

Desde ahí enlazamos con Chelsea, el barrio considerado más chic y elegante de Londres, sede del club de futbol con el mismo nombre que el barrio y de estrellas famosas. Es el lugar predilecto por los intelectuales de la Londres Bohemia, ordenado y armonioso Chelsea se presenta como uno de los lugares más característicos de la capital. Sus orígenes son muy antiguos, del siglo VIII, pues en el 787 hubo en esa zona el Sínodo de Chelsea que se cree que, probablemente, dio lugar a la palabra actual.

Así, paseando, llegamos al punto de origen donde había empezado todo y tras hacer la última comida nos fuimos al aeropuerto.

No hay duda de que Londres es una ciudad con muchísimo que ofrecer: vimos mil cosas pero aun así nos quedamos cortos para poder hacerlo a conciencia. Aunque la considero una ciudad más de ver por fuera y de pasearla que de ir entrando en todas y cada una de las ofertas culturales y turísticas que posee, porque solo los edificios pro fuera, los parques, la diferencia entre los barrios y sus gentes… ya son dignas de ver.

Centro de la cultura y del arte, considero a Londres una de las mejores ciudades para ir a pasar unos días y perderse, todo tiene su encanto y, desde luego, no creo que sea capaz de dejar indiferente a nadie. 




Martes 22 de julio de 2014


SENDERISMO: SUBIDA A LAS TORRES DE LA PEDRIZA


El domingo pasado tres amigos, mi pareja  y yo hicimos una escapada a la sierra de la Pedriza; decidimos subir a las Torres, lugar donde todavía no habíamos estado ninguno de nosotros y que por lo tanto representaba un cambio respecto a otras salidas que ya se habían realizado.

El truco para ir a la sierra en verano es buscar un día que vaya a hacer buen tiempo pero que no vaya a hacer demasiado calor; en este caso nosotros acertamos pero a la inversa ya que en las cumbres realmente pasamos bastante fresco ya que era un día nublado y, sin sol que nos calentase, a 2000 metros de altura, el viento era fuerte y frío.

El segundo truco es salir pronto para llegar al comienzo del día, así que ni cortos ni perezosos nos levantamos a las 5:30 de la mañana para ir en metro hasta Cuzco, de donde partimos en coche hacia nuestro merecido día de montaña a eso de las 7:15 de la mañana.



Llegamos las 8:00 al lugar, justo a tiempo para cuando abren el parque, ya que, aunque el parking es de acceso gratuito está regulado. Os cuelgo una imagen donde aparecen los horarios según la temporada, en nuestro caso teníamos de 8 de la mañana a 9 de la noche. Lo bueno de ir pronto es que te ahorras colas innecesarias y entras prácticamente del tirón, pudiendo coger un buen sitio en el parking de  Cantocochinos, desde donde salen la mayoría de las rutas, entre ellas la nuestra.



Las Torres de La Pedriza son un conjunto de picos y riscos situados en el extremo norte, y conforman una zona de gran interés geológico, paisajístico y deportivo de la Sierra de Guadarrama, constituyendo además el punto más alto de toda La Pedriza. 
Las Torres constituyen el lugar donde La Pedriza se une al cordal montañoso de la Cuerda Larga, situada al norte, y toda la zona que rodea a estos canchales está cubierta por arbustos de alta montañas y pinos silvestres de poca altura, haciendo que la subida hasta arriba sea a través de un frondoso bosque, húmedo, donde el sol no llega por la vegetación que le da cierto aire de zona prehistórica entre tanto helecho, como si de repente fuese a aparecer alguna criatura mística entre ellos.

Sin embargo lo mejor de todo es cómo van cambiando las vistas según subes... la altura va haciendo que el paisaje cada vez ser más y más impresionante, dejando ver unos riscos cada vez más cercanos y unos canchales de piedras con extrañas formas gracias a la acción del viento y del agua.

Por retroceder un poco en el tiempo... la última excursión que hicimos en La Pedriza fue para subir al Yelmo, la subida también fue bonita, aunque no tanto como la de Las Torres, pero tuvo el encanto de que encontramos caballos sueltos paseando por allí, entre las rocas, dejando que los tocases si te acercabas con cuidado.



El tercer truco para poder llegar con éxito a tu destino es llevar un mapa que pueda guiarte y, por supuesto, no perder de vista las señales hechas en el camino (esta vez en blanco y amarillo). En nuestro caso íbamos con una ruta prediseñada circular pero que creímos complicada, así que decidimos subir por el camino que indicaba de bajada y ahí fue donde atravesamos toda la zona de bosques, siempre con algún riachuelo atravesando el paisaje mientras subíamos sin parar, siempre hacia arriba, hasta llegar cada vez más a una zona más pedregosa y sin vegetación arbórea.

Una vez allí, exceptuando por el frío, la vista hacía que la subida mereciera la pena sin ninguna duda. Yo me quedé allí descansando mientras mis amigos y pareja se iban a uno de los riscos a hacer un poco el cabra, luego subimos a una de las cumbres para comer en la cima, entre unas grandes rocas refugiados lo más posible del viento.

Tras nuestro breve descanso para comer nos dedicamos a trepar por las rocas de una de las torres que, aunque no son escalables, su mayor interés es la subida que suponen, sus formas producidas por la erosión y, ante todo, sus magníficas vistas que, desde lo más alto que pudimos subir, pudimos disfrutar.


Desde la cima, miraras hacia el punto que miraras, siempre se presentaba una imagen espléndida de la sierra que pisábamos: desde las curiosas formas de las rocas delante de nuestros ojos, con la ciudad de la que veníamos de fondo donde hasta se distinguían las famosas torres de Madrid, hasta la montaña verde con pinos que teníamos a nuestra espalda, coronada por la gran cantidad de nubes que había más allá de la cumbre en la que estábamos y que se extendían sobre la montaña como una bruma imparable; en definitiva: toda la magnificencia de la montaña a nuestros pies.

También tuvimos el placer de contemplar unos cuantos buitres sobrevolando allá arriba, que se distinguían bastante bien de lo cerca que estaban. Así, antes de salir, aprovechamos para descansar un poco y sacar alguna foto más.

Para la bajada tomamos un camino señalizado pero que resultó ser muy escabroso, nos alejamos de la zona del bosque y empezamos a descender por peñascos, saltando de roca en roca, habiendo grandes distancias entre unas y otras que me obligaron a hacer verdaderos ejercicios de equilibrio, ya que poseo piernas cortas.



Sin embargo a pesar del esfuerzo siempre que levantabas la vista los que se veía era impresionante, a pesar de ver que las rocas por las que descendíamos no terminaban, hacia delante la montaña se extendía, inmensa, entre las luces y sombras que proyectaban las nubes y permitiendo hacer fotografías tan bonitas como las que os estoy colgando. 
Como la vida en si misma, la montaña agota, pero a su vez te da descansos en su camino, para poder levantar la vista del mismo y poder contemplar la hermosura que el viaje nos brinda. 

Desde luego hubo momento realmente complicados de bajar entre cañones estrechos que terminaban en rocas debajo de las cuales había fácil metro y medio de caída; supongo que mereció la pena, pero hubo momentos que fueron realmente duros, y es que La Pedriza es así, si te metes por un mal camino, aunque esté señalizado, y te apartas del camino del bosque solo encontrarás piedras y más piedras, que tendrás que sortear para poder llegar al final.

Por suerte decidimos terminar en Charca Verde, una de las pozas más conocidas y visitadas de esta zona; llegamos sobre las 17:30 desde las 08:15 que iniciamos la marcha, y nos sentó el baño en sus frías aguas como mano de santo para quitarnos el polvo y el calor del camino que habíamos acumulado en la bajada, pues el cielo se había despejado algo más y empezó a darnos un sol que calentaba lo suficiente.


A la vuelta volvimos hacia Cantocochinos por la vereda del río, disfrutando de sus preciosas vistas, esta vez de las pozas y de la propia montaña, pero desde abajo. Vimos muchísimas zonas de baño que daban descanso a familias que habían ido a pasar el día y a senderistas que, como nosotros, venían de recorrer el monte, y por fin llegamos a nuestro punto de origen, donde nos tomamos un refrigerio y emprendimos el viaje de vuelta a Madrid.

La Pedriza es sin duda una de las maravillas que tenemos cerca de la ciudad que permite un lugar de descanso para todo aquel que quiera, pero también ofrece muchísimas rutas para hacer que permiten una desconexión total de la rutina diaria. Todo un espacio natural, al aire libre que ofrece un lugar de descanso para aquel que quiera adentrarse en él y, cuidándolo, descubrir alguno de sus muchos y maravillosos rincones.


Viernes 28 de febrero de 2014


DE TURISMO POR SEGOVIA, LA CIUDAD QUE NO DEBES DEJAR DE VISITAR (II)



LUGARES DONDE DORMIR Y RESTAURANTES PARA ALEGRARSE EL PALADAR


Tras haberos contado pequeñas porciones de esta bonita ciudad en el post anterior, narrándoos qué podéis ver y la historia que encierran tras sus muros y en sus calles es el momento de contaros mi experiencia en cuanto a la restauración y a la hostelería que alberga la ciudad.

Fuente
En cuanto al tema de dónde dormir como casi siempre que viajo elegí mi hotel bastante tiempo antes y más siendo la fecha de San Valentín la que caía en mi fin de semana. Había varios hoteles que me interesaban, y aunque inicialmente estuvimos mirando un par de hoteles de estilo más lujoso y caro al final nos decidimos por uno más sencillo. Había un par que nos gustaban que se ponía facilmente en 100 euros la noche como era el Hotel Don Felipe situado en el centro de la ciudad con habitaciones muy amplias con grandes ventanales de bonitas vistas a la ciudad y con jardín, y, algo más barato, el Hotel de San Antonio El Real  (imagen de la izquierda) ubicado junto al acueducto y ubicado un monasterio restaurado que alberga un claustro precioso. Este último personalmente me llamaba mucho la atención y la verdad me encantaría ir, pero finalmente y por razones obvias acabamos recortando las opciones quedándonos con la Hostería Natura, un hotelillo que nos costó 55 euros la noche, situado a cinco minutos andando de la catedral, bonito y sencillo que tenía el detalle de la ducha de hidromasaje que nos apetecía probar y, aunque con el mal tiempo no se le da importancia, también elegimos una habitación con balcón y vistas a la ciudad, que daba a una calle estrecha que, a la derecha, permitía ver la catedral de fondo.

Vistas desde el Hotel
Era una hosperia curiosa, muy amplia con unas grandes escaleras de madera y con las paredes llenas de cuadros de Picasso pintados por alguien de allí de manera no demasiado profesional pero sin estar mal pintados. La habitación estaba amueblada con muebles de madera que situados entre lo antiguo y lo moderno que encajaban eclípticamente, tenía una televisión más de tipo antiguo, sin ser pantalla plana y había un precioso teléfono antiguo de los de antes en la mesilla de noche que, curiosamente, funcionaba. También había un portatrajes de madera… era distinta a otras habitaciones en las que habíamos estado, y lo clásico chocaba con lo moderno, como era el teléfono en contraste con la ducha de hidromasaje.  Lo mejor era sin duda era la cama, grande y super cómoda se dormía de maravilla en ella.

Respecto a dónde comer contaros que el primer día escogimos el lugar por precio, en un restaurante llamado La Catedral, bonito, con dos plantas donde las cristaleras daban de vista a la catedral como bien marca su nombre. Lo que nos gustó aun así como se decía fueron los precios, tenía tres menús distintos, pero nos interesaba el sencillo y más barato: 10,50 con cuatro primeros y cuatro segundos entre los que elegir. 
No era especialmente reseñable pero la presentación era bonita; yo me pedí una sopa castellana para poder combatir el frío, y mi pareja unos espagueti con tomate de primero; de segundo él se pidió unos filetes de cerdo empanados y yo un filete de ternera que, si bien no estaba mala, era muy finita y estaba demasiado pasada para mi gusto. Pero aun así comimos bien, la presentación era bonita, muy agradable en madera y los camareros correctos, por lo que por precio y comodidad no nos podíamos quejar.

Hay que decir que en Segovia no es barato comer, los menús no suelen bajar de 15 euros por persona y en general están todos entre 20 y 30 euros por persona debido a que suelen incluir cochinillo o cordero. Sin embargo hay algunos en los que merece la pena hacer el esfuerzo económico. Os cuento:

Para cenar habíamos reservado (ya que no conseguimos hacerlo para comer) en el Restaurante California, recomendado por un blog amigo: Taste and go, que me lo destacó en realidad calidad-precio, y que, desde luego, no nos decepcionó. Eso si, mi recomendación es que reservéis con tiempo (cosa que nosotros no hicimos pues reservamos el mismo día por la mañana) y que lo hagáis para comer, porque en este restaurante se come con un menú cerrado que introduce gran cantidad de comida. Lo principal allí es coger el cochinillo, que siempre es el segundo plato del menú, aunque hay distintos tipos de menú donde de segundo se puede escoger entre entrecot u otra carne de calidad, o algún tipo de pescado. 
Nosotros escogimos el menú de 25 euros: un plato de entrante, cochinillo y postre, con bebida; por sugerencia del camarero compartimos los entrantes, de forma que nos trajeron primero uno y luego el otro, ambos con gran cantidad de comida, no eran unas meras tapas y solo con los dos platos habríamos cenado más que de sobra.

Entre todos los que se nos ofrecían escogimos pisto con huevo y revuelto de morcilla. El primero vino con dos huevos, detalle sin duda de que era un plato a compartir, con una cantidad más que generosa y, muy curioso, un muestrario de sales que nos dieron a “catar” agitándolas, tapándolas y ofreciéndolas para que viésemos a qué olían; entre las sales destacaba la de hibiscos, la de aceituna negra y la de limón. Respecto al revuelto venía con patatas paja natural frita, muy buenas, y con piñones lo que le daba un toque delicioso. Un gran plato que acompañado con un buen pan hizo que hizo las delicias de los entrantes dejando paso al cochinillo.

Este llegó, medio cochinillo entero para dos, en bandeja de barro, con las patatas fritas dentro y, aparte, un bol, también de cerámica, con salsa para echarlo a un lado y no estropear la piel del cochinillo. Lo cierto es que a mí no me va mucho, porque es una carne que suele cansarme y me resulta un poco grasa, por eso siempre cojo la pata o la cabeza, donde haya menos cantidad de carne para no cansarme; pero estaba francamente bueno, muy tierno y muy poco graso, para lo poco que me gusta lo disfruté bastante . También te sirven una ensalada, aparte del cochinillo, ideal para rebajar la gran cantidad de comida que te comes, para ella te ponen un vinagre balsámico de fresa que, junto con la sal de sabores, hace de la misma una delicia.


Por ultimo llegó la hora de los postres, para lo cual te traen otra carta como con 10 o 12 platos de postre a elegir, a cada cual con mejor aspecto. Mi pareja se pidió una mus de chocolate con cacao amargo que le trajeron en un bol de cerámica, muy casera y con una pinta excelente que aun sabía mejor. 
Yo me pedí un mus de yogurt con tallarines de chocolate que estaba deliciosa y tenía  un detalle muy especial: el recipiente en el que venía era un barquillo con chocolate por dentro, de forma que te lo podías comer una vez terminado la mus. 

Para rematar ambos postres fueron bañados con chocolate caliente, delicioso, aunque obviamente yo no pude con la totalidad del postre, había rebasado mi límite de comida y más para la hora de la cena.

Recomendado al 100%, super majos los camareros, una atención excelente como es lo del muestrario de las sales o que te enseñan el cochinillo que te van a servir antes de hacerlo, y la comida maravillosa. Aunque lo dicho, para ir a comer, ya que para cenar es demasiado comida, pero merece la pena, una gran recomendación sin duda que nos encantó.

Esa misma noche reservamos en el Restaurante San Marcos para comer allí el día siguiente. Si le echáis un ojo a la página web puede que os asustéis igual que lo hicimos mi pareja y yo al principio, pero el truco de este restaurante está en las ofertas semanales, una amplia cantidad de ofertas de fuera de la carta (y otras de la carta pero a un precio más asequible).

Así llegamos a San Marcos tras visitar el Monasterio de Santa María del Parral, tras la preciosa misa con cantos gregorianos que os he contado en el anterior post, caminando por el pueblo y bajo la permanente vista del Alcázar al otro lado del río.

En San Marcos nos encontramos con tres hojas de ofertas entre las cuales escogimos una amplia variedad de platos: de entrantes pedimos un cuarto de percebes que estaban a 40 euros el kilo y aprovechamos para degustar este manjar marino ya que estaban tan bien el precio; también un variado de croquetas casera sobre un lecho de patatas paja entre las que destacaban las típicas de jamón serrano, pero también las de setas, bacalao y, especialmente, las riquísimas croquetas de pulpo.
Además también pedimos caracoles a la segoviana, que estaban también muy buenos, la verdad es que acertamos con todos los que pedimos.

Luego ya llegamos a los platos propios, mi pareja se pidió un cordero con ajo y perejil que estaba muy bueno y tierno y yo unos sapitos (rapes pequeños) en salsa marinera con gambas y con un toque campestre de setas variadas, que  confería un sabor delicioso al guiso y que encajaba a la perfección con el sabor peculiar de este tipo pescado.



Lo mejor era el tamaño, con ninguno de los platos se cortaron un pelo y las raciones fueron más que esplendidas. Así paso que no pedimos postre aunque todos tenían muy buena pinta pues estábamos muy llenos, especialmente por la croquetas que fue lo menos ligero de todo lo que pedimos; sin embargo fue todo un placer y nos alegramos mucho de escoger este restaurante, sí que es cierto que fue más caro que el Restaurante California también por la cantidad de comida cada plato ronda entre los 10 y 15 euros; mis rapes por ejemplo fueron 13 euros y el cochifrito de mi pareja 15. En total nos salió por 65 euros los dos, 10 euros más caro que en el Restaurante California.

Nos había llevado hasta allí una recomendación de mi madre y movidos por el impulso de comer caracoles, y lo cierto es que también fue todo un acierto porque había tantos platos que no sabíamos bien qué elegir y estaban todos impecablemente bien hechos. Desde marisco, hasta carne pasando por pescado, bien atendidos y con dos detalles que harían que yo volviese al restaurante si vuelvo a Segovia: que me invitaron a la infusión y que, al traer la cuenta, me regalaron un precioso clavel.

En definitiva, recomendaros el hotel en el que estuve aunque hay otros que también tienen muy buena pinta y, por supuesto, en cuestiones de restauración animaros a probar estos dos últimos restaurantes que os menciono, pero sin olvidar que hay muchos otros sitios que tienen muy buena pinta y en los que seguramente comer también sea toda una experiencia gastronómica digna de reseñar.

Pero sobretodo animaros a ir a Segovia y a que no dejéis pasar todo lo que puede ofrecer a sus visitantes; os animo a introduciros en todo ello y a que os dejéis inundar para disfrutar de las pequeñas cosas que solo ciudades como esta pueden ofrecer.





Martes 18 de febrero de 2014


DE TURISMO POR SEGOVIA, LA CIUDAD QUE NO DEBES DEJAR DE VISITAR (I)



RINCONES POR DESCUBRIR Y ESPACIOS LLENOS DE HISTORIA


Fuente
El fin de semana que coincidía con el de San Valentín me fui a Segovia con mi pareja, ciudad que deseaba conocer desde hace mucho y que aún no había podido visitar a pesar de estar a una hora y cuarto de Madrid en autobús. Así que allí que partimos desde Príncipe Pío y al llegar, aunque ya casi no había luz porque llegamos más por la noche que por la tarde, por fin descubrí porqué había querido ir durante tanto tiempo: no solo es preciosa y llena de rincones por descubrir, sino que también tiene un ambiente que, tanto de día como de noche y a pesar del frío del invierno, da pie a querer pasearse la ciudad.
Segovia es de esos lugares que se pueden considerar un paraíso cultural y gastronómico, pero en este post me voy a centrar en lo cultural, contándoos que podéis ver y lo que no os debéis perder bajo ningún concepto para, posteriormente, hacer un post distinto en el que os hablaré de la gastronomía y de los restaurantes que, si podéis, debéis visitar en vuestra estancia en Segovia.

Entre aquellos lugares que no os podéis perder está, obviamente, la Catedral  y el Alcázar.
Respecto a la catedral solo puedo deciros que es preciosa, tanto por fuera como por dentro. Su entrada cuesta tres euros y da acceso a la misma, al museo que contiene en su interior y a su magnífico claustro. Cuando compras la entrada en la misma te informan de que no es más que un donativo para la conservación y restauración de la Catedral, lo que le da un valor bastante significativo.



















La catedral se construyó con la intención de ser el espejo de fe y religiosidad de todos los segovianos que, con su esfuerzo físico y económico, levantaron esta catedral a partir del 8 de junio de 1525, momento en el cual se dio comienzo a las obras de mano del Obispo Don Diego de Rivera y el arquitecto Juan Gil de Hontañón que duraron hasta el 16 de julio de 1768, fecha en la que se consagró por el que entonces era el obispo de Segovia: Don Juan José Martínez Escalzo.

Respecto al estilo arquitectónico, no caben dudas al verla, de porqué se la define como la última catedral gótica, aunque realmente la concepción de espacio interior, así como la luminosidad y volúmenes respondan más a una estética renacentista. En su interior podemos encontrar grandes obras artísticas, de gran calidad, así como una construcción muy hermosa, llena de vidrieras de color.

Es muy impresionante, tanto por fuera como por dentro, aunque hay que decir que hacía mucho que no veía algo tan hermoso como esta catedral por fuera iluminada en medio de la noche. Tiene un encanto casi mágico, que hace que no puedas evitar mirarla, de esa forma no extraña que la plaza mayor, desde donde se la puede contemplar, esté llena de lugares donde tomarse una copa o una caña y algún que otro pincho a la sombra, o mejor dicho luz, de tan magnifica construcción.



En lo que se refiere al Alcázar también decir que es impresionante, impresionantemente bonito e impresionantemente grande. Construido sobre la roca, al borde de aquella que ha sido labrada por los ríos Eresma y Clamores, se erige como una construcción de claro origen militar que, como fortaleza, durante siglos fue inexpugnable.

Según la página oficial del Alcázar el testimonio más antiguo de su existencia es un documento de principios del siglo XII, fechado en EL 1122, poco después de la reconquista de la ciudad por Alfonso VI, en el que se menciona la fortaleza como un castro sobre el Eresma. Sin embargo no se le daría el nombre de Alcázar hasta, se calcula por otra carta en el que se le mencionaba ya como tal, 1155. A pesar de estos datos se considera más que probable que la fortificación existiese en tiempos más antiguos aun, quizá desde la dominación romana se aventura, pues en recientes excavaciones se ha encontrado sillares de granito equivalentes a los del Acueducto.

En la Edad Media, el Alcázar, tanto por la belleza de su situación y su indiscutible seguridad militar, como por la proximidad a famosos cazaderos en los bosques serranos, se convirtió en una de las residencias favoritas de los Reyes de Castilla.
Alfonso X El Sabio demostró hacia Segovia una extrema predilección e hizo del Alcázar una de sus residencias favoritas, hasta los últimos años de su vida, en los que celebró Cortes en esta ciudad que le había permanecido fiel.

El Alcázar, en cuanto a estilo, se fue consolidando en el proceso que, de forma progresiva, va convirtiendo la fortaleza en residencia cortesana. La reforma se hizo cuando se iniciaba la transición del románico al gótico, con un inconfundible tono del estilo cisterciense en la llamada “sala del Palacio Mayor” y la torre del poniente llamada “Del Homenaje”. Sin embargo y a pesar de su presencia en las construcción del el Alcázar, lo morisco aparece en la decoración pictórica. A pesar del tono cisterciense de estas construcciones, lo morisco aparece en la decoración pictórica.
Es muy bonito y aunque impresiona por fuera también lo hace por dentro, teniendo espacios de gran belleza, como son las vidrieras de su interior, cuidadas hasta el máximo detalle.


Sin embargo, a pesar de su belleza exterior e interior hay algo más que deja sin aliento, metafórica y literalmente, y no es otra cosa que subir a lo más alto del Alcázar para poder contemplar sus magníficas vistas. A mediados de febrero y, por suerte, en un día con sol aunque nubloso, la vista ofrecía una perfecta visión de la ciudad, con la catedral y su muralla destacando sobre una sierra blanca al estar cubierta por la nieve.


Desde el Alcazar, tanto desde la parte superior, como desde el interior a través de sus enormes ventanales, se pueden ver la Iglesia de la Vera Cruz y el Monasterio de Santa María del Parral,
dos construcciones que debéis visitar por su valor cultural e histórico, en especial el Monasterio que es una maravilla, aunque la Iglesia no se queda corta.

La iglesia de la Vera Cruz está situada a poca distancia de la ciudad, hacia el norte y cruzando el río, lo que permite un bonito paseo hasta llegar a ella. Es muy reseñable, el más compelto ejemplar que se conserva en Europa de templo constituido por un edículo central en torno al cual gira la nave circular.

Este tipo de construcción arquitectónica de planta dodecagonal, que tiene sus precedentes en los baptisterios romanos de los primeros siglos del cristianismo, se hace habitual en las construcciones que edifican los caballeros de las distintas Órdenes fundadas por las construcciones las cruzadas en Palestina.

La construcción de la iglesia, antes titulada el Santo Sepulcro, se atribuye legendariamente a los Templarios, pero las investigaciones modernas lo ponen en duda, pues parece más cierto que fuese levantada por la Orden del Santo Sepulcro hasta que, cuando se unió a la de San Juan de Jerusalén, quedo bajo el dominio de esta orden en 1531, en la cual ha permanecido desde entonces. 

En lo que respecta a Santa María del Parral decir que es un monasterio precioso, lleno de encanto que se remonta a Enrique IV y el Marqués de Villena, Juan Pacheco. Reseñaros el hecho de que todo lo que os voy a contar a continuación nos lo contó a su vez un monje del propio monasterio que, los domingos a las 11:00, hace una visita guiada por dentro de la iglesia y del monasterio. Este detalle es algo que pocos conocen pues al estar al otro lado del río no se suele reseñar para los turistas, sin embargo merece mucho la pena, sobretodo porque te cuentan todos los detalles, la historia viva cobra forma a través de las palabras del monje y al terminar, a las 12:00 hay una misa donde se pueden escuchar en directo auténticos cantos gregorianos; una maravilla que no escuchaba desde que estuve con mis padres en el Monasterio de Yuste.

Aquí os cuelgo dos fragmentos de los cantos que hicieron los monjes durante la misa a la que asistí:



El monasterio se empezó a construir en el 54, aunque los monjes llegaron en el 47 y vivían en cabañas en torno a la construcción. La obra se mantuvo en funcionamiento unos 20 años hasta que murieron los fundadores, los dos marqueses de Villena de quienes solo quedan los dos escudos en la fachada, de ahí que sea tan austera, porque a su muerte se pararon las obras debido a la falta de recursos. Donde sí se invirtió dinero y se terminó fue por dentro, a pesar de que en 1839 se planteó derribarla porque estaba en ruinas y se podía vender; al final por suerte no se hizo permitiéndonos disfrutar de una de las grandes maravillas de Segovia, una construcción original en su interior, aunque faltaban muchos cuadros debido a la desamortización de Mendizábal. Ello crea un contraste con otros monasterios e iglesias, a penas sin ostentación, que ya se ve al verla por fuera pero también se ve por dentro: todo piedra tallada, sin adornos.

El esquema del monasterio es cartujano: una única nave, con la diferencia de que pusieron el coro  en la parte superior para que los monjes que eran de clausura, al participar de la misa y cantar sus cantos, no entrasen en contacto con nadie ni nadie pudiese verlos, solo oírlos.  La bóveda en total son 22 metros de altura y media de profundidad, lo que le da como conjunta una impresionante composición que deja ver, al final, un ventanal para iluminar la zona del coro, aumentando la sensación de profundidad. En la construcción se denota un estilo gótico del siglo XVI, un gótico tardío que hace meya en las bóvedas y es sus cruceros; también se perciben balconcillos del coro, desde dónde los monjes cantaban con la melodía de los órganos de fondo.
Todo lo que era de metal desapareció, al igual que se saquearon las lápidas de los benefactores del monasterios que estaban enterrados allí al igual que su familia; por suerte del retablo original del altar robaron muy poco y aun se puede contemplar en todo su esplendor. 



Hay mucha más información pero no os quiero saturar, así que terminaré con el monasterio hablándoos del interior del monasterio en sí, ya habiendo salido de la iglesia. Esta es una parte espectacular, realmente bonita, pues lo primero que se ve son los arcos del pórtico, un estanque con preciosos peces de colores y, tras una pequeña zona del jardín, el Alcázar de fondo. Una vista que, sin duda, merece la pena contemplar. El manantial que alimenta el monasterio es propio, pasando por en medio del mismo y llenando sus estanques con nada más y nada menos que 500 mil litros de agua al día, lo que no es de extrañar que en su día, cuando eran 80 monjes, tuviesen montada una piscifactoría. De aquello ahora solo quedan unos pocos peces que nadan en sus aguas.




Del interior del monasterio también es necesario reseñar el precioso claustro; realmente hay dos: el de clausura y el abierto pero, obviamente, solo hay acceso al segundo aunque el primero se puede ver a través de una puerta de cristal. 
Del abierto solo deciros lo que ya os podéis imaginar: que es precioso, con un techo mudéjar y arcos redondeados, da mucha paz con el sonido constante de su fuente de agua. 

Sin duda una visita que no os podéis perder, muy recomendada para conocer la historia que todo edificio histórico alberga en su interior.

Acercándonos al final cómo dejar de mencionar el Acueducto, único y magnífico se alza ante el turista y cualquiera que se quiera para a contemplarlo, se levanta increiblemente alto e increíblemente hermoso como una de las más soberbias obras que los romanos dejaron en su enorme imperio. Símbolo de la ciudad se hizo para llevar el agua desde la sierra hasta la ciudad, llegando a ser subterraneo incluso, una gran obra de ingeniería que, curiosamente en la leyenda se le atribuye al demonio.

 Para terminar hablaros de dos lugares situados en La Judería que, de vuelta a la ciudad, no debéis dejar de ver. La primera de ellas es la Iglesia del Corpus Christi, una sinagoga que aparece documentada en 1373 pero que se cree que pertenece, como pronto, al siglo XIII. Sin embargo como sinagoga solo estuvo hasta 1410, momento en el cual pasó a convertirse en Iglesia que, sin perder elementos originales, se adaptó a  este cambio como lo hicieron otras antes y después que ella.


Además tiene un elemento muy escarificador que no es otro que el incendio que la asolo en el siglo XIX que hace que sea complicado comprender cómo era originalmente.
Y por último, pero no por ello menos importante, contaros la visita guiada a la Casa-Museo de Antonio Machado, que cuesta visitarla 2,50 pudiendo ser con audioguía si vas por libre o dejando que te lo cuente una mujer muy simpática que te lleva por la casa, una pensión solo para chicos, en la que vivió este gran hombre desde 1919 hasta 1932 y que está repleta de recuerdos del poeta. La pensión siguió funcionando sin Machado hasta los 50 y, a partir de los 75 se abrió como museo.

Destaca la cocina: económica o bilbaina, con trozos de la publicación El Sol, periódico madrileño republicano donde escribía bajo uno de sus dos pseudónimos: Juan de Mairena. En ella también resalta la despensa, así como el estilo rústico de ambas, perfectamente conservada para hacérselo llegar al visitante. En conjunto la pensión tiene una gran cantidad de fotografías y de cuadros, además de una pequeña biblioteca donde se conservan todas sus obras en castellano, además de que también se pueden ver los libros de la Biblioteca Circulante en la Iglesia de San Quince, proyecto para mejorar el analfabetismo, donde se prestaban libros que en la Guerra Civil fueron prohibidos.


También hay un fragmento de su historia con Leonor, su gran amor de la que se enamoró siendo ella aun muy joven (13 años) y con la que se casó cuando cumplió los 15, aunque moriría a los 18 años de tuberculosis, lo que llevaría al poeta a Soria y a adentrarse en una profunda apatía y tristeza. Entre las pertenencias reflejadas en la casa se pueden encontrar cartas también, como la última escrita a José Bergamín,  y retratos del mismo, como el que le hizo aun en vida Rafael Peñuelas o la litografía de Picasso al poeta.

Sin embargo lo que más destaca es la habitación en la que dormía Machado, su dormitorio, donde se puede contemplar aun la cama, la mesa donde escribía o la estufa de petroléo para calentar la fría estancia en los mayores días de frío, que eran la mayoría pues, como decía él: "En Segovia solo hay dos estaciones: el invierno y la de ferrocarril".


Y con esto último termino, hay mucho más por supuesto, pero mi consejo es que vayáis vosotros mismos a verlo, ahora que sabéis lo que no os podéis perder y lo que es lo más recomendado. Os garantizo que no os arrepentiréis si decidís poner los pies en esta preciosa ciudad llena de cultura, de historia, de belleza… de todo lo que podáis pedirle. 



Jueves 19 de diciembre de 2013



EL EXPOCÓMIC HA CELEBRADO SU XVI EDICIÓN, ENMARCANDO PARA MUCHOS EL FINAL DE UN AÑO MÁS



El pasado domingo 15 se cerraron un año más las puertas de la XVI Salón Internacional  del Cómic de Madrid que se celebró en el Pabellón de Cristal del Recinto Ferial de la Casa de Campo, y, como todos los años, los cuatro días de duración de este acontecimiento fueron aprovechados al máximo por personas de todas las edades  amantes del comic y del manga donde, disfrazados o no, pudieron sacar a relucir su lado más friki enterrándose en los cientos de productos de este género que ofrecen los stands del evento tras una dura y fría espera en la calle para sacar las entradas, pero que sin duda mereció la pena.

Desde niños, hasta adolescentes, jóvenes y adultos, tanto tras como delante de los puestos, todos pudimos disfrutar de los stands de siempre, pero esta vez acompañados de un espacio aún más amplio al estar muy bien organizado y todo por separado, de forma que en la planta superior estaban las zonas de juego y de cosplay (incluido el stand de maquillaje gratuito) y en la inferior los puestos para comprar la amplia variedad de productos que se nos ofrecen, al gusto de todos, así como las exposiciones que todos los años se exponen en los salones del comic, siempre en relación con este noble arte de narración en forma de historieta.

Entre los puestos destacan las tazas y chapas, así como las camisetas más frikis e innovadoras del mercado, con los mensajes de películas como V de Vendetta con "El pueblo no debería temer a sus gobernantes, los gobernantes deberían temer al pueblo", o haciendo gala de las hordas de no muertos con "Esta es mi camiseta de matar zombis" manchada con sangre… por supuesto también había camisetas de Star Wars, Juego de tronos e incluso a otros personajes más populares y entrañables como Totoro, el espíritu del bosque, o a los adorables minions convertidos en personajes de Marvel.


En lo que respecta a las exposiciones hubo varias, como viene siendo habitual en los últimos años; personalmente me quedo con la de 12 nombres imprescindibles para la prehistoria del cómic español presentada por El Museo ABC que realizó para el evento una breve selección que pretendía rescatar y destacar la figura y las obras de los pioneros de este arte en España, de aquellos que iniciaron y pusieron en marcha este territorio creativo que con mucha frecuencia se ha visto menospreciado y reducido a espacios marginales.

12 nombres imprescindibles: Apel.les Mestres, Ángel Pons, Karikato, Joaquín Xaudaró, Mecachis, K-Hito, Francisco López Rubio, Tito, Sileno, Fresno, Francisco Ramírez Montesinos y Emilio Ferrer. Aquí os pongo uno de las viñetas de Tito, uno de los 12 que ayudaron a dar forma al lenguaje de la historieta en nuestro país con Por esas calles. El regimiento Pasa y El avión que pasa… y el ratero que se aprovecha.

Otra de las exposiciones que he de destacar fue la de Las superheroínas de Elektra, con dibujos de todas las versiones de los superheroes pero en mujer, incluyendo también otras superwoman sin relación alguna con el género de superhéros masculinos. Entre estas super mujeres destacar a la Ladrona, Capitana América, Medusa, Chica Invisible, Maléfica, Estela Plateada, Thora y Blackcat.





Sin embargo, entre todas ellas y a pesar de fascinarme por el gran talento que derrochaban estas creaciones de Fernando Vicente, me quedé con una de ellas, con la Chica Antifaz, de pelo corto y oculta tras un antifaz, desnuda pero tapada y delicada, no exhuberante como las demás, en nada atrevida si no fuese por la mirada penetrante al otro lado del antifaz… no sé porqué me gustó tanto, pero el caso es que si tuviese que escoger una de todas no dudaría con cuál quedarme. 

Por supuesto para los más hambrientos también hubo puestos de comida, el de toda la vida por decirlo así con el de las chucherías gigantes y el de las fondues de chocolate, que ya lleva unos años estando presente en estos eventos; sin embargo este año hubo una novedad nueva para mi:  panqueques y gofres hechos en el momento, con relleno a elegir entre varias mermeladas, miel, azucar y chocolate. 
Yo, acostumbrada al bizcocho bañado en chocolate del stand de las fondues, hice un cambio y me pedí un panqueque, que eran muy grandes, relleno de chocolate y un poco de mermelada de fresa, el precio, como todo, era un poco alto (3,50) pero desde luego como desayuno no tuvo precio.

Entre los stands destacar el de Imágica, de Alberto Santos, donde entre otros libros se promocionaba el de su nueva escritora novel T.F. Famux con su primera novela: La marca del Guerrero, que compré para apoyar a las nuevas plumas literarias que van surgiendo, ya que me parece importante darles un empujoncito; de momento me está gustando bastante y espero poder haceros pronto la reseña del mismo. 

Otro de los stands destacados fue el de La Escuela Superior de DibujoProfesional, muy grande, donde estaban algunos de los alumnos haciendo una muestra del talento que allí se incentiva y se forma. Por supuesto todo como una habil estrategia de publicidad al ver el trabajo y las obras en directo de lo que tu mismo podrías hacer si te matriculas en sus cursos, muy caros por otro lado, pero con magníficos resultados, como puedes comprobar personalmente.

Por último mencionaros, como no, los fantásticos disfraces que puedes encontrar por sus pasillos, donde la creatividad y el trabajo duro de varios meses para muchos de ellos es expuesto en estos únicos cuatro días, en especial en el domingo, día elegido para los concursos de cosplay; es entonces cuando el Expocómic se llena del color de los trajes y la música de las representaciones y todos podemos disfrutar del trabajo que los más extrovertidos se atreven a mostrar en público. Aunque no es necesario subirse al escenario, pues todos los ojos se encuentran clavados en la gente disfrazada con la que te cruzas, los cuales posan encantados para las fotografías. 
De entre todos los vistos me quedo con tres de ellos, los famosos Caballeros del Zodiaco, cuyos disfraces de gran tamaño crearon sensación por donde pasaron y un grupo disfrazado de los personajes del gran juego League of Legends, también muy currados, llevando los cascos y las armas, sin faltarles detalles a simple vista.



Pero para finalizar elijo un clásico, un disfraz que me encantó porque estaba excepcionalmente bien hecho y porque, aunque no tuviese relación con ningún cómic, muestra la importancia de los orígenes, lo destacado de las primeras historias con las que nos criamos, da igual de donde provengan siempre que tengan significado; ese disfraz no fue otro que el de la malvada reina de Blancanieves y con ella me despido.

El Salón del Cómic es una muestra de esa vuelta al principio de las historias, reconstruye cada año esos orígines con sus stands, sus exposiciones y su gente, avanzando siempre hacia delante, hacia un año más para seguir creciendo y creando ese espacio que para tantos es tan importante.










Jueves 12 de diciembre de 2013


SANTA LUCÍA O LA FIESTA DE LA LUZ


"Es mejor encender una vela que maldecir a la oscuridad" Confucio


Mañana es 13 de diciembre y curiosamente coincide este año con un viernes 13, un día que para algunos
implica un día de mala suerte, mientras que para otros, en especial para mis tocayas el día 13, caiga en el día de la semana que caiga, es un día bonito porque, qué narices, tenemos un nombre bonito. El caso es que mañana es 13 de diciembre, Santa Lucía, la patrona de los ciegos, la santa de la luz, y  su llegada cada una lo celebra como quiere: comiendo con la familia, felicitando a sus tocayas, tomándose un desayuno especial o, simplemente, pasándolo como si fuese un día más del calendario.
En costumbres y tradiciones cada persona es un mundo, en mí caso, sinceramente, me gusta mi santo porque cuando iba al colegio yo no celebraba mis cumpleaños debido a que caen en agosto y no había nadie con quién celebrarlo a parte de la familia, y a día de hoy lo seguimos celebrando. Para mí es un día especial, me gusta mi nombre y me parece muy importante la presencia de la luz en nuestras vidas, el tenerla presente incluso en los días más oscuros… para mí mi santo es un día de descanso en los días del invierno, donde no importa que haga frío o que no haya sol, porque es el día de la luz.

Un poco cursi, lo sé, pero el caso es que mi inquietud por saber un poco más acerca de este día, que tan importante es para mí desde niña, me hizo investigar un poco y me encontré con la llamada Fiesta de la Luz, realizada en toda Suecia, un ejemplo de la importancia que tiene este día para algunos. De esta forma sólo aquellos que tengan al suerte de hallarse en esta fecha en cualquiera de los rincones del bonito país escandinavo podrán presenciar esta escena tradicional que celebra el solsticio de invierno: el día más corto y la noche más larga del año, para la cual la Fiesta de Santa Lucía se hace alumbrando la oscuridad que envuelve Suecia desde todos sus pueblos y ciudades.

Esta fiesta se materializa en cientos de velas que llenan todos los rincones creando una escena mágica, de cuento… una atmósfera que arropa a todos los que participan de ella, y que van de la mano (o mejor dicho de la cabeza) de las muchachas llamadas Lucía que encabezan las procesiones portando con coronas de velas y siendo seguidos por sus damas de honor y los niños estrella. Según la tradición la Lucía principal (aquella que porta sobre su cabeza una corona de velas engarzada a una diadema y va vestida con una túnica larga y blanca, ceñida a la cintura por un fajín rojo) lidera a todos los demás participantes en esta ceremonia.

Las damas de honor portarán una vela entre las manos mientras que la Lucía las llevará unidas en actitud de rezo y los niños estrella irán además vestidos con capirotes adornados con estrellas doradas (de ahí su nombre), y ya por último los más pequeños, vestidos de duendes… todos van en procesión y, mientras avanzan llenándolo todo de luz, van cantado villancicos y canticos populares suecos que rompen el silencio y la oscuridad de la noche.

Está claro que ni el invierno ni la llegada de la Navidad serían lo mismo sin esta ceremonia que los suecos han sabido convertir en todo una exposición de delicadeza y belleza y que recorre las escuelas, los hospitales, las residencias de ancianos y los numerosos centros de trabajo del país, convirtiéndose también en una fiesta enfocada y dedicada a un bien social.

Otro de los detalles de esta ceremonia es que las muchachas reparten a su paso galletas de jengibre o pepparkakor y los bollos de Lucía o lussekatter, unos dulces de harina de trigo condimentada con azafrán, a los que se da forma con espirales y se decora con dos pasas.



Cada pueblo y ciudad sueca elige a su propia Lucía, aunque también hay una Lucía nacional que sale por televisión, una especie de concurso de belleza, lo más similar a este tipo de competiciones dadas en un país no muy amigo de ellas. Lo que pretende el nombramiento  es que este proceso sea más democrático y abierto, que termina en el día 13, cuando se desvela a la ganadora total y se la lleva en una carroza tirada por caballos, muy bien iluminada, para ir extendiendo la luz a su paso.

Una bonita tradición que sin duda deja su huella, muy luminosa por cierto, en todos los que lo llevan a cabo y en los afortunados que pueden contemplarlo. Una forma ideal para iniciar los festejos navideños y todas sus celebraciones repletas de luz que iluminan las casas y los barrios de las ciudades; esta celebración para ellos es la llegada de la luz, la luz ante la noche más larga que dará paso a días más brillantes y luminosos, pues con ella empieza la cuenta atrás de la oscuridad, y la despiden llenándola de luz.

Sin duda es una de las ceremonias más centrales en la cultura sueca, con una clara vinculación a su forma de vida, donde la luz, la oscuridad, el frío y el calor marcan una constante en su día a día. Algo único que se repite todos los años y que, al menos una vez en la vida, habría que ir a contemplar en persona; no me cabe duda de que debe de ser una experiencia mágica.  

Viernes 29 de noviembre de 2013



"FUENTEOVEJUNA" LLEGA MÁS ACTUAL Y ATREVIDA GRACIAS A LA JOVEN COMPAÑÍA




La Joven Compañía presenta un proyecto en el Teatro Conde Duque que pretende recomponer el tejido cultural juvenil y acercar el teatro a los jóvenes; con esta idea y una veintena de jóvenes entre 18 y 23 años guiados por profesionales del teatro nacional se compuso Fuenteovejuna, el clásico de Lope de Vega, mucho más renovado y actual en el que la historia original y el verso se mantienen: el pueblo, harto de los abusos a los que se ve sometido, lucha para poner fin a los desmanes del opresor rebelándose contra él y dándole muerte.

El proyecto Teatro Joven se estrenó en Madrid el pasado 14 de noviembre y terminará este sábado 30 pero para todos los que lo hemos asistido a su representación perdurará el recuerdo de un buen trabajo y una mejor interpretación. Esta adaptación de una de las obras clásicas del Siglo de Oro hecha por Mar Zubieta y Francisco Rojas, considerada además una de las más significativas de la amplia carrera de Lope, es la primera de un proyecto que viene pisando fuerte y que desarrollará un intenso programa de funciones, talleres y actividades pedagógicas con colegios e institutos. Gracias a la colaboración entre el Conde Duque y la Asociación Jóvenes del Teatro se nos presenta una representación hecha por y para jóvenes, enfocada a levantar conciencias sobre la sociedad actual tanto a nivel político (por el tema de la obra) como a nivel intelectual y cultural ya que busca luchar contra la desafección de los más jóvenes hacia el teatro.

Antes de empezar el director, José Luis Arellano, presenta la obra y las intenciones que ha puesto en el proyecto: demostrar que “un país que sitúa a sus juventud de espaldas a la cultura no tiene futuro”, con ello se nos da paso a la representación y la lucha contra la injusticia y los abusos del poder comienza. La historia original, reducida a una hora, pretende guiar al espectador por los sucesos de una sociedad marcada por la tiranía donde el amor y la fe en el cambio será lo único que acompañe a los protagonistas durante el proceso. La acción transcurre en tiempos de los Reyes Católicos pero la estética es completamente diferente a la de esta época, montando todo el escenario en torno a una mesa de metal y dos o tres sillas, sin embargo la simplicidad en la decoración no es más que otro de los puntos fuertes de la obra, donde se puede comprobar cómo con poco se puede conseguir mucho.

Desde luego el espectador no se aburre, atento al verso en todo momento para no perderse, seguirá el torrente de acontecimientos que van ocurriendo sobre el escenario, a veces demasiado dinámico ya que en una hora se ha resumido la obra entera y todo el argumento, lo que hace que no haya bajadas en la tensión interpretativa ni que vaya en aumento como suele ocurrir, por lo que la acción escénica mantiene al público pendiente de todo lo que ocurre sobre el escenario.

Los actores realizan un extraordinario papel, no bajando la guardia ante ese ritmo trepidante que tienen que llevar en todo momento, con mucha emotividad y un gran interiorización de la actuación que sorprende por su juventud. Sin duda el hecho de que el grupo de actores sea tan joven y que estén en proceso de formación le da un valor añadido a este proyecto; las interpretaciones son magnificas, muy metidas en el papel y con mucha fuerza, dando lugar a una obra atrevida, fresca, excesivamente tensa a veces que puede sobresaltar al espectador. Ciertamente no me pareció dirigida a un público a partir de 12 años, pues a veces es muy violenta y choca un poco y más para un público tan joven.



Pero quitando esas escenas más violentas que restallan en el escenario y se tornan un poco desagradables (como toda situación de injusticia y abuso) la obra es impresionante, muy bien adaptada y creada para no aburrir ni cansar al espectador, bastante fácil de seguir a pesar de ser en verso (porque sin el verso habría dejado de ser una obra de Lope) y con un elenco de actores magníficos que sin duda llegarán lejos pues su entrega y aptitud hacia el teatro es innegable.

Muy apropiada para los tiempos que corren y con un claro mensaje "Pobre del pueblo que no se cuida", Fuenteovejuna de La Joven Compañía trae al escenario sin trajes de época y con mobiliario actual una representación de la situación social que vivimos pero trasladada a las historias de Lope de Vega para hablar del poder y los abusos que llevan, irremediablemente, a un cambio: al final de un mundo y al comienzo de otro, a la renovación que viene de la mano de la unión del pueblo. Un buen mensaje más que apropiado para estos tiempos que vivimos en los que hemos de trabajar unidos para hacer un cambio necesario en el que los jóvenes hemos de tener mucha fuerza pues está en juego nuestro futuro, junto con el de todos, pero más para esos jóvenes que formamos la llamada generación perdida, que huyen del hogar para seguir adelante… cuando las historias se repiten es el momento de emprender la lucha, quizás de ahí viene la fuerza de los actores sobre el escenario, de saber que esta obra toca muchos sentimientos que se están dando en la actualidad.

Así en breve terminará la primera obra que inicia este proyecto en el Conde Duque pero que será interpretada de nuevo en el Teatro García Lorca de Getafe 20, 21 y 22 de febrero y en el Teatro Jaime Salom de Parla los días 20, 21 y 22 de marzo de 2014. Sin duda ha sido una obra elegida por la intemporalidad y vigencia que tiene en el presente y que tendrá en el futuro, a pesar de estar escrita en el siglo XVII. Una oportuna elección ahora que las leyes están reduciendo nuestros derechos que cumple con su objetivo: hacer llegar a los jóvenes la modernidad del teatro clásico para que se perciba más cercano. Su actualidad a pesar de ser un clásico la rejuvenece y hace ver a los públicos la importancia de la juventud dentro de este mundo interpretativo donde los jóvenes pueden expresar y compartir las inquietudes que asedian el presente en pleno cambio y movimiento social.

Respecto a las nuevas representaciones de este proyecto, La Joven Compañía trae en enero la obra Invasión, escrita por Guillem Clua, y en abril Superhéroes, de José Manuel Mora. Habrá que esperar para ver si estas obras, en especial la de Superhéroes, siguen la línea de la lucha social vista hasta ahora, dejando entrever el papel de la juventud en ella.

Me parece muy importante esta iniciativa inspirada en propuestas de países como Reino Unido, donde ya se han conseguido magníficos resultados llenando los teatros de gente joven y que incentiva la pasión por la interpretación dando la oportunidad a los jóvenes que se la merecen para tener su primera experiencia profesional. El teatro es uno de los grandes géneros literarios que se pueden llevar a las artes escénicas y me parece fantástico que se renueve impidiendo que se pierda con el paso del tiempo, una gran oportunidad que no se debe dejar pasar por los amantes del teatro y que seguro no defraudará a nadie.



Si queréis más información de este proyecto aquí os dejo su página web. También tienen página de Facebook, así como se les puede seguir en Twitter, y podéis contactar con ellos a través de su correo: gestion@lajovencompania.com

Proyecto que no dejará indiferente a nadie pues las nuevas generaciones vienen pisando fuerte, seguro que volveremos a oír resonar los escenarios muy pronto y durante mucho tiempo.



Martes 19 de Noviembre de 2013



SANTA MARÍA DE LA ALAMEDA Y LO QUE OFRECEN NUESTROS MONTES EN OTOÑO



Con la llegada y expansión del otoño, e intentando burlar las lluvias de esta imprevisible e inestable estación, se nos presenta un momento perfecto para disfrutar del campo, de los colores del monte y, para mí, una de las mejores oportunidades para hacer excursiones y senderismo, pues la belleza de nuestros parajes sobrecogerá a cualquiera.


Uno de mis lugares favoritos para pasear son los alrededores de la urbanización de El Pimpollar, más concretamente la zona del Molino Nuevo (nombre irónico ya que realmente la zona está coronada por un molino prácticamente en ruinas), rodeado de vegetación y el pequeño Río Cofio, que atraviesa esas tierras permitiendo la existencia de la fauna y flora que allí habita.

El Pimpollar está cerca del pueblo Santa María de la Alameda el cual está situado en la zona noroeste de la Comunidad de Madrid, a los pies de la vertiente meridional de la Sierra de Guadarrama y por tanto se presenta como una tierra montañosa y ganadera. Su término forma parte del Territorio Histórico de El Escorial: Monasterio, Sitio y Entorno Natural y Cultural —declarado Bien de Interés Culturalpor la Comunidad de Madrid, mediante decreto 52/2006—. También está incluido dentro del Paraje Pintoresco del Pinar de Abantos y Zona de La Herrería, espacio natural protegido, constituido en 1961.

Lo más curioso es que Santa María de la Alameda pertenece a la Dehesa de la Cepeda, el único territorio de la Comunidad de Madrid que no está integrado dentro del triángulo que forma la provincia. Se configura a modo de isla, entre las provincias de Segovia y Ávila, por lo que El Pimpollar forma parte de esta isla, alejada del resto del mundo, lo cual permite ese aislamiento que busca el montañista, ese alejamiento de la ciudad para quedarse solo entre la naturaleza y el campo.

Entre los varios núcleos de población que conforman Santa María de la Alameda, está Santa María La Estación, donde, desde la estación y a pocos kilómetros, se sitúa la urbanización El Pimpollar del que os hablo aquí, donde destaca la magnífica construcción del Puente Recondo, viaducto que se encuentra atravesando el río Cofio y que permite disfrutar de unas maravillosas vistas, además de hacer una ruptura del paisaje natural como un pedacito de historia  que la mano del hombre ha construido, de manera positiva.

Respecto al Cofio decir que se admite como río de montaña en la mayor parte de su recorrido y permite la formación de pozas de gargantas donde bañarse a lo largo de su curso. El gran paisaje medioambiental que mencionaba antes de este río nos permite disfrutar de una vegetación conformada por chopos, fresnos, sauces y alisos, así como también permite la supervivencia y florecimiento de la fauna avícola, piscícola, anfibia y reptil que habita en sus aguas y riberas.


Una de las cosas más habituales que se pueden hacer en esta época es la búsqueda de níscalos, deliciosas setas comestibles que son ideales para hacer un guiso con patatas, entre otros, calentito y que es mano de santo con este tiempo que tenemos.
Aunque es posible que no tengas suerte si ha llovido mucho y ha habido poco sol, merece la pena hacer el recorrido de búsqueda metiéndose monte adentro para intentar encontrarlas. Debido a toda esta gran riqueza que se nos ofrece gratuitamente a lo largo y alrededor del río, se han articulado rutas de senderismo que permitirán al transeúnte disfrutar de todas las maravillas que nuestros montes poseen.

Merece la pena arriesgarse y salir a pasar el día fuera, escapar de la ciudad y pasear bien abrigados, disfrutando de los colores del otoño, del murmullo tenue y constante del agua y de los saltos de las ranas, que a nuestro paso por la vereda del río, iremos observando si estamos atentos. 

También tendremos que compartir camino y monte con las vacas que andan sueltas por allí, y, por supuesto, si podemos esperar a que llegue la noche antes de irnos, contemplaremos un precioso cielo estrellado, que brilla como solo puede hacerlo aquel alejado de la contaminación lumínica de la ciudad.

Una escapada que merece la pena hacer y que, los amantes del campo, seguro sabrán apreciar.


 



Miercoles 14 de agosto de 2013


LOSAR DE LA VERA: UN LUGAR PARA DESCANSAR RODEADO DE NATURALEZA Y TRANQUILIDAD




El pueblecito de Losar de la Vera es un lugar de gran belleza que se sitúa en la zona central de la Comarca natural de La Vera, en la provincia de Cáceres. Este pueblo, lleno de encanto, limita al norte con la provincia de Ávila, al Este con el municipio de Viandarde la Vera, al Sur con el río Tietar y al Oeste con los municipios del Guijo de Santa BárbaraJarandilla de la vera y Robledillo de la Vera.  


Todo ello hace que las cumbres y valles que rodean Losar tengan un verde que proviene del agua que lo rodea. Se suele decir que al agua es vida y este es un pueblo muy vivo, por el que el agua circula entre fuentes de piedra y sus propias calles, así no es de extrañar que este lugar se presente con gran cantidad de vegetación, usando sus propios arbustos para presentar una decoración única, podándolos en forma de animales, de personas, de jarrones… hasta el punto de que, al entrar en el pueblo, este se autopresenta con su nombre podado en los arbustos, un arte que sin duda es uno de los toques mágicos de este lugar que ya nos habla de lo que podremos encontrar en él: gran cantidad de naturaleza y un paraje natural del que poder disfrutar.



Estuve en Losar de la Vera a mediados de julio, justo antes de las fiestas, pero lo cierto es que ya lo conocía de antes pues pasé parte de mi infancia yendo de veraneo con mis padres y porque estuve allí como hace cinco años con mi pareja, como en este verano. Por ello lo que en este post pretendo es hablaros un poco de todo lo que se puede encontrar y hacer por esa bella tierra, tanto lo que permiten tres noches, cuatro días (mi último viaje) como si vais ya una semana, ya que es una tierra que da para sacar todo su jugo, en especial si te gusta el senderismo y descubrir cosas nuevas.

Lo primero que habría que destacar de Losar es que es un pueblo que ha sabido conservarse con el paso del tiempo, todo sigue casi igual que cuando era niña, y por supuesto cuenta con sus zonas centrales que todo pueblo se precia de tener: la plaza principal con el gran pilón en medio donde reside la gran iglesia de piedra conocida como La Iglesia de Santiago Apóstol construida a finales del Gótico, cuyo interior, articulado en tres naves, tiene una decoración bastante bonita.

De la plaza sale la que siempre ha sido mi calle favorita: la Calle del Agua, una calle por la que, como bien indica su nombre, transcurre una corriente de agua limpia canalizada a través de un cauce empedrado de cantos, lo que produce un constante sonido de agua en movimiento muy agradable. A mí me encanta pasar por ella e incluso, si puedo, meter los pies en sus aguas frías y transparentes para avanzar hacia la plaza notando los cantos bajo mis pies.


Este riachuelo artificial pasa por la Casa de la Cultura, que es la sede de la Universidad Popular de la localidad donde se desarrollan actividades de formación, orientación, información y entretenimiento para los distintos sectores de la población. Es una construcción muy bonita, con balcones de madera y pintada en amarillo que resalta sobre las demás casas del pueblo al ser una construcción bastante nueva.


Como todo pueblo posee su ayuntamiento que está situado más en la periferia del pueblo. Entre este y el pueblo se sitúa otra plaza principal con otro gran pilón que contiene en sus aguas peces de colores y en torno al cual hay varios bares que siempre tienen alguna que otra persona tomándose algo en sus terrazas veraniegas. En ellas se puede tomar un granizado fresquito, refrescos, unas cañas y acompañarlos de alguna que otra ración, incluso de hamburguesas pues uno de los bares se dedica a ello y la verdad es que están bastantes buenas. 


Lo bueno que tiene el pueblo es que la carretera la rodea por lo cual es fácil llegar a cualquier lugar de Losar desde cualquier parte del mismo, así bajando por la avenida  a la derecha encontraremos por el paseo más bares y restaurantes para comer, entre los cuales destaca mi favorito al que siempre he ido y al que siempre iré: El Niño

En este restaurante se puede comer de menú todos los días por 10 euros por persona, además la comida es casera y está muy buena. Los domingos atrae a mucha más gente porque hay, a demás de los platos de siempre, migas y paella; como nosotros fuimos entre semana no pudimos comer estos platos pero si disfrutar de los que siempre tienen en el menú: de primero entre otros sirven deliciosos macarrones con queso, gazpacho natural fresquito, ensaladilla rusa o, uno de mis favoritos, sopa de patatas, deliciosa aunque no del todo apta para el verano (aunque yo no pude evitar pedírmela a pesar del calor) y de segundo tienen un delicioso filete de pollo, picadillo de magro y también varios tipos de pescado.


En total la carta consta de unos 10 primeros y 10 segundos a elegir, todos los segundos incluyen ensalada y patatas fritas en el plato, y todo es de primera calidad. Está delicioso todos los platos y por eso una noche más especial mi pareja y yo fuimos allí a cenar para lo cual pedimos unas raciones: un revuelto de setas que estaba delicioso porque tenía toques de jamón, así como el 

importante hecho de que las setas fuesen naturales, unos calamares y unas mollejas en un cuenco de cerámica para que guardasen el calor, que venían con una salsa picantita de verduras que estaba deliciosa. Las raciones son un poco más caras, salen a uno 6 euros cada una pero desde luego no escatiman en tamaño y son bastante grandes, por lo que con un par a compartir has cenado de sobra. De verdad que lo recomiendo al 100% pero ya no solo por la comida, sino también por el trato de sus dueños: una gente super amable y atenta que te hacen sentir como en casa. Inmejorable, de verdad. 

Por supuesto también tenéis un Día y un Spar para hacer la compra por si, como en nuestro caso, tenéis nevera y microondas en el alojamiento donde estéis y no queréis gastaros dinero en salir a comer o cenar fuera.


Lo cierto es que estos sitios tienen más movimiento por la tarde-noche, cuando ha bajado el calor y te puedes sentar en la terraza al fresquito de la brisa.  Uno de los mejores sitios es la Heladería artesanal situada en la Calle San Isidro, lugar donde hacen el helado de leche artesanal, delicioso donde los haya, muy fresquito y tradición de allí, no puedes pasar una noche sin tomarte uno, al menos yo no puedo. Eso sí, hay que tomárselo muy rápido porque se deshace muy rápido debido a que es todo natural, de verdad que merece la pena. 

Todo esto respecto a comidas, respecto a dónde alojaros para hacer de vuestra estancia un viaje de lo más agradable os recomiendo el lugar donde estuvimos mi pareja y yo: El rincón de Vicente, un hostal encantador con las habitaciones decoradas cada una con un motivo distintos, pintadas muy bonitas, con baño propio y aire acondicionado, así como con una cama muy grande y confortable en la que descansamos de maravilla. 


El toque genial era lo que ya os he comentado antes: el tener nevera y microondas propio, ya que eso hace que puedas hacer la compra una vez y apañarte para el resto de los días sin tener que salir a comer fuera. Fue una estancia de lo más agradable, los dueños son gente muy maja y simpática y el hostal es una monada, recién reformado, muy bonito. Además la habitación incluye desayuno y desde algunas ventanas se puede ver la montaña, en especial desde el apartamento de la planta superior, que es para cuatro o seis personas (el doble de las habitaciones normales).


Fuente http://www.elrincondevicente.es/
Nuestra habitación fue la que representaba en su motivo pintado la Sierra de Gredos, en morados y azules como veis en al foto de arriba a la izquierda, preciosa la verdadl. Inicialmente habíamos cogido la de Bali (imagen de la derecha), pero cuando nos enseñó las habitaciones el dueño (aprovechando que era entre semana y dio la casualidad de que estaba vacío) no pudimos evitar quedarnos con la de Gredos.



El precio son 50 euros la noche con desayuno incluido, el cual es muy abundante: zumo de naranja, pan para hacer tostadas, mermeladas de fresa o melocotón, mantequilla, una loncha de jamón york y de queso por persona, patés y bollería variada. Muy bien de verdad, si vuelvo no tengo ninguna duda de a donde tengo que ir. 

Por supuesto hay más hostales en Losar, está El Brezo con vistas también a la montaña y con una pequeña terracita para sentarse por la tarde, confortable y bonito en su sencillez. Es un sitio con encanto, aunque no tan cuidado, pero os dijo por experiencia que la gente que lo lleva es muy maja. Cuando estuvimos hace como 5 años eran unos 35 por noche sin desayuno ni nada, pero este año ya eran 45 y la verdad nos compensaba por precio el otro ya que incluía el desayuno y lo de la nevera, a pesar de que los dueños se portaron de lujo con nosotros cuando estuvimos.

Fuente:  http://www.hosteriafontivieja.com/
Otros hostales disponibles pero de los que no os puedo dar mi opinión porque no he estado son el Hostal Vadillo (al lado del Ayuntamiento) y la Hostería Fontevieja, situada más en la periferia del pueblo, con un gran jardín y piscina propia para bañarse, tiene muy buena pinta aunque obviamente, al ser más un hotel es más caro que el resto de hospedajes. También es una casa rural (para 25 personas) al igual que hay otras en el pueblo, y también hay cerca del pueblo dos campings para los que les guste el aire libre al lado de Cuartos, la principal garganta de Losar, que son el Camping Godoy y el de Camping Garganta de Cuartos.


Lo siguiente de lo que me gustaría hablaros es de las rutas y lugares donde bañarse y de los que se puede disfrutar en un lugar como Losar. Lo primero que habría que decir de las rutas es que toda la información te la dan en la caseta que está en la plaza del pilón del ayuntamiento o sino en este último ya que la caseta solo abre viernes, sábado y domingo, por lo que si vais entre semana id directamente al ayuntamiento. Lo segundo sería destacar el hecho de que lo que te van a dar de información no está lo que se dice bien señalado ni explicado, por lo que es normal que te surjan dudas a la hora de hacer las rutas respecto a de dónde salen y por dónde hay que ir, por eso os aconsejo que las analicéis bien antes de meteros en una ruta difícil, ya que están hechas más para la compañía de un guía (cuyos números también te proporcionan) que para echarse al camino uno solo.


Por supuesto hay muchas rutas agradables que hacer y algunas de ellas desembocan en Cuartos, nosotros por ejemplo hicimos una muy sencillita pero porque la recordábamos muy bonita: la del Puente del Portón y el Camino de los Lomos hasta llegar  a este paraje verde, una ruta sencilla donde las haya pero que hace unos años era más bonita que actualmente ya que antes se recorría mucho campo y monte y actualmente es sobretodo camino asfaltado para que los coches tengan acceso a las fincas. Bonita es solo la primera parte, hasta llegar al puente y un poco pasado este, convirtiéndose posteriormente en un camino todo asfaltado que pierde su encanto al carecer casi de árboles y la frescura del monte, se salva porque ofrece unas bonitas vistas del monte y también del pueblo.

Una vez que llegéis a Cuartos allí os podréis relajar en sus amplias pozas de agua fría y cristalina que son una auténtica maravilla. El gran puente de piedra del siglo XV crea una gran profundidad dentro de sus agua ideal para bucear e incluso, para los más valientes, saltar desde las rocas altas al agua.




En ocasiones se puede ver a algunos chavales saltando desde el propio puente, a pesar de que está prohibido por el riesgo que conlleva, pero aun con todo ellos saltan desde esa gran altura llegando  hasta el lecho del río.

Es un lugar para ir temprano si quieres estar tranquilo pues debido a que es uno de los lugares más turísticos en seguida se llena de gente debido a los campings cercanos y los restaurantes de la zona. Aun así, si queréis explorara más, río arriba, a la izquierda y derecha hay varias rutas para ir subiendo en busca de pozas más tranquilas y sin tanta gente. 


Es así como podemos encontrar esta preciosa poza que os pongo en la imagen  a la derecha, donde poder bañarse en compañía de grandes peces y de los más pequeños que, curiosos, se acercarán a mordisquearnos la piel si nos quedamos quietos. Esta poza, al igual que otras río arriba, son de esos lugares mágicos rodeados de naturaleza y verde que uno no se puede perder, relajantes y tranquilos ya que como son lugares pequeños aunque haya gente nunca sobre pasa un gran número de personas. 

Para subir de Cuartos (al igual para bajar) hay una carretera poco transitada que sirve para que, en vez de la hora y media de la otra ruta, en 40 minutos hayáis subido al pueblo desembocando en una bonita plaza  con una estatua de cabras montesas hechas en metal que se encuentra en frente del Hostal El Brezo y del Día.


Otra ruta que se puede hacer, cortita pero un poco dificil es la que sube a La Herrera, desde la Piscina Vadillo. Esta piscina es completamente gratuita, hecha sobre el propio lecho del río sin romper su continuidad pues el río baja el agua hasta ella y de ella sale para continuar con el río, lo único que detiene el agua entre la piscina y el río que la sigue son unas pesadas puertas de metal azul a modo de presa, que aguantan el agua y crean una pisicina deliciosa, profunda y con las piedras del propio río como suelo de la misma, por lo que hay que saber por dónde tirarse para no darse con ninguna. La piscina también tiene otra más pequeña también de agua natural conocida como la guitarrilla por tener forma de guitarra, con un tobogán y una pequeña fuente que suelta agua continuamente en la pequeña piscina, ideal para los más pequeños. 


El camino que lleva a esta  piscina tiende una duración de una media hora andando, saliendo del pueblo por la Calle el Castañar que se cruza con la del Venero donde hay otra de las fuentes más famosas de la zona. De esta forma y una vez allí, al igual que con cuartos, si andamos río arriba subiendo por riscos y piedras pues apenas hay camino, por la zona de la izquierda saliendo de la piscina, llegaremos pasada la media hora a este precioso rincón de la montaña, casi intacto ya que poca gente lo conoce. En él encontremos una poza preciosa, a la que el agua llega gracias a dos cascadas sucesivas que hacen del lugar un auténtico paraíso; el agua crea un sonido constante y relajante, la poza es suficientemente grande y tiene zonas donde no se hace pie... una delicia en toda regla. Hacía mucho que yo no iba pero la verdad es que estaba más bonita de lo que la recordaba, si es que eso era posible.


En este lugar podremos disfrutar de una preciosa fauna campestre que, debido a la poca gente que hay, se desarrolla con naturalidad y rodea al caminante como si hubiese crecido con la naturaleza de toda la vida. Lo más conocido de los ríos son las libélulas y los brillantes y coloridos caballitos del diablo, llenos de colores vibrantes en azules, rojos o verdes que revolotean la charca posándose en las plantas más cercanas. 


También podremos encontrar las famosas culebras de agua, las cuales también veremos en Cuartos, que nadan por el lecho profundo del río y a cada rato salen a la superficie (momento en el que las podremos ver), así fue como pudimos coger una, de tamaño pequeño, a la que sumergía cada poco tiempo para evitar que se secara demasiado, ya que eso las pone nerviosas. Lo cierto es que es bastante típico encontrarse culebras de agua aunque cada vez menos pues la gente las mata, ignorando que no son peligrosas para nada y que no atacan al ser humano o, simplemente, porque les dan asco. En sus tiempos llegué a coger culebras de más de un metro, fuertes y preciosas que luego volvíamos a devolver al agua, pero este año me he tenido que conformar con una pequeñita que, espero, crezca grande y bonita como las de antaño. 


Otra ruta de la que os quiero hablar es una que no es propiamente de Losar pero que si recomiendo hacer para todos los amantes del senderismo, es algo más larga que las demás que os he dicho (unos 10 Km de ida) pero bastante moderada en lo que a su dificultad se refiere ya que es por caminos, os hablo de La Ruta de Carlos V que parte de Jarandilla, concretamente de la zona del Parador, y que llega hasta Cuacos de Yuste, donde podréis contemplas y visitar el precioso Monasterio de Yuste (imagen de la izquerida) y sus jardines. Esta ruta se llamó así debido a que fue la ruta que el propio emperador siguió desde Jarandilla hasta el monasterio para pasar los dos últimos años que duraría su vida.


Para llegar a Jarandilla tendréis que coger un autobús que os llevará desde Losar hasta allí y a partir de ahí buscar el parador y las indicaciones de la ruta, no es nada difícil ya que está estupendamente señalizada aun así a continuación os marcaré un poco los puntos más significativos de la ruta. Aprovechando que el camino parte del Parador aprovechad para echarle un vistazo ya que es precioso, e incluso si os apetece gastaros un poco de dinero y os sobran días acercaos a comer allí porque en pocos lugares se come tan bien como en los paradores y el de Jarandilla es una auténtica maravilla, estuve en su momento comiendo y todos sus productos son de una excelentísima calidad, claro que tal excelencia así como el lugar histórico en el que estás hay que pagarlos. Aun así el parador merece la pena echarle un vistazo, es precioso y sus jardines también.

Esta ruta es muy bonita o por lo menos lo era cuando la hice porque pasa por muchos caminos y por varios lugares de los pueblos que es importante ver como la Iglesia de San Agustín de Jarandilla o sus zonas de baño similares a las de la garganta de Cuartos atravesando el Puente del Parral (imagen de la izquierda), también hay zonas muy verdes ya que el camino nos llevará por distintas zonas donde los robles crecen formando pequeños bosques. 



También pasaremos por numerosas fincas y entraremos en el pueblo de Aldeanueva de la Vera, donde cruzaremos el arroyo Cepeda y tendremos que cruzar sus puentes, desde los cuales veremos el río formando preciosos saltos de agua en mini cascadas. De Aldeanueva no se puede dejar de ver la Iglesia de San Pedro ni la Fuente de los Ocho caños, lugares por donde la ruta nos llevará.  

Continuando siempre de frente en dirección a Cuacos y cruzando el puente del Tejar llegaremos a la zona de Santa Ana y la localidad de Cuacos donde ya solo tendremos que dirigirnos a la Calle de los Hornos para encontrar una carretera con acera, fácil de ver que conduce hacia el Monasterio. Puede que aquí os parezca un poco lioso pero si pedís el mapa y toda la información en el ayuntamiento ya veréis que es muy fácil, además de que está muy bien señalizado, si eso lo único Aldeanueva donde sí que nos perdimos un poco para salir del pueblo a la ruta de nuevo, pero porque en vez de por una calle nos metimos por la paralela hacia abajo.

Fuente Patrimonio Nacional
Lo peor de la ruta es la subida hasta el monasterio porque es muy cuesta arriba pero la llegada merece la pena pues el monasterio es precioso y se empezó a construir en 1402 aunque se fue ampliando a lo largo de este siglo y del siguiente. De estos siglos, XV y XVI son la iglesia que hoy conserva y los dos claustros, uno gótico y otro de tiempos renacentistas. A mediados del XVI cuando Carlos V decidió acabar sus días en el monasterio la historia del mismo se alteraría, convirtiéndolo en una parte importante de nuestra historia que, en 2007, fue declarado patrimonio europeo.

Como veis en las imágenes es una auténtica belleza. 

Fuente Patrimonio Nacional





















Ya no me queda nada más que contaros, una vez que os he hablado de las zonas típicas del pueblo, de los alojamientos disponibles, de dónde comer y las rutas y lugares que visitar ya os he desgranado todo el encanto de este bello pueblo. Lo único que me queda, y por introducir algo más de gastronomía típica, es mencionaros el pimentón, de gran calidad y cultivado y hecho por la gente de allí donde podréis adquirirlo a muy buen precio. Un condimento especial para los platos que cocinemos y que nos recordarán esa bella tierra.

Solo me queda deciros que este es uno de esos lugares que nunca te cansas de visitar, con rincones preciosos como el de la imagen que os pongo a la derecha, llenos de vida, de flores, de agua y naturaleza. 


Todo en Losar es reflejo de la bella tierra que nuestros pies pisan y así lo reflejan ellos con sus verdes parques y sus bellas fuentes como la de Fuente vieja, que permiten al transeúnte dar un buen trago de agua limpia y fría para aliviar el calor del sol. Losar da paz al que lo visita y le ofrece mil sitios en los que descansar, reposar y olvidarse de la ciudad, es un sitio idóneo para niños y mayores que satisfará a quien quiera conocerlo y también a los que quieran volver para seguir disfrutando de esta bella tierra... porque yo, a pesar de haber estado varios veranos allí, siempre querré volver a Losar y a todo lo que ofrece, que es mucho.


Jueves 4 de Julio de 2013


LUMA, CIRQUE OF LIGHT, PORQUE "LAS MEJORES COSAS OCURREN EN LA OSCURIDAD"

Ayer, 3 de julio de 2013, a apenas cuatro días para que LUMA, Cirque of Light, el espectáculo de luces y de color que se está celebrando en el Teatro Caser Calderón, cierre sus cortinas y se marche a otra parte, fui a verlo con mi pareja y quiero contaros qué tal me fue.
Lo primero que debería decir es que yo no iba nada convencida al espectáculo y fui más porque mi chico quería verlo y como en Groupalia (ya sabéis que soy aficionada a sacar descuentos de ahí) salió una oferta para que la entrada saliese a 16 en vez de a 30 euros por persona pues quiso ir y me invitó. Fui yo quién le enseño la oferta porque sí que me llamó la atención, pero tras ver el trailler o promo que hicieron para presentarlo comprendí que no era nada del otro mundo y no me apetecía mucho pero él se empeñó y como hay que verlo y probarlo todo pues allá que fuimos. Lo cierto es que la gente ha salido muy decepcionada y si leéis los comentarios se os quitarán las ganas de ir, pero yo tampoco sé que se esperaban estas personas porque, como decía, si se ve el trailler se puede apreciar que, aun siendo bonito, no vas a salir alucinada ni fascinada. Yo fui con expectativas normales y la verdad es que se me hizo corto, en general me resultó entretenido, bastante logrado y con calidad para un espectáculo sencillo que solo llevaban a cabo siete bailarines.
Su lema o eslogan era muy bueno: “Las mejores cosas de la vida ocurren en la oscuridad.” Se presentaban como aquel recuerdo de la infancia en el que todos hemos jugado bajo las sábanas con una linterna, agitado una bengala o contemplado con felicidad las velas de nuestras tartas de cumpleaños. Fomentan la fascinación por el uso de la luz tanto en adultos como en niños y hacen un espectáculo para ambos, no diría que más para niños pero sí que para que ellos salgan emocionados; por ello también se venden a la salida algunos objetos luminiscentes para que los niños tengan un recuerdo de la misma.


El espectáculo se basa en la combinación de diferentes disciplinas físicas desde ejercicios de acrobacias y baile de salón como el tango hasta ejercicios de gimnasia rítmica… todo ello usando solo la luz a través de la alta tecnología. Los bailarines, de negro para que no se les viese, usaban objetos llenos de luz que servían como un pincel sobre la oscuridad para hacer dibujos, siluetas y crear movimiento en el aire dando un toque mágico al escenario con estas manifestaciones artísticas nacidas de las sombras, y siempre, todo ello, acompañado de música acorde a los movimientos y temas representados sobre el mismo.
Los artistas invisibles produjeron un remolino de luz lleno de colores vivos y mezclando contrastes como colores cálidos (rojos) y colores fríos (azul), abocaban a la naturaleza y una de las mejores partes fue cuando, con una música que traía a la mente la vida submarina del mar, los bailarines representaron animales como tiburones, conchas o medusas brillantes flotando en un mar oscuros, así como formas acuáticas muy relajantes como burbujas. Aunque para mí la mejor parte fue en la que una bailarina marcando solo su silueta con luces azules hizo un ejercicio de gimnasia rítmica con una cinta también en azul y con la canción de Crystallize, de Lindsey Stirling, de fondo.
Un gran punto a favor del espectáculo fue que usaban cosas de nuestra vida cotidiana como abanicos o paraguas que se abrían y cerraban rítmicamente al compás de la música, con los que introducían la luz en nuestras vidas. 
Lo mejor de la luz ante la oscuridad es que, con el movimiento, creaban remolinos, círculos y líneas de colores con los que acompañaban sus movimientos llenándolo todo de luz en constante movimiento que fundía unos colores con otros… y, como digo, todo ello acompañado de la música que le daba el toque justo que necesitaba de la mano de compositores como Rossini y Aaron Copland
Respecto a los protagonistas de dicho espectáculo, los bailarines, decir que tuvieron gran coordinación de movimientos, sabiéndose adaptarse a los ritmos y a los materiales que usaban; tuvieron números flojos, muy suaves con los que era hasta difícil emocionarse, sosos, pero no fueron los más y como números fuertes destacar aquellos con más ritmo musical donde el uso de las figuras geométricas convertibles creaban una bonita composición visual. Un espectáculo que en general transmitía emotividad y siendo divertido en ciertas ocasiones y que, sin ser nada del otro mundo, se dejaba ver y entretenía a los espectadores ganándose sus aplausos.
El autor, Michael Marlin, tuvo la idea para este tipo de espectáculo al ser testigo del impacto de la inmensidad de la Vía Láctea durante una excursión al desierto de Arizona. Allí se dio cuenta de que la humanidad, con la búsqueda de luz, se había alejado de ella y decidió crear este tipo de espectáculos que se estrenaron de su mano con Starlight y, ahora LUMA. 


Un show del que se dice que está en constante evolución y en el que Marlin lleva trabajando desde 1988. LUMA se ha convertido en una gira internacional que ha pasado por Japón, India, Venezuela, Escocia, Italia y Holanda y que ahora, en cuatro días incluyendo hoy, se despide de Madrid para seguir asombrando al público del mundo con su enfoque innovador y creativo.  

Sinceramente yo no volvería a pagar por verlo, me ha gustado, lo he disfrutado hasta cierto punto, creo que es algo que hay que ver alguna vez en la vida pero desde luego asombrada no me quedé. Bonito, hasta cierto punto emocionante exceptuando alguna que otra interpretación de relleno, y agradable, este espectáculo de 90 minutos (en mi caso de 75) creo que ha pasado por Madrid con más pena que gloria, aunque yo creo que como todo ha de verse y disfrutarse dentro de lo que se te ofrece. Para ir sin altas expectativas y pasar un rato agradable acompañado de luces y buena música. 


Jueves 23 de mayo de 2013


ESTAMBUL: UNA CIUDAD CON OLOR Y SABOR A ESPECIAS


Hoy quiero hablaros de la escapada familiar que he hecho a Estambul, en Turquía. Una ciudad fantástica que tiene mil lugares por descubrir  y por visitar todos bajo un encanto casi mágico que hace de la visita a la ciudad una gran y bonita experiencia para aquel que quiera ir a pasar unos días.


Lo primero contaros que estuve 6 días, cinco noches, aunque realmente se pueden reducir a cuatro días completos porque el primero llegamos por la noche y el día de la vuelta nos fuimos antes de comer por lo que tuvimos cuatro días para movernos por la ciudad y os voy diciendo desde ya que no da tiempo a verlo todo. Sí que es cierto que prácticamente lo más importante si que lo vimos aunque nos dejamos algunos lugares como el interior del Palacio de TopKapi o el de la Torre Gálata de los cuales más adelante os iré dando detalles; pero al margen de los lugares más turísticos Estambul es un lugar para perderse e investigar en profundidad cada uno de sus rincones porque hay mucho más que ver además de lo principal. Nosotros tuvimos suerte porque fuimos guiados por mis tíos que viven allí y, por lo tanto, conocían muy bien la ciudad y nos enseñaron e indicaron lugares tanto para visitar como para comer en los que no hubiésemos reparado sin ellos.

Pero para hacerlo bien vayamos por partes, el primer día decidimos ir a visitar las dos grandes mezquitas que están una junto a la otra, la Mezquita de Santa Sofía, actualmente convertida en museo y la Mezquita Azul, lugar de culto y por lo tanto con un horario más restringido para poder entrar debido a que hay que respetar las horas de oración.

Para poder entrar a la Santa Sofía lo cierto es que nos hicimos un poco un lío porque había tres colas y no sabíamos muy bien dónde colocarnos: una de grupos, otra para comprar la entrada y otra para entrar una vez que tenían la entrada en la mano.  La entrada no está demasiado mal de precio, 25 liras turcas que, a euros, son unos 10-11 euros ya que, para los que no lo sepáis, un euro son 2,30 liras. Santa Sofía, o como la llaman los turcos Ayasofya, es uno de los símbolos principales de Estambul, y tiene una larga historia: fue construida por Justiniano durante su mandato entre los años 532 y 537, es una antigua basílica patriarcal ortodoxa que posteriormente (en 1453) fue reconvertida en mezquita por el Imperio Otomano. En 1935 fue convertida en el museo que es hoy actualmente y en  el que aún se pueden contemplar los restos arquitectónicos y decorativos de ambas culturas impresos en sus paredes.

El exterior de la mezquita, como habréis visto en la imagen, es muy grande y bonita, con ese toque majestuoso de lo que aun denotando su antigüedad sigue siendo hermoso. Ella es la que define la panorámica de la ciudad y sus cuatro minaretes (por desgracia uno nos pilló en obras) y su cúpula de más de treinta metros de diámetro son la imagen más características de la metrópolis turca.

En el interior lo primero que destaca al entrar es un precioso mosaico bizantino (imagen de arriba a la derecha) que da paso a una impresionante sala principal en la planta baja de con unas dimensiones de 70 por 74 metros, con una iluminación difusa a pesar de las grandes y numerosas lámpara que cuelgan en la estancia, y con unos medallones muy grandes en las paredes decorativos, que sin duda llaman la atención. También son impresionantes su columnas monolíticas que sostienen y dan lugar a la gran sala.

En la segunda planta de la basílica se pueden encontrar diversos mosaicos de gran interés histórico como son el de el Cristo pantocrátor rodeado de por la virgen María a su derecha y por San Juan Bautista a su izquierda, un obra de arte de gran belleza conservada a lo largo de los años y que sigue ahí para nuestro disfrute (imagen de la izquierda)
Pero algo que no os debéis perder bajo ningún concepto es la vista de la famosa Mezquita Azul desde una de las ventanas de la segunda planta, reconocible por la cola de turistas haciendo fotos desde ella y porque tiene un altillo de madera para facilitar la vista.


Lo siguiente que fuimos a ver fue la Mezquita Azul pero ya era hora de culto y hasta después de la hora de comer no volvían a abrir la estancia para los turistas, por lo que fuimos a comer para ir más tarde. Algo muy especial de Estambul es que a la hora del canto empiezan a llamar desde los minaretes cantando a los musulmanes para que vayan a rezar, es muy sobrecogedor oír los cantos y ver a todas la gente dirigiéndose a las mezquitas.

Respecto a la comida decir que en la zona de las mezquitas es muy fácil encontrar buenos sitios para comer ya que está lleno de locales con comida turca casera a buen precio y muy rica.
Hay que destacar que cuando en Turquía pides un kebab no es lo mismo que pedirlo aquí en Madrid, allí el concepto de kebab es diferente y te ponen la carne en taquitos especiados con ensalada pero sin pan ni salsa, depende de la variedad de kebab que pidas la carne está cortada de una u otra manera. Lo cierto es que Turquía es un sitio para ir con el paladar abierto, por decirlo de alguna forma, ya que hay que probarlo todo, yo por lo menos lo hice y por eso recomiendo que toméis Ayran con las comidas, una bebida muy refrescante que elimina el picor y que está muy buena al estar compuesta por yogurt, agua y sal, puede sonar raro pero está muy bueno y hace que la comida, que en general siempre tiene algo de picante, se asiente sin problemas al estómago. También por ello es muy típico que la comida venga acompañada con yogurt en el propio plato.

Al salir de comer fuimos camino de la Mezquita Azul pero descubrimos que Las cisternas de Yerebatán
(imagen de la derecha), la más grande de las 60 cisternas construidas bajo la ciudad de Estambul durante la época bizantina, estaba prácticamente sin gente para entrar por lo que pasamos primero a verlas. Para que os hagáis una idea las cisternas son depósitos de agua que se construyeron para que la ciudad tuviera reservas en el caso de ser atacada, por ello también se las conoce como “palacio sumergido”. 

Esta basílica en concreto fue construida en tiempos de Justiniano para abastecer al palacio Bizantino y se llena de los acueductos de Valente y de Adriano. Estos acueductos recibían el agua de los Bosques de Belgrado, a unos 20 kilómetros de Constantinopla.

De ambiente frío y húmedo, lleno de enormes peces, no es difícil mojarse allí adentro. Parecería lúgubre si no fuese por los enormes focos naranjas que iluminan las columnas y que dan la sensación de estar en un mundo acuático mágico, donde sin lugar a dudas debió de habitar alguna criatura mítica. Dicha sensación proviene de sus amplias dimensiones (140 por 70 metros) que podría llegar a almacenar hasta 100.000 m3 de agua.


Además también están las columnas, 336 columnas de 9 metros de altura que da a los visitantes una imagen impresionante del lugar. Todo el recorrido se hace a través de unas pasarelas de madera situadas por encima del agua, colocadas a finales del siglo XX pues anteriormente el paseo se hacía en barca.

Dentro de las cisternas encontramos también a esa criatura mítica: yace en el agua dos cabezas de Medusa, el ser mitológico que convertía en piedra a quien mirara, que sirven como base a dos de las grandes columnas.

Tras nuestro paseo por las cisternas nos dirigimos a la Mezquita Azul que ya había abierto sus puertas a los turistas, los cuales se amontonaban en una gran cola que daba la vuelta al patio interior de la mezquita y que nos tuvo esperando unos cincuenta minutos hasta que pudimos entrar. 

La mezquita es preciosa, tanto por fuera como por dentro y es la más importante de Estambul construida por el Sultan Ahmed I entre 1609 y 1616, siendo inaugurada un año después por el mandato de Mustafá I. Por fuera puede parecer similar a la de Santa Sofía pero realmente es más o menos la mitad que esta y su cúpula central tiene 23 metros de diámetro y 43 de altura. En vez de con cuatro esta mezquita cuenta con seis minaretes, lo que en su momento generó mucha polémica debido a que la de la Meca, la ciudad y mezquita más importante de todas las ciudades santas del Islam que es visitada cada año por millones de peregrinos musulmanes que consideran dicho peregrinaje parte de uno de los aspectos fundamentales de su fe,  también tenía seis minaretes, siendo esta la única hasta el momento de la construcción de la Mezquita Azul. Para eliminar esta situación y apaciguar a los fieles la Meca se construyo un séptimo minarete para marcar la diferencia.

En su interior la Mezquita Azul tiene más de 20.000 azulejos de color azul que adornan la cúpula y la parte
superior de la mezquita, de ahí su nombre, y todos ellos vinieron de la ciudad de Nicea. Es desde luego muy bella, con una iluminación proveniente de la luz natural que entra a través de más de 200 vidrieras donde también destaca el azul y que hacen de esta mezquita un espectáculo muy bello, digno de contemplar y que hace que la espera merezca la pena.
Como toda mezquita, al ser sitio de culto, tiene unas reglas estrictas sobre cómo entrar vestido, en especial para las mujeres que no pueden entrar ni con falda por encima del gemelo (a mi me miraron por llevar pantalones piratas ya que mostraba los tobillos pero no me dijeron nada), brazos cubiertos hasta la muñeca y pelo tapado por un pañuelo. Si no vas vestida así ellos te proporcionan al entrar unos pañuelos para taparte la cabeza, los brazos o lo que necesites, pero yo aconsejo ir directamente tapada (llevar en la mochila una sudadera y un pañuelo no cuesta nada) para así no tener problemas ni ponerte un pañuelo que a saber de dónde habrá salido o cuántas más se lo habrán puesto. 

Por supuesto también está prohibido besarse dentro y hay que ir descalzo, para lo cual te dan una bolsa en la que meter tus zapatos y llevarlos en la mano. Esto último hace que la mezquita siempre huela a pies, suena mal pero es así, hay mucha gente, descalza y que viene de estar todo el día andando, por lo que el olor es bastante fuerte, aunque soportable lo suficiente para que te dé tiempo a disfrutar de su interior. Respecto a los hombres sí que pueden entrar en manga corta, aunque no en tirantes, pantalón valía cualquiera siempre que no fuese corto por encima de la rodilla y por supuesto no tenían que taparse la cabeza. La verdad es que a mí no me parece mal porque lo asumo como algo cultural que hay que aceptar y si no te gusta o no estás de acuerdo no entres y ya está, pero sí que es cierto que al hacerme fotos dentro con mi pareja y verlas después me chocó verme a mí tan tapada y a él en manga corta y sin pañuelo a la cabeza... supongo que es parte de ese mundo, pero aun así tengo la suerte de vivir en un país donde no tengo que ser menos que mi pareja y donde puedo vestir con libertad porque, sin entrar en polémicas, aunque no me parezca mal creo que todo tiene un límite.
Aun con esta pequeña salida del tema creo que la Mezquita Azul es preciosa y que desde luego merece la pena visitar.

Una vez que salimos de la mezquita nos pusimos en camino hacia el Mercado de las Especias por la ciudad de Estambul, no está lejos la verdad, a una media hora andando desde la Santa Sofía. Este bazar es uno de los lugares claves que uno no se debe de perder ya que es uno de los mercados más antiguos de la ciudad y uno de los mejores lugares para encontrar productos típicos como especias, dulces o frutos secos. Se encuentra en Eminönü, a escasos pasos del Puente de Gálata

Este mercado, al que también se le conoce como Bazar Egipcio debido a que antes Estambul marcaba el final de la ruta de la seda y eso lo convirtió en el centro de distribución de toda Europa que durante el siglo XV las especies llegaban de la India y el sudeste asiático hasta Egipto y desde allí a Estambul por el Mar Mediterráneo, es muy bonito y está construido en forma de L, con seis puertas de entrada desde diferentes puntos y calles; en él los tenderos decoran sus puestos de forma que visitar este antiguo lugar es un placer para los sentidos, las especias llenan el aire cargándolo de aromas y todo tiene tanto color que para el viajero es imposible no detenerse en cada rincón para ver qué es lo que se le ofrece.


Aunque no es uno de los mercados más grandes de Estambul (como el Gran Bazar del que os hablaré más adelante), este lugar es el ideal para comprar dulces, frutos secos, quesos, obviamente especias y otros productos típicos, pero también distintos tipos de pájaros, peces, flores y plantas porque coincide en su exterior con un mercado dedicado a este tipo de venta, así como a comida para animales. Todo ello al otro lado de la Nueva Mezquita (que a pesar de su nombre tiene casi 400 años de antigüedad), muy hermosa también con horarios de visita para el público fuera de las horas de culto.

Tras ese primer magnifico día nos dirigimos hacia la casa de mis tíos para recogerlos e ir a cenar, estuvimos casi una hora metidos en carretera porque la verdad es que Estambul es precioso pero en contra tiene un tráfico malísimo en el que se denota claramente que las reglas de circulación no existen: da igual que el semáforo esté en rojo o que haya un paso de cebra, el coche no parará a no ser que no tenga más remedio, los autobuses van con las puertas de delante abiertas para que la gente se suba prácticamente en marcha ya que frena en una de cada cinco ocasiones. Lo mejor aun así es moverse en transporte público donde cada parada tiene un nombre y te va marcando el recorrido en unas pantallas del autobús, para pagar se hace todo por unas tarjetas recargables en los quioscos, lo normal es recargar unas 25 liras turcas (unos 11 euros) para una persona para unos dos días porque nosotros era lo que recargábamos para cada dos personas y nos duraba un día completo (al final del día sobraban unas 3 o 4 liras) por lo que sale bastante bien de precio, aunque el tráfico como he dicho es muy estresante porque es malo y se tarda mucho en llegar, además del hecho de que el viaje suele ser malo y acompañados de movimientos bruscos. También están los taxis que hay muchos pero no los recomiendo por el tráfico ya que si te pilla un atasco, por mucho rodeo que den se te puede salir de precio.

La cena la hicimos en asador de carne llamado Günaydin Kasap/SteakHause al que nos llevo mi tío en el que comimos una carne de gran calidad que nos encantó a todos. Este restaurante esta cerca del barrio de Hisarüstü, el barrio donde reside el campus universitario de Estambul, en una zona llena de restaurantes y con bastante vida por la noche, una zona bastante pudiente si se consideran el tipo de coches que veíamos pasar por las carreteras o aparcados en plena calle sin más vigilancia que los árboles o cubos de basura de las calles: desde muchos porches hasta varios mustangs, algún que otro ferrari  y hasta un lamborghini. 

Es un barrio bueno, con buenos sitios y buenos coches y por lo tanto el restaurante era muy bueno. Nos sirvieron varios entrantes entre los que estuvieron varias ensaladas, diferentes tipos de quesos, filetitos muy tiernos de ternera y como plato fuerte costillas de cordero lechal especiadas que nos las partieron y sazonaron delante de nosotros, con una destreza muy impresionante. En mi caso  no tomé costillas, sino un solomillo de ternera poco hecho ya que el cordero, aunque sea lechal, no me gusta demasiado, me cansa comerlo. 

Los entrantes fueron estupendos y el solomillo estaba delicioso y estupendamente hecho, al igual que las costillas que aunque no las compartí sí que probé un trocito; todo ello regado con un buen vino: un Egeo Cabernet Sauvignon-Merlot del 2010, muy bueno que incluso para mi, que no me gusta el vino, me vino de lujo para acompañar a la carne. 
Los postres también fueron estupendos: variedad de frutas cortadas como uvas sin pepitas, manzana, fresa y plátano y plato dulce compuesto por helado de vainilla sobre una base parecida al Baklavas: hojaldre, miel y pistacho. Os diré que allí el pistacho está en muchísimos alimentos y es muy fresco por lo que está delicioso a pesar del aspecto inicial que pueda ofrecer, aunque desde luego Turquía no es un país para ir a comer delicadamente, hay que ir con la mente abierta y mínimo con la intención de probarlo todo porque si no, el que vaya sin dicha intención, se perderá grandes experiencias y sabores. 

El segundo día también fue muy completito y la verdad es que estábamos bastante cansados porque el día anterior estuvimos muchas horas de pie andando sin parar pero eso no nos impidió poder seguir con nuestra visita. Aquel segundo día por la mañana nos fuimos hasta el puerto de Kábataş donde cogimos un ferry que nos llevó desde la parte Europea de Estambul hasta la asiática a través del Bósforo, en apenas 25 minutos habías cambiado de continente. El ferry lo pagamos igual que se pagaban los autobuses, el metro o el funicular, con la tarjeta de transporte de la que os hablaba antes, solo que era un poco más caro que los otros medios de transporte aunque no sé deciros cuanto, quizás un par de libras o tres más caras por viaje, ya que yo pasaba la tarjeta y se la daba a mi pareja para que picase y pasara. 


Desde el barco la vista era muy bonita y se veía toda la zona europea de Estambul estampada por el blanco de las gaviotas o el negro de los cormoranes, lo cogimos justo a tiempo pues estos barcos tienen un horario establecido y fuimos hasta Kadiköy, el distrito cosmopolita y comercial de la parte asiática de la ciudad de Estambul que contiene un gran número de habitantes pudiéndose considerar uno de los distritos más poblados de la ciudad. 

Este distrito está dividido en barrios y en la actualidad su centro es el lugar adecuado para que florezcan negocios, restaurantes y mercados, es una gran zona comercial y punto obligatorio de paso para los habitantes de Estambul cuya vida y color de cada uno de sus tiendas, mercados y rincones harán al transeúnte detenerse y, con toda seguridad, acabar comprando algo de comer. 
Los puestos de verduras y frutas, los de especias y los de carne están expuestos con todo cuidado y también el pescado por el cual nos decantamos a la hora de comer ya que allí el pescado fresco que tu elijes de la exposición es el que te hacen en el momento. En nuestro caso escogimos un mero y un rodaballo, los cuales nos los rebozaron y sirvieron en sus bandejas, estuvieron realmente deliciosos y nos los acompañaron con algunos entrantes que pedimos como ensaladas, bacalao marinado con una serie de especias y con base de mostaza y también nos pusieron un plato de algas que parecían espárragos, gorditas pero finas, partidas en pequeños trozos y que estaban muy tiernas. La verdad es que estuvo todo delicioso, de postre pedimos el típico café turco, del que quedan al final los posos y te pueden leer el futuro con ellos.

De regreso a la parte Europea de Estambul fuimos hacia la Plaza de Taksim que es considerado el corazón de la moderna Estambul al estilo europeo, es un importante distrito comercial, turístico y de ocio conocido por sus restaurantes, tiendas y hoteles. Debido a su gran relevancia suele ser el lugar de celebración de eventos públicos y celebraciones sociales, aunque también es punto de partida de numerosas manifestaciones políticas. En la plaza se conserva el Monumento al Aguador y el de la República y de ella parte una de las principales arterias comerciales de la ciudad: Istiklal Caddesi o Avenida de la Independencia, una enorme calle peatonal similar a lo que en Madrid podría ser la calle Preciados que se puede recorrer a pie aunque siempre está llena de gente, lo cual puede hacer el trayecto algo incómodo, aunque también se puede recorrer usando el nostálgico tranvía que va hasta la estación del Funicular de Tünel, el transporte suburbano más antiguo del mundo por detrás del metro de Londres.

Siguiendo por esta arteria comercial llegamos hasta al Torre Gálata, una de las torres más antiguas del mundo que se alza sobre la ciudad con 61 metros de altura y que ofrece una de las mejores vistas de Estambul. Por desgracia se nos hacía tarde y no pudimos subir (para lo cual hay que pagar) pero os diré que esta torre fue construida en el año 528 para servir como faro y que lo que más sorprende es la anchura de sus paredes ya que la piedra posee en su base 3,7 metros de ancho disminuyendo hasta quedarse al final del todo en 20 escasos centímetros de anchura. Dicen que desde arriba se pueden hacer unas bonitas panorámicas de la ciudad, lástima que no pudiese subir, pero bueno, aquí os dejo una foto de esta preciosa torre. 

Aquella noche para cenar fuimos a Yüzevler, un restaurante de Kebab especializado en el Adana Kebab, también por el barrio de Hisarüstü que estuvo delicioso. Técnicamente habíamos reservado en el jardín pero lo malo es que las zonas exteriores de todos los restaurantes la gente los usa para fumar por lo que cenamos dentro finalmente. Según nos sentamos y antes de que pudiésemos empezar a pedir nos trajeron muchísimos entrantes que se incluían por el hecho de estar allí: pan de pita, ensalada de berenjena, cig Köfte (que es como una especie de albóndiga de carne cruda mezclada con especias picantes), ensalada de cebolla y perejil, queso de cabra, etc. todo ello delicioso aunque había muchos platos que picaban, así que yo me pedí un vaso de ayran, la bebida turca hecha con base de yogurth que os comenté al principio, para poder pasar el picante. 

Luego llegó el momento de pedir la comida y la mayoría pedimos Adana Kebab que es carne picada especiada como amasada a lo largo que se sirve con un pan muy finito enrollado (en plan durum) o sin envolver, según quisieras.
Como ya he dicho no tiene nada que ver con el kebab que comemos aquí en España ya que el sabor, la forma de condimentar la carne y el propio pan hacen de esta comida algo delicioso. Lo cierto es que en Estambul no hay casi lugares de Adana Kebab porque, como bien indica su nombre, es más propio de Adana, sin embargo este sitio es uno de los pocos que lo sirven y hay que decir que estupendamente.

Además del Adana Kebab que ya lo había comido en mi último viaje a Estambul hace ya bastantes años tuve la oportunidad de comer lo que allí denominan "basura" en turco, que son los restos de carne que sobran de otras unidas y juntadas con grasa, muy sabroso y tierno y con una presentación muy original ya que se sirve clavada en grandes pinchos en plan pincho moruno acompañadas de pan de pita de forma para que tu, con el pan, rodees la carne y lo saques del pincho y te lo comas; está realmente delicioso y tiene mucho sabor. La verdad es que el sitio nos gustó mucho y no repetimos porque aunque parezca que no, este tipo de comida es bastante pesada y con el picante más, pero desde luego era para comer hasta hartarse. 


El tercer día era domingo y fue bastante más relajado cosa que, tras la paliza de los dos días anteriores, se agradecía. Al ser domingo mis tíos nos llevaron a hacer una costumbre típica de estos días de la semana: desayunar al lado del Bósforo, para lo cual hay muchísimos restaurantes que dan al paseo marítimo en los que, básicamente, todo el mundo suele pedir lo mismo: Huevos revueltos con tomate y pimiento (también con queso si así lo deseas), aceitunas, mucho pan, un plato con diferentes variedades de queso y un plato con pepino y tomate cortado, todo ello acompañado de té o café y de un buen baso de zumo de naranja natural. Realmente el desayuno típico (el básico) puede reducirse a pepino, tomate y aceitunas, pero por ser domingo los platos hechos con huevo también son muy típicos, así como la miel, en nuestro caso también pedimos nata natural y recién hecha con miel que untada en pan estaba deliciosa y eso lo dice una servidora a la que la miel no le gusta y le sigue sin gustar pero allí no sé, quizás es que es todo tan natural y tan fresco que simplemente está bueno. Como ya he dicho Turquía es un país para ir con la mente abierta y con ganas de probarlo todo porque si no se dejarán muchas cosas por el camino que, sin duda, habrían merecido la pena.

Tras aquel magnifico desayuno avanzamos por el paseo marítimo a pie ya que había mucho tráfico para coger el autobús y preferimos dejarlo atrás a pie, por lo que fuimos paseando y haciendo alguna que otra foto a los numerosos pescadores que estaban allí pescando, muchos de ellos de cuatro en cuatro, lo que parecían ser jureles. La mayoría eran hombres aunque también vimos algunos niños y, lo más sorprendente, alguna mujer musulmana también.


Una vez pasado aquel tramo cogimos el autobús y durante casi hora y media estuvimos sumergidos en el tremendo tráfico que no cesa en ningún momento del día para volver a llegar a la estación de ferrys donde cogimos un barco que nos llevaría a las famosas Islas Príncipe que están a una hora y media en barco de la parte europea de Estambul y situadas en  el Mar del Mármara el cual arropa, junto con el Mar Negro, el estrecho del Bósforo. Fuimos a la última y más grande de todas: Büyükada, en la que, debido a que está prohibido el uso de vehículos de motor, se puede montar en bicicleta o hacer rutas en coche de caballos, aunque estas últimas son bastante caras (70 liras un carro de cuatro personas) y los animalitos están bastante mal cuidados porque les tienen todo el día para arriba y para abajo y más al galope que al trote, por lo que más que un paseo es una carrera en coche de caballos. 

Ese fue el motivo por el que nosotros no montamos, aunque sí que estuvimos viéndolos todo el rato subir y bajar por las calles que, junto con las enormes casas de madera blanca, daban una sensación muy bonita de lugar de vacaciones clásico con esas casa tan de verano. Lo cierto es que estas islas son ideales en verano para ir a bañarse pues sus aguas son de un profundo azul turquesa, tranquilas y calmadas y hay muchas zonas habilitadas para los turistas, aunque también es agradable ir fuera de la época de veraneo y recorrer sus calles y sus puestos que venden diademas y tiaras de flores para la cabeza, algo muy típico allí que se ha puesto de moda, junto con decoración artesanal para los hogares.


Tanto la ida como la vuelta en barco son estupendas porque da tiempo a contemplar el resto de las hermosas islas y el bonito contraste del verde de la montaña contra el azul profundo del mar y además puedes dar de comer a las gaviotas simit, unas roscas de pan con sésamo muy barato que en Estambul se come mucho y a todas horas prácticamente, pero que se puede comprar en el barco para dárselo de comer a las gaviotas hasta el punto de que los más atrevidos extienden el brazo con el pan y las más lanzadas vienen volando y se comen el pan de entre los dedos del viajero, aunque lo más normal es que este se lo tire al aire para que esta lo coja. 


Después de aquella tarde en la Isla volvimos a casa por lo que fue un día bastante descansado quitando que nos acostábamos tarde y nos levantábamos pronto, y ya cenamos allí tranquilamente. Al día siguiente, ya lunes y último día completo que pasaríamos en Estambul teníamos previsto ir al Gran Bazar, uno de los mercados más grandes y antiguos del mundo donde se puede comprar artesanía, joyas y ropa. El área de este enorme bazar es de 45 mil metros cuadrados y en él trabajan unas 20 mil personas debido al gran número de visitantes diarios que tiene, el cual puede rondar entre los 300 mil y los 500 mil dependiendo de la época.

Hay un total de 22 puertas repartidas para poder acceder al lugar y en total contiene 3.600 tiendas. Sus orígenes se remontan a la época de Mehmed II cuando, en 1455, construyó cerca de su palacio el antiguo bazar (que aun sigue en pie y funcionando) y alrededor del mismo se fueron instalando talleres de artesanos que formaron calles gremiales que, con el tiempo fueron cubiertas y amuralladas.
Es un lugar imprescindible para visitar, prácticamente obligatorio si se va a Estambul y, desde luego, para echar toda la mañana e incluso todo el día. Es para pasearlo perdiéndote entre sus miles de puesto hasta que te canses, pero no te pares mucho en ellos pues los vendedores son muy hábiles y no pierden oportunidad para intentar vender sus productos, eso sí, bastantes más caros que en cualquier otro lugar de la ciudad por lo que, si no te convence o igualmente aunque no te merezca un mal precio, te recomiendo que regatees pues ellos siempre están dispuestos a hacerlo.
Nosotros estuvimos solo por la mañana, suficiente para ver las preciosas tiendas de pañuelos,  lámparas y perdernos en la zona de la plata donde comprar sale bastante bien ya que se venden al peso por lo que el trabajo manual no se cobra, aunque sin duda eso no hará que sea especialmente barato.

Tras salir de allí comimos en un restaurante de comida casera y yo me pedí un hojaldre relleno de carne de pollo acompañado de arroz y de berenjena, también muy típica y común entre los alimentos allí, delicioso todo. Hay que tener cuidado donde te sientas a comer porque en muchos sitios la comida no está hecha sino comprada y son todo grasas que, puede estar rico, pero puede que luego te sientas pesada durante todo el día. Una vez que terminamos de comer fuimos a terminar la tarde paseando por un mercado chiquitito que está justo detrás de la mezquita azul, rodeándola por detrás y pasando el monumento del Obelisco deTeodosio, el monumento más antiguo de Estambul y que se conserva en perfectas condiciones a pesar del paso del tiempo. Este monumento es de Egipto, lugar en el que fue tallado en el año 1479 a.C. Fue en el año 390 d. C. cuando el emperador Teodosio lo llevó hasta Constantinopla para lo cual tuvo que cortarlo para poder transportarlo (dicho transporte se puede ver ilustrado en la base de este obelisco). Es realmente impresionante y aun se pueden ver los hermosos gravados que se conservan frescos como si los hubiesen hecho ayer.

Para llegar al pequeño mercado que nos había recomendado mi tía encontramos pequeñas calles que eran realmente bonitas, llenas de colores y con casas construidas en madera como la que os muestro en la imagen. La verdad es que Estambul tiene rincones que son sorprendentes, encontrándote auténticas maravillas donde no lo esperas.

En el bazar encontramos más de lo mismo pero la verdad es que mucho más tranquilo que el Gran Bazar, había joyería, comida, tiendas de pañuelos, de música... era muy agradable y bonito, al aire libre y sin estar cubierto por arriba lo que le daba un toque cálido. 

Muy cerca de allí encontramos un pequeño restaurante en el que nos sentamos a tomar algo y pedimos baklavas para compartir, el pastel elaborado con nueces trituradas que se distribuyen en la masa filo que es una masa muy fina, casi traslúcida y todo ello bañado en almíbar de miel por lo que es dulce, pero de una forma extraña porque también contiene como queso en hilo que están tostados y, en nuestro caso, nos lo sirvieron con pistacho que, como ya os he comentado, es de lo más utilizado por allí. Estaba muy bueno, pero es bastante denso por lo que con un poquito tendréis suficiente para disfrutarlo, eso sí, os recomiendo que lo probéis si vais.

Y con aquel descanso en aquel local, sentados en una terraza cuyos asientos eran sofases tomando un producto típico y tan especial como es el baklava y bebiendo te turco, nos empezamos a despedir de Estambul. Nuestra última parada fue TopKapi o más bien sus jardines pues cuando llegamos el palacio ya estaba cerrado como era de esperar, pero es que siempre hay que dejarse algo sin ver para poder volver.
Aun así se considera una de las visitas obligadas de Estambul, es un lugar con mucha importancia y al que hay que dedicar tiempo ya que es el mejor reflejo de la época imperial en Estambul y simboliza el poder que alcanzó Constantinopla como sede del Imperio Otomano ya que desde el Palacio de TopKapi los sultanes gobernaron su imperio hasta mediados del siglo XIX.
Se inauguró en 1465 y durante las décadas siguientes fue ampliado por los diferentes gobernantes llegando hasta los 700 mil metros cuadrados que tiene en total en los que hay cuatro patios y múltiples edificios en su interior. Dentro del mismo actualmente se puede ver el Museo Arqueológico y otros edificios de interés como el Harén  o el Tesoro que se encuentran dentro de sus enormes murallas. Por todo ello se recomienda ir pronto y visitarlo sin prisa pero sin pausa, ya que se llena de gente rápidamente.

Aunque no lo vi por dentro desde fuera impone bastante por su tamaño, espero poder visitarlo la siguiente vez que vaya. Lo que sí puedo contaros es que sus jardines son muy bonitos y extensos, tiene a la entrada una fuente en forma de estanque japonés con sus característicos puentes de madera que hacen del lugar un bonito sitio para descansar y pasear.




Y aunque no queríamos marcharnos allí terminamos nuestro viaje, rodeados de césped, flores, fuentes y árboles; así terminamos nuestro recorrido por Estambul porque, una vez que salimos de los jardines de TopKapi, nos dirigimos a la estación del tranvía para volver a casa y hacer las maletas... así que prefiero quedarme en los jardines y en el estanque japonés y deciros que mi visita se pausó allí pero que no ha terminado, no ha terminado porque desde luego pienso volver y continuar descubriendo todas las cosas y lugares que ofrece esta ciudad llena de colores y sabores, especial como toda su comida, sus gentes y su cultura, única. Hasta la próxima. 



Domingo 24 de marzo de 2013


EL PUERTO DE COTOS: UNA ESCAPADA A LA MONTAÑA PARA PASAR UN BUEN DÍA


Hoy quiero hablaros de la última escapada que he hecho. Hace mucho que no os hablo de ningún sitio al que ir para alejarse de la ciudad y olvidarse de todo por un rato… y ese sitio en el que he conseguido hacerlo ha sido Cotos, que hace solo apenas un par de semanas estaba de nieve hasta arriba. Ya estamos en primavera y poco a poco empieza el buen tiempo por lo que soy consciente de que es más que posible que a estas alturas quede poca nieve, pero aun con todo quiero contaros cómo fue, qué es lo que ofrece y publicaros alguna foto de la sierra de Madrid nevada, porque estaba realmente bonita y aprovechando que estamos en Semana Santa quién sabe, a lo mejor os animáis la montaña a subir para salir del sedentarismo que nos impone la ciudad... os digo desde ya que merecerá la pena.



Lo primero que os podría contar es que, obviamente, hay que ir muy bien abrigado y con ropa que no sea de algodón para que no absorba el agua y acabéis empapados. Yo os recomiendo unos buenos pantalones impermeables en plan marca Trangoworld que os mantendrán perfectamente aislados de la humedad y del frío de la nieve.  Sin embargo como es una marca un poco cara en general cualquier pantalón que conserve el calor y  tenga cierta impermeabilidad os valdrá, siempre y cuando evitéis el vaquero que se cala en seguida y es difícil de secar. 

La importancia de llevar un buen pantalón se debe a que, a parte de que en algún momento hay que sentarse para comerse el bocadillo, hay una cosa que tiene de buena la nieve y es que te puedes tirar por ella sobre un trineo o algún utensilio como una bolsa que te permita resbalar por ella  (como fue mi caso y el de mis amigos) y la verdad es que la nieve se cuela por todas partes y moja todo lo que toca.  Para protegerse del frío también os recomiendo un buen forro polar y un abrigo que también sea impermeable, un gorro, guantes y, muy importante, crema de protección solar y gafas de sol.
Es increíble como pega el sol en la montaña, la nieve hace de espejo y es muy fácil quemarse, además de que sin gafas de sol solo conseguiréis estar bastante incómodos; eso si, no os engañéis, por mucho sol que haya sigue haciendo bastante frío, en especial si sopla el viento. Allí arriba hasta los muñecos de nieve van vestidos si pueden, aquí arriba os pongo una foto del que hice con mis amigos, nos quedó muy bonito, lo único que me robó mi gorro, mis guantes y una bufanda que llevaba por si el cuello alto no era suficiente.  

Tuvimos mucha suerte porque nos hizo muy buen día a pesar de que dudábamos de si nos iba a llover, ya que eso era lo que marcaba el tiempo y porque, al fin y al cabo, llevaba lloviendo en la ciudad toda la semana y por lo que ponía en las previsiones meteorológicas solo tendríamos tregua de lluvia unas 3 o 4 horas. Sin embargo nos animamos porque pensamos que, tal vez al estar casi arriba del todo, haría buen tiempo y que las nubes se quedarían por debajo y porque, en definitiva y como dice el dicho, quien no arriesga no gana… y a nosotros nos salió bien la jugada. 
Lo cierto es que no nos llovió en todo el día, desde las 12 que llegamos hasta las 17:00 que nos fuimos, solo nos nevó y muy poco en la hora de la comida, así que fue un día fantástico la verdad. Estaba todo nevado, de un blanco deslumbrante con todos los pinos llenos también de nieve que, en conjunto con un riachuelo que transcurría por allí, hacían un paisaje de cuento y realmente no parecía que estuviésemos a solo un par de horas de la ciudad.

Fuimos subiendo por el camino de montaña, encontrándonos a otros senderistas y esquiadores (los primeros subiendo hacia arriba como nosotros y los segundos bajando) y desde el camino podíamos ver las cumbres nevadas y las pistas de Valdesquí que se distinguían tenuemente sobre la nieve de la montaña como podréis ver en la imagen de debajo. Nunca he practicado esquí y no creo que fuese capaz de hacerlo ahora la verdad, pero la sensación de estar allí arriba, tan alto, con el frío, el viento y seguro que rodeado de una calma más que impresionante rota solamente por el sonido del esquí sobre la nieve de los compañeros, debe de ser increíble e irrepetible, capaz de subirle la adrenalina a cualquiera que esté situado sobre esa cima del mundo. 




Siguiendo el camino montaña arriba, sorteando la nieve que iba cayendo de los árboles al ir brillando el sol sobre ellos, llegamos hasta un mirador que tiene una guía para poder saber qué montes son los que te rodean, marcando en el rectángulo el nombre del monte y con la punta de la flecha te señala dónde se sitúa. Además lleva inscritas tres estrofas del precioso poema de Lorca, Romance Sonámbulo:


¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

La verdad es que me sorprendió y agradó mucho encontrar un trozo de aquel poema que estudiaba de niña allí en medio de la montaña... sin duda una muestra más de que la cultura puede estar en todas partes, incluso en un mirador nevado, resaltando aun más la belleza de aquel lugar, si es que ello realmente es posible. 

Desde allí las vistas son preciosas, y se puede vislumbrar toda la sierra nevada hasta donde alcanza la vista. En la foto que os pongo puede que no se vea tan nevada como en otros momentos del año ya que fuimos el primer fin de semana de marzo, pero sin duda es un espectáculo digno de ver que llevaba mucho tiempo sin contemplar y que espero poder repetir el año que viene sin falta.

Respecto a cómo ir contaros que se puede ir en tren y en autobús, sin embargo os recomiendo el autobús, que sale desde Moncloa de la Isla 2, dársena 21 en estos horarios. Os lo recomiendo porque, primero, es más barato: sale a 10,20 ida y vuelta mientras que en tren ida y vuelta sale a unos 20 euros o puede que un poco más ya que la línea que lleva a Cotos (la C-9) es la línea naranja o lo que es lo mismo la Zona Verde de Madrid. Segundo no hay que estar haciendo cambios pues con el tren hay que ir Cercedilla  (línea C-8) para el cual ya hay que pagar y de ahí coger otro que ronda los 18 de precio ida y vuelta hasta Cotos y, tercero, los horarios y las plazas en tren están mucho más limitados que en autobús, ya que el tren que sube a Cotos desde Cercedilla es antiguo y por lo tanto de plazas limitadas, por lo que no todos los horarios están siempre disponibles y hay que coger los asientos con antelación en especial si queréis ir en fin de semana. Nosotros fuimos en autobús y salimos encantados, si tuviese que volver sabría que medio elegiría sin dudar  y, además, tardan lo mismo más o menos.

Al llegar a Cotos con el autobús os deja muy cerca del restaurante Venta Marcelino que lleva funcionando muchísimo tiempo (desde 1924) y allí podréis sentaros en su terraza o en su interior y tomaros una infusión, un café o incluso un caldo calentito, eso sí, a precio de oro pues de eso viven. Sin embargo es muy agradable y está entero hecho en madera por lo que es muy confortable. Nosotros cuando estuvimos pudimos ver desde su terraza el aterrizaje y despegue de un helicóptero, os pongo la foto de cuando lo vimos llegar.
En la página web que os pongo tienen un enlace a la Web Cam a tiempo real donde muestra la meteorología de Cotos y cómo está de nieve y que actualizan todos los días, sin duda una buena opción para ir sobre seguro. Lo he mirado y actualmente tienen nieve por lo que un sigue siendo un buen momento para subir antes de que el calor de la primavera se instale definitivamente y derrita toda la que queda.

Sin lugar a duda esta es una de las mejores formas que conozco para escaparse por un día de la ruidosa ciudad e introducirse en el campo; es ideal para niños y adultos, todos se lo pasan estupendamente, y desde luego el subir a Cotos quedará como un recuerdo inolvidable.

Jueves 20 de Diciembre de 2012


LA NAVIDAD COMO CULTURA UNIVERSAL


La Navidad esconde cultura y tradiciones. Detrás de cada fiesta hay una costumbre que ha pasado de generación en generación


La amplitud en la mirada hacia otras culturas nos ayuda a entender el porqué se han ido tomando caminos diferentes en los respectivos puntos que cada país compartía hasta convertirlos en una tradición diferente aunque siempre, o en la mayoría de los casos, con un transfondo similar. Uno de esos puntos en común que se ha ido desarrollando en diferentes vertientes según el país, su cultura y su historia, es la Navidad, como celebración y fiesta que trae consigo la llegada de un nuevo año.
Desde que se nace la Navidad existe para todos, según creencias, culturas y lugar de procedencia, aparece presente en la vida de las personas, de una manera o de otra.

En los retazos de nuestra historia, de nuestras culturas humanas, aparece la Navidad reflejada con distintos nombres y distintas costumbres pero con un transfondo de fiesta y celebración. Aunque hay que destacar que en algunas culturas estas celebraciones religiosas y populares no se relacionan con nuestro concepto español de Navidad ya que tienen una evolución  diferente a la que ha tenido esta festividad en nuestro país. Así    pues, bajo el punto de vista acostumbrado a las típicas Navidades de Misa del Gallo, Papa Noel y Reyes Magos, otras costumbres dadas en las mismas fechas, en otros países, se convierten en tradiciones desconocidas, alejadas de nuestro concepto de fiesta navideña, enajenadas casi de nosotros como todo aquello que no conocemos. En este post lo que se pretende es acercar esas culturas navideñas diferentes a las nuestras para que no sean tan desconocidas.


Lo primero sería hablar de la geografía de cada lugar ya que esta también tiene un papel fundamental en la Navidad puesto que, mientras que aquí se desarrolla en pleno invierno, en lugares como Australia se desarrollan en verano. Hay que destacar además que la geografía marina también tiene mucha importancia en las fiestas navideñas de algunos lugares como Brasil, donde juega su papel la diosa de los mares Yemanjá.
Así cada lugar, a partir de lo que le rodea, crea un ambiente navideño diferente al de otros lugares.

GEOGRAFÍA: FUEGO Y AGUA PARA PURIFICAR LAS FIESTAS


Fiesta navideña en Brasil
En algunas culturas como en India, la navidad se celebra en fechas similares a las nuestras pero sin embargo el año nuevo no se celebra hasta el 20 de abril, que se conmemora con grandes hogueras y un ritual acuático ya que ese día millones de peregrinos se bañan en el Ganges o en pozos y estanques considerados sagrados.

El agua, como ya se ha mencionado, también tiene mucha importancia en Brasil  donde miles de pequeños  barcos con velas encendidas y  llenos de flores y regalos son lanzados  al mar por una población vestida  de blanco o del color del santo  del candombé (identidad cultural mestiza) que va a reinar durante  el año entrante, mientras bañan en  el mar sus pies desnudos. Si la marea  se los lleva es un buen presagio, ya  que significa que Yemanjá, Diosa  de los Mares, bendice el nuevo año.

Amigos en Australia celebrando la Navidad. De BekiaNavidad

El mar también es muy importante en  Australia, pero su importancia no es  sagrada sino que, debido a las buenas temperaturas de ese país, muchas familias celebran las navidades con picnics en la playa, incluso el propio Papa Noel cambia y abandona su sombrero y abrigo rojo, presentándose a lo marinero con un sombrero, camiseta de  tirantes azul marino y amplios pantalones cortos en plan pesquero; que es conocido como Swagman.

La contraposición a este elemento como centro de toda celebración esta en Noruega, donde es el fuego y no el agua el que juega un papel fundamental ya que los noruegos asocian la Navidad con la luz de las velas y el fuego en un rincón de la casa.
También en Alemania es muy importante ya que él último día del año se queman castillos para ahuyentar a los espíritus malignos en honor a San Silvestre, a favor del cual también corre la bebida.

Fiesta navideña en Japón
El quemar cosas como señal de limpieza y pureza para el año que llega está presente también en la cultura japonesa pero sin fuego, ellos saldan sus cuentas pendientes y limpian sus casas y enseres, llegando a veces incluso a renovar el vestuario el último día del año. Esto está marcado por la tradición y después de esta limpieza (que se hace de manera especial) se reúne la familia para cenar las típicas tazas de fideos que son símbolo de longevidad, además muchos japoneses permanecen despiertos toda la noche esperando al amanecer para poder ver el primero del año y después van a un santuario para pedir felicidad, prosperidad y suerte. Esta fiesta se conoce como Omisoka o Gran Día Final del Año y en ella se hacen regalos, donde el más tradicional es el Oseibo, que suele contener alimentos variados. Esta fiesta es muy importante, al contrario que la simple época de la Navidad, ya que para ellos es puramente comercial y sus calles son decoradas a lo europeo o americano por mímesis con Occidente. Sin embargo la Nochebuena es para ellos el nuevo San Valentín y los enamorados salen juntos a cenar. Tanto tiempo lleva esta nueva forma de celebración que se ha creado una leyenda: si el enamorado se declara ese día la relación ira muy bien y la pareja vivirá feliz y comerán perdices para siempre.

Representación de Las Posadas
En México se sigue un poco la tradición japonesa y las casas se barren el último día del año para que la suerte entre limpia en ellas. Esta costumbre se realiza el último día, pero en él la celebración que se conmemora es el servicio litúrgico de la Misa del Gallo, la cual también se celebra en Nochebuena; vamos, que por decirlo así tienen dos Misas del Gallo, la primera se realiza antes de la media noche y después de la misa es cuando se celebra la tradicional cena; la segunda, como ya se ha dicho, se celebra la última noche del año.
Además de esta curiosidad en la Navidad mexicana se puede destacar que en este país latinoamericano los festejos comienzan 9 días antes de Nochebuena: el 16 de diciembre  y lo hace con Las Posadas (imagen de arriba a la derecha) en conmemoración al difícil viaje que San José y la Virgen hicieron a Belén sin encontrar una posada ante el nacimiento de Cristo. En esta conmemoración las familias se turnan cada noche y celebran una posada en su casa; por lo que son, con diferencia, los más hospitalarios en lo que respecta a las demás culturas en el desarrollo de la celebración Navideña.

FECHAS NAVIDEÑAS, FIESTAS DIFERENTES

Por último, hay dos culturas para las cuales el mes de Diciembre es importante, pero por motivos prácticamente ajenos a la Navidad.
Una de ellas es la cultura judía cuyo mes de Kislev, al que se le otorga el nombre de “noveno mes” y que es el último del otoño (boreal),  es paralelo a los meses  occidentales de noviembre y diciembre.

Festival de luces o Hanukkah
En este mes el día 25 para ellos no tiene que ver nada con nuestra celebración del día de la Navidad ni aun cuando caiga en Diciembre. El día 25 mientras la familia aquí se reúne para comer, allí los judíos celebran el “Festival de las luces” o Hanukkah. Se trata de una fiesta de ocho días donde el pueblo judío recuerda la rebelión, la lucha y la victoria contra el reinado sirio cuando este les prohibió practicar su religión imponiendo su cultura. Los ataques de la rebelión duraron 3 años hasta que ocuparon el Templo en el Monte Moriah, recuperándolo. En él encontraron apagado el candelabro de ocho brazos y nueve velas que siempre estaba encendido y con una pequeña botella de aceite lo encendieron. El aceite consiguió mantenerlo encendido ocho días y el hecho fue considerado un milagro, por lo que su fiesta dura exactamente los mismos días que se mantuvo encendido. En ellos las familias juegan a la Dreidel, o Perinola (peonza) un juego de azar  que tiene un cuerpo poligonal y cada  uno de sus laterales están marcados con letras  o números, que indican el resultado de cada giro.

En recuerdo al suceso del templo, aparte de este juego, las comidas que se preparan en los días que aquí se consideran navideños, son a base de aceite, como la tortilla de patatas delgada o latke.
Para los judíos la Navidad no es importante ya que para ellos Cristo es solo un mesías más, no el hijo de Dios como en las culturas cristianas, y por lo tanto su nacimiento para ellos no significa nada; lo único que celebran en estas fechas es que consiguieron impedir que los sirios les sometieran y por tanto ganar su libertad.

Celebración de la Kwanzaa 
Algo parecido sucede con los afroamericanos, los cuales tienen una fiesta en la época navideña de occidente, pero su celebración, llamada Kwanzaa, está centrada en la renovación de sus valores culturales ancestrales  y en ella se renueva la fidelidad a ellos y se reúnen alrededor de la primera cosecha del año, por eso el nombre de tal celebración significa “Primera fruta de la cosecha”.
Está basada en siete principios fundamentales y los símbolos que la representan son diversos: los colores y las velas. Los colores son el negro, el rojo y el verde y representan a las personas, la fuerza y la esperanza o futuro respectivamente. Las velas, llamadas Mishumaa Saba, son 7 en representación de varios principios que contienen la esencia de la unidad familiar, la comunidad, la nación y la raza como primer principio, el segundo es de la autodeterminación de la propia vida y de la libertad de elección; el trabajo colectivo, la responsabilidad y solidaridad es el tercer principio, el cuarto es la economía de cooperación comunitaria, el quinto es la importancia de la creación de comunidades para preservar la cultura. La creatividad artística es el sexto y el séptimo y último es la fe en la cultura, su historia, su lucha y sus gentes.
A pesar de no celebrar la navidad como fiesta en sí, el fin de año sí que es importante para ellos, cuya celebración finaliza con una reflexión conjunta y en silencio sobre los deseos para el nuevo año que entra.

VIVENCIAS: UNAS NAVIDADES DIFERENTES

La historia de la Navidad en cada cultura es diferente, pero lo es aún más la vivencia de ellas. Lo que los libros nos dicen sobre ellas no se puede ni comparar con lo que es vivirla y saborear sus diferentes costumbres.
Janina, una venezolana de 47 años que vive en Alemania desde hace 17 vive la navidad alemana como una fiesta donde “la gente come y bebe desde temprano” y también dice que esta costumbre se acompaña con las compras de decoración, de regalos y también de especias para la cocina.

Lo más tradicional de Alemania que destaca Janina es la Feria de Navidad o Mercadillo navideño, conocido allí como Weihchnachtsmarkt, el cual está abierto desde noviembre para que coincida con la época de Adviento,  ya que para los alemanes la navidad empieza desde el primer domingo de Adviento, desde que se inicia el camino hacia el nacimiento de Jesús, “durante cuatro domingo antes del 24 de diciembre”.

Janina destaca el Mercadillo de Nüremberg por ser el más famoso, aunque afirma que el de Hamburgo “tampoco se queda atrás”. Estos mercadillos son tan famosos en gran parte por su antigüedad porque se consideran una tradición , “muchos de ellos se vienen celebrando desde hace 300 años o más” y por eso todos los años son visitados por cientos de personas para hacer las compras de navidad en estas fechas tan especiales para muchos. El hecho de que las navidades se celebren de manera tan temprana hace que el día seis de diciembre todo el mundo reciba un regalito; es el día de Nikolaus, mientras aquí los días de regalarse son el 25 de diciembre y el 6 de enero, con Papa Noel y Los Reyes Magos respectivamente.          

En cada región de Alemania por navidad lo que se come es diferente, depende de esta para que los alimentos que priman en la dieta navideña sean unos u otros. Janina nos habla de Bremen, donde ella vive y resalta como lo más típico son las salchichas con ensalada de patatas en la cena del día 24, aunque “hay gente que come pescado también” afirma.
Luego, el día 25, en lo que sería nuestra comida de Navidad, se prepara ganso o pato con col roja y patatas. Aquí nosotros preferimos el cordero, una diferencia más entre los distintos países; una forma más, diferente, de celebrar la Navidad.
El 26 es también un día festivo y algunas familias hacen otra vez una comida especial o simplemente comen los restos del día anterior” cuenta Janina, aunque otra opción, dice, es ir a un restaurante y comer allí con la familia.

Ya fuera de días específicos y de la región concreta de Bremen Janina cuenta que en toda Alemania se hacen unas galletitas durante la época de adviento, y las más famosas, destaca, son las estrellas de canela y los cuernitos de vainilla. “Hay unas galletas que se llaman Lebkuchen que se comen y se hacen de diferentes formas”, estas diferentes formas de las galletas se pueden hacer fácilmente porque la masa con la que están hechas es pan de jengibre, por lo que se pueden moldear. También, destaca Janina, “se hacen las famosas casitas, los San Nicolás...

El clima y las pocas horas de luz que tienen también afectan a la Navidad en Alemania: “Como es invierno ya a las 4 de la tarde la luz comienza a mermar y la gente pone muchas velas o lucecitas. Eso también es muy tradicional.” Cuenta Janina, hablando de esa tradición por la luz y el fuego que ya se ha destacado antes. Pero no es lo único ya que el frío no solo trae el fuego como recurso en los alemanes: la bebida navideña es fundamental allí para combatir el frío; así lo afirma ella:
¡Ah! y como hace un frío que pela, se toma vino caliente especiado, Glühwein, o el mega potente Feuerzangenbowle, que es un vino caliente especiado también pero con licor y azúcar, vease... una bomba. Tomando uno de los dos, se te quita el frío, pero un vaso del último basta para que veas ante tus ojos el nacimiento de Jesús...”

ITALIA: SEMEJANZAS NAVIDEÑAS

Así nos cuenta Janina su navidad, pero no es la única que puede contar una celebración diferente a la de España:

Tradición de los Zampognari
Simone, es un italiano de 35 años que vive en España de manera continuada, pero que siempre vuelve a casa por Navidad, “como el anuncio del turrón” se ríe.

Simone destaca que lo más típico de la Navidad en Italia es, como aquí en España, el Belén, “es una tradición nacida en Italia; aunque en italiano es "presepe", de pesebre” cuenta. También destaca una tradición que “se lleva mucho”: los "zampognari", personas que se visten como campesino o pastores y que van por las ciudades y en los barrios, incluso casa por casa, tocando la "zampogna", que es un instrumento antiguo de caña. “Creo que en España hay algo parecido, la gaita, pero no se si se utiliza igual que en Italia” dice un poco dubitativo.

Igual que en Alemania Simone destaca de Italia que, en lo referente a la alimentación, “cada región o comunidad autónoma, tiene su propia comida”, lo que sí que no varía en ningún lado, dice, es que “el 24 no se puede comer carne, bajo ningún concepto, así que las cenas son todas a base de pescado y verduras. En cambio el 25 te pones cerdo de carne” dice entre risas “especialmente de cordero”, puntúa.

Tortellini al brodo
Sin embargo en su pueblo: “Ancona, región  de las "Marche", Marcas en español”,  Simone destaca que “es muy típico comer  por lo menos dos primeros platos y uno  de ellos siempre son los tortellini albrodo,  es decir con caldo de gallina”.
Como dulces típicos destaca el Pandoro y el Panettone (este último también se come en  España). También hay una gran variedad  de turrones, pero destaca que los dulces  son como las comidas “cada comunidad  tiene sus dulces y sus postres”.
Como muy importante destaca que la  navidad, normalmente, siempre se pasa en Familia pues para los italianos esta es muy importante; “hay un refrán que dice "Natale con i tuoi, Pasqua con chi vuoi", es decir: Navidad con los tuyos, Pascua con quien quieras”.
Allí los regalos nos los trae Babbo Natale, vamos, Papa Noel, la noche entre el 24 y el 25 y los deja siempre debajo del árbol de Navidad”, cuenta; una costumbre que aquí en España es seguida por muchos. Sin embargo el 6 de enero nuestros Reyes Magos son "sustituidos" allí por la Befana, que es a menudo descrita como una anciana, que vuela sobre una escoba, pero que a diferencia de una bruja suele estar sonriente y tiene una bolsa o un saco donde guarda los regalos que después son puestos “en medias y calcetines que hay colgados por toda la casa”; un poco diferente al zapato que se pone en España, pero igual de efectivo.
Además de regalos la Befana les lleva golosinas, chocolate, y si se ha sido malo, igual que aquí, se regala carbón; “el carbón está hecho de azúcar y esta… ¡¡riquísimo!! No me importa no haber sido bueno para que me lo traiga”.

EL BELÉN: TRADICIÓN CULTURAL

Otro tema navideño importante que se pone sobre la mesa y nunca mejor dicho, es el Belén, pero no todas las culturas tienen la misma forma de construirlo.
Pero para hablar del Belén es importante remontarse a los orígenes del mismo: un 24 de diciembre del año 1223, donde SanFrancisco de Asís en Italia, concretamente en la cueva de Greccio, revivió el nacimiento de Jesús creando un culto que se extendió por todo el mundo como una costumbre de modelar nacimientos.
En Europa cobraron distintos nombres el mismo tipo de construcción: presepe en Italia, como se ha visto con Simone, Crèche en Francia y Krippe en países de lengua germánica, entre otros.

A partir de esta primera construcción, según las teorías de algunos autores, se inició el culto a la Natividad.
Este tipo de construcciones navideñas que representaban el nacimiento de Jesús se inició como una moda en el siglo XV, creándose en monasterios y oratorios a partir de grandes estatuas de madera o barro cocido en el siglo XVI. Las Agustinas de Murcia fueron las primeras que propagaron el hecho en si como una tradición, que finalmente se convirtió en hogareña, es decir, pasó de los monasterios a los hogares en el siglo XVII. Se dejaron atrás las estatuas para dar paso a las figuras más pequeñas y de múltiples medidas para que cada familia pudiese tener el belén que quería o podía permitirse: un belén hecho a su medida. El número de figuras se multiplicó prevaleciendo el uso del barro cocido como material artesanal. Se inicio un concurso que dura hasta nuestros días: quién posee el Belén más hermoso; en aquella época, evidentemente, los que competían eran los nobles y los soberanos que buscaban presumir del mejor Belén.

En la actualidad la tradición sigue constante, llegando a considerarse muy importante y siendo un objeto de valor que se trasmite de generación en generación, enriqueciéndose cada año con la compra de alguna figura o complemento nuevo; todo para mantener, por encima de cómo se haga, el sentimiento religioso, como valor casi sagrado e intocable, que se aprende en las familias religiosas desde la más tierna infancia.

El Belén se ha convertido en un mundo secreto, pequeño, donde se entremezclan nuestras tradiciones, y es que es considerado por muchos la traducción del Evangelio a todas las lenguas del mundo.
Un reflejo de esta construcción “políglota” es que el Belén no está solo en Europa sino también en los diversos países llamados del Sur, en los cuales el Belén también se convierte en un centro muy importante de la Navidad para ellos; y no solo eso, sino que su construcción, además, les puede dar un modo de sostenerse ya que muchos de estos países están amparados por ONG, las cuales venden los diferentes modelos de belenes que construyen aquí en el los países del Norte.

Igual que los españoles tenemos los puestos navideños para comprar figuritas del belén, o igual que los alemanes tienen sus mercadillos con el mismo objetivo, otro tipo de belenes, muy diferentes a los vistos en estos puestos, se presentan en las tiendas de comercio justo con diversas formas y colores, hechos con materiales diferentes y diversos, con todo lo que peruanos, mexicanos, vietnamitas, hondureños… y más culturas deferentes tienen al alcance de su mano, nunca mejor dicho, pues son belenes hechos a mano 100%.

ALTERNATIVAS: LOS BELENES DE COMERCIO JUSTO

Setem, una ONG española, con una tienda de Comercio Justo en Madrid, es un ejemplo donde se pueden encontrar este tipo de Belenes, en estas navidades los colores de cada tipo de Belén mostraban estantes multiculturales en los que Perú, México, Bolivia, Honduras, Bangladesh, Camerún… aportaban su arte a la tradición del Belén.

El más variado sin ninguna  duda es el tipo de Belén que  se hace en Perú (imágenes de la izquierda), ya que tienen diferentes tipos debido  a que reflejan la presencia del Belén en todo aquello  que les rodea y que tiene  gran importancia en su  vida; así podemos encontrar belenes  peruanos en el interior  de un volcán como en el de la imagen de la izquierda, debido a  la gran cantidad de volcanes  que hay en esas tierras. En especial el más alto es el Misti,  en Arequipa.                                                      

También hay belenes donde se representa la música, y en vez de pastores aparecen  músicos con instrumentos  típicos de la zona, igual pasa  con el autobús, muy  importante para ellos en su  forma de vida, de tal forma que  también se pueden encontrar   belenes representados en este  medio de transporte. Los peruanos  también destacan Cuzco, pues es una ciudad muy importante  para ellos, antigua capital del Imperio Inca, que fue declarada  patrimonio de la Humanidad en 1983 por la UNESCODicho esto no es de sorprender que entre sus múltiples belenes encontremos uno denominado precisamente así: Belén Cusco, en conmemoración a una importante parte de su historia.   
  
Belén Mexicano


Pero Perú no es el único, como se ha dicho, que construye belenes: en México encontramos un Belén muy colorido, pero a la vez toscamente hecho, con mucha sencillez en los rasgos, sin entrar en exceso en los detalles ni buscando hacer tanto las texturas como en los belenes peruanos.

De Vietnam podemos encontrar belenes hechos en piedra caliza oscura (imagen de arriba a la izquierda), de un negro fuerte como la que usan para construir sus casas, encima de la cual pintan con colores vivos las formas de las figuras. 

En Bolivia, el Belén (imagen de abajo a la izquierda) se representa encima de una barca típica de allí, debido a las grandes extensiones de agua que tienen; así reflejan la importancia que tienen para ellos .

Se podría decir que sea donde sea, el aroma a Navidad se extiende y llena todo lo que le rodea, y es que, sea en familia, o en general, con los que más queremos, la Navidad es una celebración que se sitúa en la época donde termina un año y empieza el siguiente, por lo que nos hace reflexionar sobre lo vivido y sobre el bien y el mal, para desear un año más, que en compañía de los nuestros, lo bueno del año que se deja atrás sea lo peor del que llega.
Todo ello acompañado de comida, de una decoración navideña, de nuestra tierra o de diferentes culturas, y de un espíritu que llega a todos los rincones del planeta por muy diferentes que estos sean, y es que en esta época, como dijo Norman Vincent Peale:

 “La Navidad agita una varita mágica sobre el mundo, y por eso, todo es más suave y más hermoso”.



Lunes 3 de diciembre de 2012


EL EXPOCÓMIC CELEBRA EL XV SALÓN INTERNACIONAL   DEL TEBEO DE MADRID

El famoso Expocomic se ha celebrado este año en el Matadero de Madrid, reduciendo el espacio de estas nuevas jornadas que, para muchos, son el acontecimiento del año.


Como todos los años por estas fechas, el pasado fin de semana se ha celebrado el Expocomic, aunque con algunos cambios en su ubicación habitual debido al, ya conocido, desastre delMadrid Arena. La revisión de medidas de seguridad del recinto habitual ha hecho que se celebrase en el Matadero de Madrid (metro Legazpi) de manera excepcional en vez de en el Pabellón de Cristal del Recinto Ferial de la Casa deCampo. Yo creo que esto es lo más significativo y lo que más se recordará de estas décimo quintas jornadas de homenaje al mundo del cómic.

Sin embargo, a pesar de este cambio, el resto de las cosas no han cambiado demasiado, quizás lo que más que los puestos eran más pequeños y que, por ejemplo, la parte del maquillaje corporal y la de los juegos de mesa estaba a parte, en una carpa a la izquierda del recinto principal en vez de estar todo junto como en el resto de los años.


No es que hubiese una disminución de la calidad, pero si que se ha notado que era todo más reducido, aunque claro, cuando tienes que montar todo deprisa y corriendo como ha sido el caso de los organizadores qué se puede esperar.

Quitando el factor del tamaño, y en este caso, como en muchos otros, creo que eso del “tamaño no importa” no es tan cierto como dicen, el Expocómic de este año ha estado bastante bien, con el precio de siempre situado en 5 euros el recinto se ha llenado como lo hace todos los años, formando largas colas para poder acceder a él tras comprar la entrada. Siguiendo el ritmo habitual el jueves y el viernes fueron más tranquilos, aunque ya el viernes sobre las 18:30 se empezaba a notar el aforo del personal.

Para hablaros de cómo se desarrolló el Expocómic os voy a hablar del viernes porque es un día muy tranquilo, el que yo siempre elijo para ir, ya con bastante gente pero sin excederse por lo que se puede ver todo el movimiento que genera esta feria del cómic pero con bastante comodidad.

Para los que no conozcáis ni el Expocómic contaros a grandes rasgos que lo que hay son cómics, muchos cómics, obviamente, y mucho cosplay (personas disfrazas de sus personajes favoritos), diversas ofertas, merchandising a montones en especial de series y películas de anime, camisetas frikis, juegos de cartas y de roll y comida: chucherías gigantes, chocolate y, como no, ramen… pero es mucho más.

Como diría Jack el Destripador, vamos por partes, lo primero que quiero contaros es la exposición, pues todos los años se exponen una serie de obras de algún conocido autor. En este caso las obras fueron de la famosa y ya conocida Victoria Francés  que ponía  a la luz los dibujos originales de su última obra El lamento del Océano, donde ser narra, a la vez que se va ilustrando lo que se nos cuenta, la trágica historia de amor de una sirena y un joven marinero a principios del siglo XVIII, donde él, para huir de la peste negra que se encierra en su barco, se tira al mar intentando escapar y, antes de morir ahogado, es salvado por una hermosa criatura que surge de las profundidades. 
El libro se presentó en el Expocómic y se puso durante su duración a la venta de manera excepcional debido a que la salida al mercado para la venta a todos los públicos ha sido fijada en el 5 de diciembre. El hecho también de ponerlo a la venta durante la celebración del Expocómic se debió a que Victoria Francés estuvo allí en persona el fin de semana presentando su trabajo y haciendo diversas sesiones de firmas en las cuales muchos afortunados se llevaron un ejemplar dedicado y firmado del libro. Aquí os dejo también un vídeo sobre el libro, promocionado por su editorial Norma Editorial.

Otro tema a tratar, aunque ella se ha adelantado al hablar de la presencia de Victoria Francés, es que el Expocomic reúne a muchísimos autores y editores, así como dibujantes que, por un precio, te hacen un dibujo de tu personaje favorito y te lo dedican. Lo mismo pasa con los autores, por ejemplo, en el stand de Alberto Santos, el famoso editor de los libros de Star Wars, este presentaba a sus nuevos y jóvenes autores de fantasía que te dedicaban y firmaban el libro si lo comprabas. Es difícil, en general, no ir por los diferentes stands y no irte encontrando con distintos autores dibujando y firmando ejemplares a quien se lo pide. 

Así por ejemplo, para regocijo de muchos nos encontramos a Niko, el creador de Cálico Electrónico (imagen de la izquierda), que vendía láminas de muy buena calidad y bastante grandes por un euro, así como chapas y otros productos de merchandising a buen precio y, lo mejor, era que te firmaba y dedicaba las láminas. Todo esto hace que, a pesar de que muchos de los que vamos a estas ferias no tengamos mucho dinero, merezca la pena hacer el esfuerzo porque siempre te puedes llevar una grata sorpresa y un detalle inesperado que te alegre la semana, como es el hablar personalmente o hacerte una foto con uno de los creadores de alguna de tus series animadas o ilustradas favoritas.

Además de todo esto hay una zona reservada a charlas donde, por ejemplo, el viernes estuvo hablando Alberto Santos junto con otro conjunto de editores a un pequeño público. También ahí tendrán lugar los diferentes concursos de disfraces donde la gente, ante el público y un jurado, mostrará sus distintos cosplays y donde también se harán juegos de karaokes, entre otros.

También se pueden encontrar stands de alimentación, como son la de las gigantes chucherías que siempre se venden en estas celebraciones. Aunque si duda lo que más capta la atención es el stand de fuentes de chocolate, donde por dos euros te dan un bizcocho bañado en cualquiera de las tres fuentes que tienen: chocolate negro, con leche y blanco. Aunque este año la pequeña en vez de ser de chocolate blanco era de un color verdoso por lo que no sabría decir muy bien de qué sabor era… quizás fuese de chocolate con menta. Desde luego es uno de eso stands para dejar perderse a uno mismo en el pecado capital de la gula e inflarse a bizcocho bañado en chocolate caliente.

Respecto a los cosplay hay de todo pero, en general, se aprecia el cuidado que han puesto aquellos que van disfrazados en su atuendo. El viernes, demostrando que, efectivamente, el Expocómic y el cosplay es para todas las generaciones y que disfrazarse de tu héroe no tiene edad, apareció un grupo algo variopinto e incluso pintoresco pero muy majetes, disfrazados de los personajes de Batman en su mayor parte, aunque también estaba el disfraz de The Punisher y de Capitana América. La verdad es que es divertido ir por los pasillos del Expocómic e irte encontrando a personajes de ficción mirando cómics, actuando o posando para la cámara. Es toda una experiencia que yo recomiendo al 100%.

Por último, pero no por ello menos importante, y en gran relación con los cosplays hablaros de la sesión de maquillaje completamente gratuita que lleva a cabo Daju, un profesional en este campo, especializado en caracterizar a la gente que se pone en sus manos de aquello que le pidan. Lo más visto en el Expocómic son las heridas hechas con maquillaje en la cara o en el cuerpo, aunque también hay maquillaje para los que necesitan pintarse la cara para completar  su cosplay. Para cualquiera de las dos este artista del gore tiene en su stand todo lo que necesita para llevarlo a cabo y convertir el Expocómic en una horda de zombis vivientes; pero no os preocupéis que por muy reales que parezcan solo son un trabajo bien hecho, bajo el maquillaje la piel está intacta. No es de extrañar, por tanto, que si vas a su stand haya una enorme cola de gente en la que tienes que esperar para que te maquille.

Todo estos es el Expocómic, su esencia, lo que yo he intentado reflejaros en este medio reportaje, medio crónica; pero aun así sigue siendo mucho más que lo que yo os he contado porque, o os pasáis y le echáis un vistazo por vuestra cuenta, por vosotros mismos, y os sentís parte del meollo junto con un montón de gente más, o nunca sabréis lo que es esta Feria del Cómic que este pasado domingo cerró sus puertas hasta el año que viene, dejando tras de si muy buenos momentos que, los que hemos estado, hemos compartido entre sus stands. 


 Martes 18 de septiembre de 2012


TOLEDO: LA CIUDAD MÁGICA


 

Para iniciar mi entrada sobre Toledo (concretamente el casco antiguo), lugar en el que estuve hace un par de semanas, he escogido esta panorámica de David Utrilla porque me parece que refleja el color y la luz que yo quiero plasmar en esta entrada sobre el lugar que está a una hora de mi ciudad: Madrid.

La panorámica está hecha desde uno de los miradores que permiten observar la ciudad desde el otro lado del Río Tajo, a punto de hacerse de noche, cuando todas las luces de la ciudad están encendidas. Es un espectáculo muy bonito, digno de ir a pasar la última hora de sol y ver como este se va poniendo y como la ciudad se va encendiendo en la noche. Creo que es la mejor representación que podía encontrar de la ciudad, como introducción antes de ponerme a hablar de ella.

Mi estancia en Toledo se prolongó por dos noches, tres días, en el Hotel Las Conchas, a diez minutos andando de la Catedral, muy céntrico por tanto y muy bien situado de las zonas con más movimiento de Toledo. Hay que decir que nos dieron una buena habitación teniendo en cuenta que íbamos con una oferta de Groupalia; destaco este punto porque cuando he cogido ofertas en hoteles generalmente la habitación designada es la peor del hotel: la que no tiene vistas desde la ventana, la que está en la planta baja del hotel… en fin, lo típico, tu pagas menos pero la habitación es “peor” en sentido de cómo esta situada y donde. Pero en este caso no fue así, sino que en vez de darnos la planta baja o la primera planta nos dieron la última planta, con unas bonitas vistas, se notaba que era un hotelito de tres estrellas, pero con sus tres estrellas muy bien puestas y el personal majísimo la verdad. Estuvimos muy a gusto allí.

Como lo principal de Toledo es la catedral y era lo que más cerca nos pillaba allá que fuimos derechitos, aunque tuvimos que ir haciendo paradas por el camino ya que otra cosa no pero Toledo tiene muchísimas tiendas llenas de espadas, escudos y armaduras. Todos los escaparates están repletos de armas tipo medievales o de películas como las de El Señor de los Anillos, así como de katanas. Íbamos en zigzag, de tienda en tienda, porque cuando no era por las armas o las armaduras (mi pareja con la que iba y yo somos unos apasionados de ellas) era por la gran cantidad de damasquinado que se vendía, ya fuese de imitación o de buena calidad, en las tiendas. Para los que no lo sepáis el damasquinado es una artesanía que se viene realizando desde épocas muy antiguas que consiste en realizar figuras y dibujos (destacando las flores y los pájaros) mediante la introducción, ataujía o embutido de finos hilos de oro y plata en acero o hierro, generalmente, pavonado. En Toledo hay todo un negocio con este tipo de artesanía haciendo que se la conozca como el Oro de Toledo, que identifica la ciudad, hasta el punto de que ya se ha industrializado, aunque todavía se mantienen talleres artesanos que realizan piezas de gran calidad.
Una vez que conseguimos sobrepasar las innumerables tiendas llegamos a la catedral y nos dispusimos a entrar, para ello, obviamente, hay que comprar la entrada que se vende justo en frente de la entrada principal, en la tienda de productos relacionados con la catedral. Hay que destacar que por muy bonita que sea la catedral a la hora de comprar la entrada sientes que te están atracando ya que la entrada “sencilla” son 8 euros sin ningún tipo de descuento, ni por ser estudiante o tener el carnet joven. Si es tan caro es porque incluye la audioguía  de manera obligada, es decir, puedes no cogerla pero la entrada te costará lo mismo. Aun con todo, debido al precio, nosotros cogimos  la entrada “plus” que son 11 euros, porque por tres euros más puedes acceder a la torre de la catedral que llevaba 28 años cerrada al público y  que fue abierta el pasado año en el mes de septiembre tras unas obras de rehabilitación que costaron unos 600.000 euros. La rehabilitación se hizo  para poder acceder a los diferentes espacios de la torre y poder ver las campanas, en particular la campana más grande de España (según campaners.org), conocida como la “Campana Gorda” que fue fundida por Alejandro Gargallo en 1755 por orden del Cardenal Borbón que, según nos contó el guía, quería una campana tan grande que al hacerla sonar se pudiese oír en Madrid y así surgió una campana de 2,29 metros de altura y más de 7.500 kilos. Esta campana tiene una grieta  de 1,5 m, limada para que no vibre y parta la campana, que surgió a raíz de su uso y que a pesar  de las medidas tomadas para que no se siguiera rompiendo la mejor medida fue dejar de usarla, por lo que sigue estando en el campanario pero ya no se toca.
Así pues cogimos la segunda entrada porque todo lo que sea subir a los campanarios de las iglesias y catedrales nos encanta: el contemplar la ciudad desde tan alto, subir por esas escaleras de caracol hechas en piedra, el contacto de la pared en los lugares estrechos… es como adentrarse en una pequeña parte del pasado y del mundo que levanto aquella construcción, muy en plan Los Pilares de la Tierra, ciertamente.
Al coger la segunda entrada el día se nos dividió en dos partes: por la mañana visitamos la catedral por dentro y por la tarde teníamos cita para subir a ver la torre, la cual fue toda una experiencia inolvidable. La catedral es realmente impresionante, del periodo gótico clásico, fue iniciada en 1226 y forma parte de la gran trilogía de catedrales del gótico clásico de la Corona de Castilla derivadas de la arquitectura del norte de Francia del siglo XIII. Una de sus grandes particularidades es que dispone de cinco naves en vez de las tres que son más habituales y su altura es escalonada lo que permite la existencia de los grandes ventanales en la parte alta de la catedral decorados con unas preciosas vidrieras medievales que se han conservado a pesar de las graves pérdidas que durante la Guerra Civil Española se dieron. Las vidrieras centrales que más destacan son los distintos rosetones que están situados en los transeptos norte y sur de la catedral y cuya belleza no tiene parangón.
Aun con las magníficas vidrieras para mi no hay nada  como el transparente de la catedral, una obra de arte que deja entrar la luz natural del exterior en el interior de la catedral haciéndose un hueco en la espalda del Altar Mayor, integrada a la perfección pero a la vez captando la atención del turista como si fuese un espacio distinto de la catedral, representa la Apoteosis del Santísimo Sacramento de la Eucaristía que, a su vez, está rodeado por los arcángeles. A pesar de estar en una catedral de origen gótico el transparente es de arte barroco y en su momento fue considerado como una obra cumbre del barroco español. Para lograr el efecto de la luz existe en el centro del retablo una ventana oval que da luz que se hizo rompiendo la bóveda de la girola. Esta magnífica obra está realizada por el autor barroco Narciso Tomé (ayudado de sus hijos) en 1732 y se la considera su obra maestra; y no es para menos, creedme.
Lo cierto es que podría destacar muchísimas más cosas de la Catedral pero también hay otras muchas que vi y que quiero compartir con vosotros así que para los más interesados en la historia de esta fabulosa construcción humana os dejó aquí un enlace de donde he sacado la información más significativa para que sigáis profundizando si queréis.
Para ser el primer día se puede decir que entre la llegada y la visita a la catedral, que nos ocupó tanto la mañana como la tarde (entre la visita al interior y la subida a la torre respectivamente), tuvimos bastante, así que nos fuimos a la habitación del hotel a descansar para ya pasearnos la ciudad de noche y cenar.

Al día siguiente las cosas se nos amontonaban porque había mucho que ver y aunque el casco antiguo de Toledo no es especialmente grande tiene el inconveniente de los pueblos: es todo el rato cuesta arriba y cuesta abajo, por lo que acaba agotando al transeúnte.
Nosotros nos dirigimos hacia el barrio de la Judería, rodeándolo para llegar hasta el Museo del Greco que queríamos visitar lo primero para que no hubiese tanta gente. Este museo es el único de España dedicado en la actualidad a la figura del pintor y tiene como finalidad esencial transmitir y hacer comprensible a la sociedad tanto la figura del Greco como la influencia de su obra y su personalidad en el Toledo de comienzos del siglo XVII. El museo está hecho sobre un conjunto de casas que el pintor adquirió en la judería medieval toledana a comienzos del siglo XX y que dejará en manos del arquitecto Emilio Laredo para su restauración, el cual convirtió estas casas en una particular reconstrucción de la Casa del Greco, sin dar mucha importancia al hecho de que el pintor hubiese vivido o no realmente allí, centrándose en la recreación histórica de la vivienda y convirtiéndose, por tanto,  en pionero de lo que se conoce como un museo de ambiente. A quien le guste este pintor, o simplemente quiera conocer un poco más la cultura española en el arte de la pintura, no puede dejar de pasar por el museo ya que este permitirá ver la precisión en la técnica, el inteligente uso del color, la solidez de las estructuras y la libertad puesta en cada pincelada dando, en su conjunto, a cada obra una expresividad muy personal, subjetiva que la hace inconfundible. De entre todos los cuadros expuestos, destaco el de Vista y plano de Toledo (1910) que es una verdadera maravilla, ya que se puede apreciar toda la ciudad de Toledo; además la sala donde se sitúa contiene pantallas informatizadas donde puedes señalar zonas de Toledo y te muestra dónde están representadas en el cuadro, así como el aspecto real actual.

Vista y plano de Toledo (1910)
Además de las obras la propia casa es muy bonita, con jardines y grandes ventanales de madera, así como un patio donde se sitúa la entrada con las vigas y el balcón de madera. No tiene desperdicio.

De entre las obras del Greco es muy importante destacar la de El Entierro del Conde Orgaz, que está expuesto no en el museo, sino en la Iglesia de Santo Tomé. El cuadro, conocido por todos porque es su obra más representativa, representa la liturgia del funeral justo en el momento en que los Santos Agustín y Esteban depositan personalmente el cuerpo en la tumba, debido a las buenas obras realizadas en vida por el señor Orgaz. El propio autor así como su hijo están reflejados en esta maravillosa obra, de grandes e increíbles dimensiones. Se considera la obra más compleja y rica en significados, y posee una gran belleza.
Nuestra siguiente parada fue la Sinagoga de Santa María la Blanca, en la cual nos hicimos con la pulsera turística cuyo precio es de 8 euros y que sirve para ver seis monumentos de Toledo predeterminados que, sin la pulsera, costarían 2,5 euros cada uno, de esa forma en vez de pagar 15 por todos pagas 8 y sale bastante bien saliendo rentable incluso si solo se entra a cuatro de los 6 monumentos. Nosotros la cogimos porque nos quedaba todo el día y toda la mañana del día siguiente por lo que así no nos dejábamos nada sin ver.
Así pues entramos en la Sinagoga, chiquitita pero muy bonita y con mucha luz. La historia de esta construcción tiene tras de si un pequeño misterio: se desconoce la época en la que se construyó puesto que los datos documentales que se poseen son poemas e inscripciones ajenas al edificio. En base a estos etéreos documentos hay diversas teorías sobre la sinagoga aunque hoy en día, basándose en al arquitectura y en los resultados arqueológicos se cree con bastante certeza que es la Sinagoga Mayor de la judería toledana construida a finales del siglo XII por el consejero y embajador de Alfonso VIII, monarca de abierta simpatía hacia los judíos. Sin embargo, en el siglo XV, dejó de utilizarse como sinagoga para convertirse en iglesia con el nombre de Santa María la Blanca, por ser la imagen titular la Virgen Blanca, copia de la existente en el coro de la Catedral. A pesar del cambio en lo que se refiere a lo religioso se mantuvo la construcción y actualmente es considerado como una muestra incomparable del arte mudéjar en la ciudad. Destacan en ella por su labra los capiteles de estuco que rematan los pilares con decoración de cintas, volutas y piñas, elementos relacionados con la unidad del pueblo de Israel. Todo el conjunto invita a la contemplación silenciosa y a la admiración de los múltiples detalles que en ella se encierran.
Además, por si fuese poco, en ella se realizan actos y encuentros culturales y, en el momento en que estuvimos allí, se encontraban expuestos unos maravillosos cuadros, pintados la mayoría como si fuesen bocetos pero perfectamente esbozados, de gran belleza, que reflejaban las historias religiosas.
Puentes
A continuación nos dirigimos hacia el impresionante Monasterio San Juan de los Reyes, encargado por los Reyes Católicos en 1476. Si lo catalogo como impresionantes es porque el claustro es una auténtica maravilla, de las construcciones arquitectónicas más bonitas de la ciudad; para mí, a conjunto con la catedral, sería la más destacable. Es una construcción curiosa ya que consta de una sola nave siendo el centro de ella el claustro y teniendo las capillas en los laterales. La capilla, situada a la derecha según se entra, es muy bonita pero para mi no hay nada como el claustro tanto inferior como superior, que acoge un jardín con un pequeño pozo en su centro. El claustro inferior está cubierto por bóvedas de crucería alemana, talladas al detalle y haciendo un conjunto precioso. Por las escaleras, de estilo renacentista y diseñadas por Covarrubias, llegamos al piso superior, donde se pueden apreciar los arcos mixtilíneos cubiertos con alfarjes de madera del siglo XIX. Decorado también en su superficie por unas gárgolas muy bien hechas, cada una de ellas representan un motivo diferente: dragones, simios, reptiles, aves fantásticas... Sin ninguna duda es una maravilla, se mire desde la esquina del claustro que se mire.
Aunque hay mucho más que destacar de los monumentos de la ciudad, como la Mezquita del Cristo de la Luz (imagen de la derecha) que es un edificio milenario de gran valor porque representa la pervivencia del arte de Al-Ándalus, o la Iglesia del Salvador que se puede considerar la más antigua de la ciudad y que inicialmente empezó siendo una mezquita, quiero terminar esta disertación sobre los monumentos toledanos hablándoos de la Iglesia de los Jesuitas, anunciada en la ciudad como “Toledo in the air” porque se puede subir a las torres de la iglesia  y por tanto se ve todo Toledo desde el aire. Respecto al templo, de enormes dimensiones, es fiel exponente de espiritualidad contrarreformista. La traza de esta iglesia sigue el modelo de la iglesia jesuítica del Gesú de Roma y las españolas de Palencia y Alcalá y su construcción se inició en 1629.

La subida hasta las torres es algo cansada, obviamente, pero las vistas de la ciudad merecen muchísimo la pena ya que se ve la catedral y el Alcazar a la perfección. Es algo que ningún turista que visite la ciudad se puede perder si quiere tomar una  bonita fotografía  del lugar.
Vistas de Toledo desde la Iglesia de los Jesuitas
Una vez que os he hablado de lo que se puede visitar y ver en el casco antiguo de Toledo para ir cerrando este reportaje quiero hablaros de la gastronomía. En la zona hay multitud de restaurantes para comer de menú o de tapas. Allí lo más típico era ver en los menús destacando las codornices a la toledana, que estaban en la mayoría como segundo plato, pero también destacaba mucho el gazpacho, la paella y las judías blancas caseras. Como he dicho había muchos lugares donde sentarse a comer y todos rondaban los 12 euros el menú por persona, sin embargo en el Bar Restaurante Ludeña eran 10 euros el menú casero (también tenían el menú de siempre a 12) y como era una de las tres recomendaciones que la recepcionista del hotel nos había hecho, no dudamos en comer allí siendo el resultado fue bastante bueno, la verdad. Comimos en el interior porque el espacio que tienen  en el exterior, dentro de un bonito patio, está compartido por otro restaurante  y no quedaban mesas, pero fue muy agradable.

Aun con todo si he de elegir un sitio para comer elijo en el que comimos el segundo día: el Museo de Productos de Castilla la Mancha, muy amplio y con un gran servicio, porque a pesar de entrar rozando las cuatro de la tarde nos trataron muy bien y no nos hicieron esperar lo más mínimo para traernos los platos. Si lo elijo además es porque los platos fueron deliciosos y fuera de los que había en las comunes cartas que habíamos visto hasta entonces, desde luego sí que había platos como el de las codornices a la toledana, pero la variedad era mayor. Para que os hagáis una idea yo me pedí de primero unos champiñones rellenos salmón y mi pareja una crema templada de tomate, gulas y gambas. El relleno de los champiñones era salmón hecho en crema que en conjunto estaba delicioso, además de que el plato estaba adornado con pimientos rojos y una salsa espesa con un toque a pimentón. Por el otro lado la crema de tomate gulas y  gambas tenía una salsa muy parecida a la que bañaba los champiñones y, como bien decía su nombre, no estaba fría ni estaba caliente.

Desde luego fueron un lujo los platos, estaban muy buenos. El segundo fue algo menos glamuroso pero no por ello nos gustó menos: mi plato consistió en solomillo con salsa de oporto y el de mi pareja en chuletas de ternera. Del suyo no hay mucho que decir pero del mío si, ya que, en vez de traerme un solomillo como yo esperaba, en el plato venían tres solomillos muy redonditos en plan brocheta con una salsa bastante espesa y con patatas panaderas de guarnición. Estaba todo muy bueno y coronamos aquella comida con dos excelentes muses de chocolate caseras como postre a nuestra salud. Sin ninguna duda si voy a Toledo de nuevo volveré allí para comer ya que de precio estaba igual que la mayoría, 12 euros, y porque, aunque no es un restaurante especialmente céntrico al estar situado en frente de la calle que lleva hasta el Puente de San Martín, el ir hasta allí permite un bonito paseo por toda la judería y visitar alguno de los miradores de Toledo que dan al río Tajo.

Y ya para terminar hablaros un poco de lo que captó mi atención mientras paseaba por la ciudad. Uno de los detalles eran los patios de las casas, que, al igual que los patios cordobeses, estaban decorados con plantas e incluso alguna fuente. Los patios estaban cerrados, pero se podían ver a través de las puertas de los soportales de las casas… así, mientras que aquí en Madrid solo se ven ascensores, allí podías ver una bonita fuente o un pequeño jardín.
Otro detalle curioso de la ciudad es el Zocotren, el tren que hace la ruta turística por el casco antiguo y que, a cada rato, lo ves pasar con sus turistas a bordo. Es gracioso verlo pasar, le da un toque divertido a la ciudad. Realmente todo es muy bonito, y por supuesto, como ya he indicado al principio de la entrada con esa magnífica panorámica, no se debe terminar el día en Toledo sin pasar al otro lado del río para contemplar la ciudad al completo desde lejos.

Toledo al atardecer desde el otro lado del río Tajo

Si he de sacar algo negativo es que por las noches la ciudad parece un fantasma, no hay nada, y siendo septiembre, un periodo más que vacacional, sorprende ver las calles vacías y los bares cerrando a las 23:30-00:00. No parece que el ayuntamiento haga habitualmente festivales o alguna feria para atraer público, ni siquiera el de los ciudadanos que viven fuera del casco antiguo y la verdad es que es una pena, porque siendo Patrimonio de la Humanidad en mi opinión debería estar mucho más cuidado y fomentado, para que algo tan valioso, como es todo el espacio cultural que sus calles y monumentos suponen, no se pierda.
Desde luego para mi ha sido una visita muy enriquecedora, llena de muchísimos rincones en los que perderse y con los que sorprenderse, por eso no he podido evitar querer relatar todo lo vivido y todo lo que he visto, porque es una ciudad tan bonita y con tanto por ver que sería imposible elegir entre todo lo que ofrece.

Jueves 23 de agosto de 2012

 

ASTURIAS: UN LUGAR DE GRAN RIQUEZA NATURAL  Y CULTURAL

Panorámica de la Playa de Vidiago

Hoy quiero hablaros del viaje a Asturias que he hecho este mes de Agosto, al igual que hice una entrada sobre Pedro Bernardo, el pueblo de Ávilaen el que pasé unos días, quiero compartir con vosotros mis impresiones sobre la bella zona de Asturias en la que estuve: Llanes. El viaje lo realicé con unos amigos y saliendo desde Madrid fuimos hacia el norte en coche. Por el camino de ida, al ser un viaje largo, hicimos una parada en Frómista, en la provincia de Palencia y perteneciente también a la comarca Tierra de Campos, y, como no, nos acercamos a ver la iglesia románica de San Martin de Tours (imagen de la izquierda), erigida en el siglo XI y considerada uno de los prototipos del Románico europeo. Realmente bonita es algo que los turistas no pueden dejar de visitar si, como nosotros, paran allí a descansar. Seguimos nuestro camino y tras un par de horas más en coche y contemplar como todo se iba poniendo verde, llegamos a nuestro destino.

Nos alojábamos en el Camping La Paz, situado en frente de la Playa de Vidiago, con unas vistas increíbles de cara al mar que hacían el despertar y salir de la tienda una experiencia de lo más agradable con la brisa y las vistas del mar, así como el dormirse, pues al tener el mar tan cerca era muy relajante y te dormías escuchando el batir de las olas. La panorámica que hay justo antes de empezar este post era la imagen de la playa que se veía situada a penas diez metros de nuestras tiendas, para que os hagáis una idea. Al camping lo denominamos por nuestra cuenta “la comarca”, si, en referencia al Señor de los Anillos, pues era enteramente verde y con multitud de terracitas donde se sitúan las tiendas y con multitud de espacios verdes entre unas terrazas y otras de forma que el verde predomina, dando la sensación de que estas en el mundo de los hobbits creado por J. R. R. Tolkien.

Imagen de un lado del camping y del restaurante

A 20 metros escasos de la playa el camping también cuenta con una tiendecita y un restaurante en los que, a un precio no del todo asequible, se pueden encontrar productos de primera necesidad y un buen desayuno o comida respectivamente. Los desayunos en el restaurante no están nada mal y salen bastante bien de precio, aunque comer allí ya es otra historia, ahí si que sube bastante. Sin embargo también está la opción de los bocatas y hay que decir que están bastante buenos. Lo mejor del restaurante desde luego son las vistas, pues está elevado en una zona alta del campin y se pueden ver los acantilados y el gran mar azul a través de los grandes ventanales de cristal.

 

Pero para mi lo mejor sin duda del camping son los múltiples miradores que tiene, bordeado por construcciones en madera y piedra a modo de verdaderos paseos marítimos pero por encima del mar que hacen que te pueda alejar de las tiendas y sentarte en uno de los muchos bancos que están en el camino que bordea el monte donde está el camping. Desde estos miradores se puede ver el mar y la playa y la hermosa vegetación que queda a nuestra espalda… es simplemente indescriptible la belleza, el color, la luz, el viento... todo junto y de una manera que te rejuvenece, como si de repente todo lo demás no existiera. Puede que suene un poco cursi, pero a quien le gusta viajar y maravillarse con el mundo que le rodea seguro que entenderá lo que quiero decir; todos nos hemos sobrecogido ante un hermoso paisaje o una obra de arte.

También quiero hablaros del pueblo de Llanes, que estaba a unos 15 minutos en coche de Vidiago, donde estaba nuestro camping. Llanes es precioso, es como adentrarte en un cuento donde las casas son todas de colores, cada una de uno diferente al anterior. Sencillas, con balcones de madera que se van alineando haciendo un conjunto muy armónico, y eso unido a los grandes ventanales de cristal, enmarcados en la madera hacen un conjuno realmente bonito, además de que muchos de ellos están cubiertos de flores que . Es como una postal, como si los dueños de las casas tuviesen a sus hogares preparados para que les hiciesen una foto.

También destacar que hay muchas casas que realmente no son casas, son mansiones pues son realmente impresionantes, de varias plantas y con unos jardines muy amplios. Además es una ciudad llena de vida, siempre con mucha gente en la calle y las terrazas llenas, pero no por ello deja de ser una ciudad tranquila.

De Llanes puedo destacar, además de su arquitectura su gastronomía ya que hay muchísimos sitios para comer, a un precio bastante asequible y desde luego con platos deliciosos. Estuvimos en un restaurante que se llamaba el Mesón Clemente y comimos de menú. Lo cierto es que en ningún restaurante de la zona faltan la fabada asturiana como plato principal del menú, al igual que los escalopines al cabrales, por lo que nos dispusimos a comer ambos platos. Supongo que para quien esté acostumbrado no se sorprenderá de las inmensas fuentes que ponen para que cada uno se sirva la fabada asturiana en su plato, pero nosotros nos quedamos bastante impresionados pues pensábamos que simplemente servirían un plato a cada uno y punto. Lo cierto es que estaba todo delicioso y además se portaron muy bien con nosotros; seguro que en muchos restaurantes se come muy bien pero yo, por mi experiencia, recomiendo en el que estuve con mis amigos, todos quedamos muy contentos.

Con lo que comentaba antes de tener todo muy cuidado, hasta el detalle, hay otro ejemplo y otro lugar destacable dentro del centro de Llanes y son los famososcubos de la memoria, que no es otra cosa que la intervención artística en la escollera del puerto del artista vasco Agustín Ibarrola. El proyecto artístico consistió en convertir los bloques de hormigón que conforman la escollera en una gigantesca escultura policromada donde el artista pintó en su superficie, según su propia interpretación, el paisaje, la cultura y los modos de vida de los llaniscos a lo largo de la historia. De esta manera las pinturas son multiples composiciones que se pueden observar desde diversos puntos de vista y desde tierra o desde el mar. Una verdadera obra de arte.

 

Pero no solo en el puerto se puede disfrutar del agua, ya que Llanes cuenta con una gran cantidad de agua en su interior debido a que el mar se introduce dentro del pueblo formando una preciosa y amplia ría, por lo que puedes ir paseando e ir viendo las diferentes embarcaciones pesqueras y deportivas, así como a los peces que nadan por ella.



Entorno de los Bufones de Arenilla (Cuevas al fondo)

Además el entorno que los rodea es impresionante, porque se puede ver perfectamente el contraste del azul del mar con el verde de la montaña, además de tener una gran fauna: a cada paso nos encontrábamos caballos pastando a su aire y a pequeñas cabras tumbadas entre los recodos de las rocas. Fue una ruta preciosa y desde luego, como bien dijo otro excursionista que allí estaba, el paisaje no tiene nada que envidiar a los parajes que salen en películas de fantasía como El Señor de los Anillos, y tenía razón.



Para terminar hay otra ruta mucho más corta, de unos 20 minutos, que sale del camping hacia la cima de una las colinas verdes en las que está y desde allí, siguiéndola hacia abajo se llega a otra playa, no es para bañarse desde luego, pues no es de arena, sino de piedras. Pero desde allí se puede ver el atardecer y ponerse el sol… un espectáculo que desde luego corta la respiración. Desde el camping se puede ver el atardecer pero hay un acantilado que sobresale e impide ver el sol ponerse, por lo que solo se ve el cielo teñirse de los rosas y naranjas propios del atardecer, pero con esta ruta bordeas hacia el otro lado y se puede contemplar una hermosa puesta de sol que desde luego no tiene desperdicio.

Puesta de Sol

Con todo esto no tengo mucho más que destacar de mi estancia en Asturias, solo que espero volver porque es preciosa esa tierra tan verde. Es estar rodeado de una gran cantidad de riqueza natural y cultural… realmente nunca sobra el tiempo allí, siempre hay cosas que ver y que descubrir. Cada rincón es toda una nueva experiencia, o sino es nueva por lo menos tan asombrosa y bella que te parece como si lo volvieses a estar viendo por primera vez.

 

 

Lunes 6 de agosto de 2012


PEDRO BERNARDO: UN BUEN DESTINO PARA UNA ESCAPADA RURAL

 

Panorámica de Pedro Bernardo

Hoy quiero hablaros del pueblo en el que he pasado esto primeros días de agosto: Pedro Bernardo, en Ávila, un lugar acogedor y tranquilo donde algunas de las tradiciones rurales se mantienen en medio de un lugar apartado en la ladera de una montaña. Es un lugar con el encanto típico de los pueblos, pero además de ello tiene unos rincones realmente acogedores rodeados de vegetación que demuestran el gran cuidado que las gentes del pueblo ponen en sus viviendas: balconcitos de madera restaurados pero que mantienen su forma original, pilones de agua de montaña en cada esquina, carreteras estrechas, aceras aún más pequeñas…  y todo ello bajo la sombra del Risco de la Sierpe, situado  en las estribaciones del Macizo Oriental en la Sierra de Gredos, que permite unas vistas siempre del verde monte del pueblo.

Gracias a su altura el pueblo domina sobre el valle dejando una hermosa panorámica del mismo y de los Montes de Toledo que ha sido denominado Mirador o Balcón del Tiétar. Las vistas se pueden apreciar desde diversas ubicaciones como la iglesia, varias terrazas de las casas y El Rollo (el parque del pueblo hecho mirador).

Como todo pueblo tiene su ayuntamiento, su plaza central con un pilón (en este caso de 4 chorros), la plaza de toros y la Iglesia. Cada uno de ellos juega un papel indispensable en las fiestas que se realizan.

Desde el ayuntamiento se lee todos los años el pregón de las fiestas y multitud de peñas se amontonan alrededor del mismo para oírlo e inaugurar todos juntos las celebraciones. En la plaza central, además de los bares donde se amontona la gente, está el pilón en el cual acaban la mayoría de los jóvenes de las peñas, tirados por sus amigos y compañeros. La plaza de toros es el entretenimiento fundamental del pueblo en fiestas; el aparcamiento que es fuera fechas señaladas para tales eventos (mediados de enero, agosto y septiembre) se convierte en escenario de grupos musicales típicos de las fiestas y de festivales taurinos entre los que están las corridas tradicionales y también la vaquilla en la que los jóvenes prueban su “valía” saliendo delante del animal. Por último está la iglesia de donde salen las diferentes procesiones con sus santos. En el caso del verano, en agosto, la fiesta es la de San Roque y el pueblo saca a la figura del santo por las calles del pueblo.  

De derecha a izquierda: el ayuntamiento, el pilón, la plaza de toros y la iglesia.

Diferentes rincones con escaleras del pueblo.
En el interior, además de los lugares que todo pueblo tiene, están las casas con venta de productos naturales recién cogidos de las huertas en sus puertas y también con las balanzas antiguas al lado para pesarte lo que desees. También hay multitud de callejuelas y escaleras muy empinadas, solo aptas para buenos pulmones que sin embargo la gente del pueblo se recorre sin miramientos. Cada rincón del pueblo sorprende y en cada esquina se encuentra un lugar hecho casi para seres diminutos por los que se entra a duras penas pero que comunican unas calles con otras del pueblo.
Taller de Cuero El Patio.
Como reclamo turísctico además se puede encontrar un taller del cuero llamado Taller de Cuero El Patio, llevado por un chaval joven donde se venden cinturones, correas para la guitarra personalizadas y bolsos de piel, colgantes, máscaras de cerámica y toda una serie de productos hechos artesanalmente que hacen que llevarse un recuerdo sea imprescindible.
Dentro del pueblo hay varias casas decoradas con estos productos artesanales haciendo que queden con mucho colorido; de esta forma se confirma a cada paso que el encanto se puede encontrar en cualquier rincón.

Desde el mirador del Rollo que hemos mencionado antes, llamado así porque aun conserva el monumento de piedra que antiguamente se construía como marca de que eran villas con independencia jurídica-administrativa, se pueden contemplar las vistas de todo el valle y del pueblo dependiendo desde el punto en el que se mire. Con una gran explanada con árboles  y bancos de piedra y de madera  y un bar para tomarse unos pinchos, unas hamburguesas o helados y cervezas El Rollo es un punto de reunión de jóvenes y adultos donde pasar las tardes y las noches. Es el mirador por excelencia del pueblo y sus vistas dominantes sobre el valle son impresionantes, así como las del pueblo.

Vista panorámica del Valle del Tietar desde El Rollo

Vista panorámica de Pedro Bernardo desde El Rollo

En El Rollo se puede encontrar el Hostal El Cerro, recién reformado con preciosas habitaciones en madera con pequeñas terrazas convertidas también en un perfecto mirador del pueblo y del valle que lo rodea. Con distintos tipos de habitaciones, desde simples hasta verdaderas suites con jacuzzi se puede decir sin mentir aquello de que “en la variedad está el gusto”. Se puede coger también la habitación con desayuno incluido en cuyo caso se recomiendan las tostadas con mermelada o con tomate natural que, desde luego, son fantásticas y recomiendo tomarlas en la terraza del hostal, que también posee unas magníficas vistas.

Si lo que buscáis es un plan para dos, en plan parejita o un plan familiar de cuatro es vuestro sitio. Sin embargo si buscáis una escapada más amplia, con amigos por ejemplo, otro sitio donde quedarse es El Rincón del Duende, una casa rural cuidada hasta el detalle, con cabida para 12 o 16 personas con amplias habitaciones, en madera, jardín, barbacoa y, para los frioleros, un jacuzzi climatizado que da a una terraza con vistas al valle. Un lujo desde luego de sitio, muy bonito y a buenos precios. A pesar de no haber estado alojada solo por lo bien que pinta lo recomiendo al 100%.
 

A la izquierda la casa rural por fuera. A la derecha el jacuzzi interior.

Arriba la entrada al camping.
Debajo la Piscina Garganta La Eliza.

Otro sitio para alojarse es el Camping Balcón del Tiétar, que se sitúa a las afueras del pueblo de camino a la garganta de La Eliza, a unos 20-25 minutos andando. Su situación, algo incómoda si no se va con coche, tiene de ventaja su gran belleza y tranquilidad al estar situado en medio de un paraje natural precioso, entre montañas, cerca de múltiples senderos para los apasionados del senderismo y de la marcha por la montaña. Las instalaciones del camping disponen de un restaurante, una piscina y múltiples parcelas y bungalows para alojarse.

La garganta de La Eliza es de aguas muy frías y claras y dan a parar  a una piscina natural, completamente gratuita, con un bar al otro lado del río. La piscina pocas veces tiene más de 5 bañistas a la vez ya que sus aguas son realmente frías y cuesta meterse, aun así los fines de semana del verano siempre tiene gente tumbada al sol.  El paraje es precioso y tanto la bajada como la subida al pueblo por la carretera desde ella tiene unas vistas preciosas y varias fuentes de agua potable de garganta donde irse refrescando.

Chacro El Hornillo

Más arriba de la garganta, por un sendero de tierra apto para los coches, se puede ir subiendo hasta las gargantas de montaña, a penas explotadas y con un paraje que deja la boca abierta. Se ha se subir hasta un desvío y una vez allí tirar hacia la derecha; aunque si es cierto que por ese camino aun se puede llevar el coche el camino está bastante peor, además de que es estrecho y está rodeado de vegetación, por lo que yo no lo recomiendo.
Tomado el sendero de la derecha hay que seguirlo hasta la siguiente desviación, donde se encontrarán unas  barandillas de madera donde unas tirarán hacia arriba y otras hacia abajo. Las que van hacia abajo conducen a una serie de cascadas, la única accesible es el Charco del Hornillo, una cascada de gran belleza en el rincón de la montaña rodeada de flores y plantas que crecen gracias a la humedad de la roca. El charco redondeado por la caída del agua invita al baño ya que tiene una gran profundidad gracias a la fuerza del agua al caer (hace ya varios años los jóvenes saltaban desde lo alto de la cascada al charco), pero no se debe ceder a la tentación pues es un charco peligroso, donde no se ve el fondo ni se aprecia y donde la fuerza del agua combinada con unas cuevas submarinas que hay debajo de la roca pueden provocar cambios de corrientes hacia dentro, lo que sería mortal para el bañista. A pesar de no haber cartel que lo prevenga la gente del pueblo suele avisarlo a quien se encuentra en la poza pues ha habido más de una mala noticia surgida del Hornillo. Quitando su mala reputación es un sitio verdaderamente precioso, perfecto para fotografiar y sentarse en una roca con los pies metidos en el río fuera de la poza a descansar. Uno de los reclamos turísticos del pueblo sin ninguna duda.
Poza La Cazuela
La otra poza se llama La Cazuela, está subiendo el otro camino y dejando El Hornillo a la derecha, es más, se pasa por encima de la piedra por donde cae el agua y por donde los chicos se tiraban al charco. Subiendo pues hacia arriba y tirando siempre hacia la derecha se llega a un sendero que bordea el rio desde arriba y en unos 15 minutos desde el anterior charco se llega a esta otra poza donde esta vez si el senderista puede descansar con un merecido chapuzón en una poza con las aguas transparentes, donde se ve el fondo y tiene partes en las que no se hace pie, muy fría, eso sí, pero igual o más tentadora que la anterior.
Dejando de lado la montaña arriba, hacia abajo y siguiendo el río se encuentra La Avellaneda, una serie de fincas con casitas de cuento como la de la foto que pongo aquí a la izquierda.
Hechas de madera y piedra, con generadores si se quiere tener luz, chiquititas y rodeadas de animales son verdaderas casitas de cuento de hadas, rodeadas de vegetación y flores donde, quedándose en silencio, se oye el constante murmullo del agua.
Pero las propias casas del pueblo no se alejan de las casitas de cuento que se pueden encontrar en medio de la montaña. Con sus balcones llenos de flores, sus colores y sus fuentes crean verdaderos rincones dignos de ser convertidos en una postal. Aquí os dejo algunas de esas casitas que se encuentran en sus calles:
Diferentes espacios y casas del pueblo.

En las calles y carreteras del pueblo es donde se da el mayor contraste entre el mundo rural y tradicional de toda la vida que sigue manteniéndose en el pueblo y el avance que las nuevas construcciones y remodelaciones suponen para el pueblo. Lo que está claro es que impresiona ir por la carretera dando un paseo o por las calles del pueblo y encontrarse a caballos amarrados a las puertas de las casas, carros tirados por burrillos o a las personas mayores viniendo del campo sobre sus mulas y burros cargados de heno o de los productos de sus huertas. Sin duda en lugares como Pedro Bernardo uno puede reencontrarse con sus raíces.

Pero si también quieres alejarte de la ciudad para hacer actividades de riesgo Pedro Bernardo también te gustará pues hay saltos desde el Risco en Parapente y Ala Delta. Tanto si eres piloto como si eres novato puedes probar esta experiencia. La “oficina” se sitúa en El Rollo y desde allí se puede contratar los vuelos. Una gran experiencia sin ninguna duda y si no quieres volar pero aun así te gusta verlo podrás contemplar como en las fiestas el cielo está cubierto de Parapentes y Ala Deltas, llenando el cielo con sus colores.
Aquí os dejo la información que necesitais para llevar a cabo esta aventura.
Patatas al Caldero.
Para terminar hablaros algo de la gastronomía de la zona en la cual, además de los productos naturales ya mencionados, destacan las Patatas al Caldero y Calderetas que en fiestas se preparan en las puertas de las casas y todo el mundo, con su cuchara en la mano, puede ir pasando por las calles y, al encontrarse a las gentes del pueblo y sus calderos de patatas recién hecha, puede probarlas. Es una tradición que se practica desde hace mucho y por ello es uno de los platos más destacados de este lugar. Estas patatas están hechas al pimentón y con pimiento rojo de tal forma que la patata quedaun poco caldosa y muy rojiza. También se le puede añadir guindilla roja si se desea con la intención de darle un toque aun más picante. Son muy sabrosas y un manjar que se debe probar si os animáis a ir (aunque quizás el verano no sea la mejor época para tomarlas).

Si queréis llegar a este pueblecito aquí os dejo cómo llegar en coche, aunque también está la opción de ir en autocar. La compañía con la que yo viajé se llama Samar, con ella hay algunos autocares que suben hasta el pueblo aunque son pocos, la mayoría van hacía Lanzahíta, el pueblo siguiente.


Es un lugar precioso, rodeado de verde que no podéis dejar pasar si queréis hacer una escapada rural bonita donde, con todas las comodidades, podáis disfrutar de la vida del campo, rodeados de naturaleza. Pedro Bernardo es de esos lugares mágicos que dejan huella, sus gentes, sus paisajes, su gastronomía… es un paraje cultural lleno de riqueza que desde luego, sin olvidar que sigue siendo un pueblecito, no defraudará al más exigente.

Sábado 30 de junio de 2012


DANZA DEL VIENTRE EN @NIMARTE

Un espectáculo de música, danza y color

Después de casi un mes sin dar suministros al blog por exámenes y sus consecuencias como no ir a ningún sitio o falta de lecturas, falta de visionados de cine… ayer, viernes, salí a ver un espectáculo de Danza del vientre del grupo Almunshakeen, baile que he practicado sin mucho éxito pero que nunca había visto representar fuera de las habitaciones de baile y que, sinceramente, durante esta actuación me gustó mucho.

El lugar donde se practicó fue @nimarte Espacio Joven, un local dedicado a animar a la juventud a expresar su talento en público que está situado muy cerca de la parada de San Fernando de Henares. Sin duda una gran iniciativa para que los artistas, bailarines, músicos, etc.  se den a conocer  e investiguen ese ambiente.

El espectáculo de baile que empezaba a las 21:00 en si mismo duraba media hora pero iba acompañado de magia por lo que en total duró una hora y, tras el baile, también hubo un concierto de música pop por parte de dos jóvenes: Javi y Alexis. El primero, a manos de su guitarra, cantó un par de canciones en solitario antes de que se uniese su compañero y en ellas se apreció perfectamente una voz limpia y bonita, con una entonación más que aceptable.

También había entretenimiento para los más pequeños que desde las 19:30 podían disfrutar de juegos de pista y juegos gigantes (un castillo hinchable) en el espacio entre la terraza de @nimarte y la Escuela de música y danza, todo ello acompañado de te gresco a disposición de quien gustase. También se hizo dentro de @nimarte una exposición fotográfica de algunas de las actividades de este curso. La idea de este Espacio Joven, con estas actividades de acceso completamente gratuito y libre, era hacer una festividad a la llegada del verano y fin de las clases

Alberto Asecas en la terraza de @nimarte
No sé si debía a que se celebraba la llegada del verano pero el hecho de que el espectáculo se realizase en la terraza planteaba dudas sobre si el sitio estaría preparado para eventos como este tipo de exhibiciones. Con todo consiguió reunir a un pequeño grupo de personas de diferentes edades, aunque predominaban los niños en torno al escenario montado.  Si bien es cierto que los trucos de magia dirigidos por el, vamos a llamarlo mago, Alberto Asecas dejaban mucho que desear hicieron reír a los más pequeños,  aunque los aplausos fueron mermando a medida que realizaba sus, también vamos a llamarlos, trucos.

Lo que era la estrella y expectación de aquella festividad eran las cuatro bailarinas de danza del vientre del grupo Almunshakeen: Ingrid, María, Rocío y Jaded.

La actuación se dividió en siete bailes donde las chicas salieron solas o en parejas con distintos trajes a hacer su número y fueron realmente increíbles. En el primero se notaba el nerviosismo pero según se fueron metiendo en la música y la danza las actuaciones resplandecían por si mismas.

En el primer baile salieron María, Rocío y Jaded de rojo y dorado con una vela en cada mano, consiguiendo un aire mágico que se entremezclaba con los movimientos de sus faldas y el hecho de que fuese al aire libre también le daba su toque, pues así con el viento sus faldas vaporosas oscilaban y recalcaban la sensualidad de los movimientos.


De derecha a izquierda Jaded, María y Rocío

En el segundo baile salió Ingrid sola con un vestido en dorados y negros y con un bastón, lo que se conoce como un Saidi. Fue un baile con mucho más movimiento que el anterior, más rápido y con más ritmo y francamente quedó perfecto, al menos a los ojos del público, ya que cada movimiento parecía grácil y preciso.



El tercer baile también fue en solitario y lo llevo a cabo Rocío, que no vestía de la manera típicamente oriental, sino con un vestido corto de lunares. Sin embargo su toque oriental era una Melaya, un gran pañuelo negro que acompañaba todos sus movimientos y que también le daba nombre al tipo de baile que hacía. Fue un baile diferente al resto, pero no por ello fue menos bonito.



El cuarto baile también fue un solo de Jaded quien bailó con una falda rosa un baile de grandes contrastes entre unos movimientos lentos y sensuales durante la estrofa musical pero marcando un gran ritmo durante el estribillo, mediante varios giros consecutivos. Dinámico y hermosos Jaded se movía con unos movimientos fluidos y serenos que gustaron mucho a todos los espectadores.

El quinto baile también fue en solitario. Ingrid, quien hizo el primer solo de la noche, nos engatusó con un juego de color entre el rojo y el blanco realmente hermoso. Su habilidad para combinar sus movimientos con los giros del pañuelo que usaba como contraste y gracia para su baile denotaban un gran talento.



El sexto y penúltimo baile lo llevaron a cabo María y Rocío y deleitaron a todos con un baile donde el objeto que acompañaba sus movimientos era un sable. Un ejercicio de gran dificultad que sin ninguna duda ellas supieron hacer y presentarlo con toda naturalidad como si fuese tan fácil como respirar. Con una música rítmica bailaron con los sables y llevaron a cabo un gran espectáculo marcado por los juegos de equilibrio de ambas chicas.

Rocío y María

Por último se cerró la actuación también con un dúo donde Ingrid y Jaded hicieron un baile de Tribal Fusión. El término Tribal Fusion se utiliza para describir un estilo que incorpora elementos de diferentes bailes étnicos (como el hindú, el flamenco, las danzas africanas, etc.) En otras palabras, se pueden incorporar elementos de varias danzas, pero, se denomina Tribal Fusion porque la mayoría de los elementos básicos que definen la Danza Tribal, son los que predominan en la ejecución del baile. Los movimientos de ambas se entremezclaron de una manera muy armoniosa e introdujeron ejercicios de flexibilidad que dejaron al público muy impresionado. Sin ninguna duda fue una gran actuación final que gustó a todos y cerró de manera perfecta la sesión de baile.







Sin duda estas chicas son todas unas artistas en la Danza del Vientre y poco a poco, sacando todo el tiempo que pueden de su vida diaría, siguen practicando este tipo de baile, pues lo importante es seguir haciendo lo que les gusta y enamorando a la gente con sus movimientos. Puede que haya personas que piensen que hay que regular la danza oriental para que solo bailen las mejores pero desde luego yo considero que para fomentar la cultura y el arte hay que ser constante, da igual que lleves dos meses o dos años bailando, o pintando, o haciendo fotografía… practicando y día a día, con actuaciones como las de estas chicas y como las que fomenta @nimarte son las que hacen que las actividades a favor de la cultura y del arte se mantengan.

Aquí os dejo el enlace al blog de la bailarina Jaded, donde encontrareis entrevistas, reportajes y fotografías  sobre la Danza del vientre. 

 

 

Jueves 31 de mayo de 2012 


UN AÑO MÁS LLEGA A MADRID EL MAYOR FESTIVAL DE BOLLYWOOD DE EUROPA


Lavapiés acogerá el 1, 2 y 3 de junio el  V Festival de Bollywood y cultura India de Madrid



A partir de mañana viernes y hasta el domingo, tal y como lleva haciéndose desde 2008, en Lavapiés (Plazas de Agustín Lara, La Corrala, Lavapiés y en el Centro Sociocultural Lavapiés) se acogerá El Festival de Cultura India de Madrid, BOLLYMADRID 2012, que va ya por su quinto año consecutivo y que este año contará con la presencia de artistas procedentes de España, Inglaterra, la India y Bangladesh. Una vez más esta industria cultural que abarca música, ropa, gastronomía, cine y, sobretodo, baile demostrará, como en los festivales anteriores, que sabe dejar huella y lo hará juntando a las más de 30.000 personas que se esperan “pletóricas de energía y dispuestas a bailar al ritmo de Bollywood”.
Es sin lugar a duda un intercambio cultural que no pueden dejar pasar los amantes de las tradiciones y nuevas costumbres indias, en definitiva, para los amantes de la diversidad cultural que recorre el mundo.
El escenario mágico y lleno de movimiento viene condimentado con grandes artistas dispuestos a enseñar a todo el que quiera el estilo de las grandes estrellas indias y también otros tipos de baile como Folklores de Punjab, el clásico Odissi mezclado con moderno, danza Maharashtri, también una danza clásica típica del sur de la India… todo por el mero interés de integrar a las diversas culturas a través del baile.
Como uno de los múltiples platos fuertes en el certamen no faltará el sello de calidad de la mano de la Compañía y escuela de Víctor Ullate, que llevará a cabo varios números preparados específicamente para este encuentro para el segundo día del festival: sábado 2 de junio.
Vinatha Sreemrakumar
Los artistas son excepcionales, el movimiento cultural que se promueve en el festival también y por lo tanto sus participantes podrán apreciar toda la belleza que se encierra en la India de manos además de Vinatha Sreemrakumar, Miss India Spain, que será la encargada de presentar las actuaciones de BollyMadrid 2012.
De este modo, de una forma complemente gratuita para los asistentes BollyMadrid reúne por quinto año consecutivo las novedades del cine, moda y danza de la India. No os perdáis esta cita multicultural en la que el entretenimiento y la diversión están aseguradas.

 Sí quereis acceder a la página oficial y obtener más información pinchad aquí.
Y también os dejo la programación de los tres días del festival:
          - 1 de junio
          - 2 de junio
          - 3 de junio



Martes, 15 de mayo de 2012


VISITANDO EL EXPOMANGA 2012


 

Un año más decimos adios a la Feria del Manga madrileña

Este último fin de semana hemos podido disfrutar en Madrid de otra edición más del Expomanga  que reune cada año a los fans de lo oriental, el manga, los cómics y los videojuegos en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo. La conocida Feria del Manga cerró sus puertas el pasado día 13 hasta el año que viene pero en el tiempo que ha estado abierto ha relucido con sus colores propios de los numerosos cosplays donde destacaron los típicos atuendos de Naruto, Final Fantasy, Dragon Ball y One Piece, pero también, aprovechando el reciente estreno de Los Vengadores, hubo quienes aparecieron caracterizados como sus héroes favoritos.
Este año las fechas elegidas han sido el 11, 12 y 13 de mayo que han conseguido, en conjunto, reunir una gran afluencia de público: más de 30.000 visitantes. EL motivo de esta afluencia ha sido posible tanto por sus grandes ofertas en artículos del mundo del manga disponibles para satisfacer las necesidades de materia prima de los más frikis o, simplemente, de los aficionados, como por sus stands de videojuegos o sus exposiciones principales, que este año han corrido a cargo de Tsuneo Sanda y a una conmemoración de los “Veinte años de Bola de Dragón en España".
  

Respecto a este último hay que destacar que la feria del manga ha hecho una exposición con varios dibujos y laminas de algunos dibujantes famosos como Víctor Santos o Alfonso Azpiri, entre tantos otros, pintadas en diversos estilos y haciendo, a través de ellos, versiones propias de la serie y sus personajes e incluso también versionando otros como Don Quijote de la Mancha, siempre a través del mundo de Dragon Ball.

También se podían encontrar entre las láminas algunos bocetos originales de los animadores que dieron vida a la serie manga a través de la televisión.  Con esta amplia expansión del mundo de Dragon Ball no es de extrañar que todos los stands tuvieran algún tipo de referencia a la gran serie y que, aunque suele ser típico,  en la feria de este año los personajes de esta serie destacaran sobre el resto.
En la otra gran exposición, dedicada al ilustrador Tsuneo Sanda, podemos contemplar algunas de las obras que este genio ha realizado del universo Star Wars, principalmente, y de otros grandes personajes que forman parte de la cultura popular universal como los personajes de Disney. En este exposición las láminas, firmadas y numeradas, se podían comprar por 200 euros, sin marco eso sí, y alguna de ellas, como la que reunía  a todos los personajes de Disney, el propio viernes por la tarde ya se encontraban con dueño. El color y la luminosidad son las características de estas láminas que sin duda atrajeron a un gran número de público por su firmeza en el trazo y su esmerada adaptación.


A parte de los stands de mangas y figuras, también se podían encontrar tres stands dedicados a los más golosos. Todos destacaban por el número de personas que se acercaban a ellos, pero cada uno tenía sus peculiaridades: el de gominolas destacaba por el tamaño de estas donde se podían encontra los famosos huevos fritos o las ricas coca-colas del tamaño de la mano. El puesto de granizados destacaba por su múltiple colorido, con un montón de fuentes de granizado amarillas, moradas, rosas, verdes, marrones, rojas... que giraban y giraban sin descanso. Y por último el puesto con las fuentes de chocolate  donde el dulce líquido de tres sabores: negro, con leche y blanco fluía sin parar.

Por último, también se podía encontrar otro stand en el que todos los que deseen imitar a sus personajes favoritos o simplemente pringarse de sangre pueden cumplir su sueño  gracias a Daju, un profesional del maquillaje, que maquilla y caracteriza al gusto de quien quiera  sin coste alguno. Es muy típico en estas ferias ver a gente con heridas hechas con maquillaje y si, hay un culpable, pero por muy reales que parezcan no dejan de ser un trabajo bien hecho y quien quiera formar parte de él y que le pinten o maquillen deberá seguir el rastro de sangre falsa hasta la enorme cola que sin duda tendrá que esperar para poder hacerlo.
A todo esto hay que sumarle las clásicas firmas de comics de mano de los autores, zonas dedicadas a grandes juegos en grupo, karaokes, concursos de cosplay, talleres de dibujo o manualidades y exhibiciones de consolas y videojuegos  para lograr completar la esencia del Expomanga 2012 que sin duda, un año más, ha sido un gran éxito.

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