jueves, 20 de diciembre de 2012

LA NAVIDAD COMO CULTURA UNIVERSAL


La Navidad esconde cultura y tradiciones. Detrás de cada fiesta hay una costumbre que ha pasado de generación en generación.


La amplitud en la mirada hacia otras culturas nos ayuda a entender el porqué se han ido tomando caminos diferentes en los respectivos puntos que cada país compartía hasta convertirlos en una tradición diferente aunque siempre, o en la mayoría de los casos, con un transfondo similar. Uno de esos puntos en común que se ha ido desarrollando en diferentes vertientes según el país, su cultura y su historia, es la Navidad, como celebración y fiesta que trae consigo la llegada de un nuevo año.
Desde que se nace la Navidad existe para todos, según creencias, culturas y lugar de procedencia, aparece presente en la vida de las personas, de una manera o de otra.

En los retazos de nuestra historia, de nuestras culturas humanas, aparece la Navidad reflejada con distintos nombres y distintas costumbres pero con un transfondo de fiesta y celebración. Aunque hay que destacar que en algunas culturas estas celebraciones religiosas y populares no se relacionan con nuestro concepto español de Navidad ya que tienen una evolución  diferente a la que ha tenido esta festividad en nuestro país. Así    pues, bajo el punto de vista acostumbrado a las típicas Navidades de Misa del Gallo, Papa Noel y Reyes Magos, otras costumbres dadas en las mismas fechas, en otros países, se convierten en tradiciones desconocidas, alejadas de nuestro concepto de fiesta navideña, enajenadas casi de nosotros como todo aquello que no conocemos. En este post lo que se pretende es acercar esas culturas navideñas diferentes a las nuestras para que no sean tan desconocidas.


Lo primero sería hablar de la geografía de cada lugar ya que esta también tiene un papel fundamental en la Navidad puesto que, mientras que aquí se desarrolla en pleno invierno, en lugares como Australia se desarrollan en verano. Hay que destacar además que la geografía marina también tiene mucha importancia en las fiestas navideñas de algunos lugares como Brasil, donde juega su papel la diosa de los mares Yemanjá.
Así cada lugar, a partir de lo que le rodea, crea un ambiente navideño diferente al de otros lugares.

GEOGRAFÍA: FUEGO Y AGUA PARA PURIFICAR LAS FIESTAS


Fiesta navideña en Brasil
En algunas culturas como en India, la navidad se celebra en fechas similares a las nuestras pero sin embargo el año nuevo no se celebra hasta el 20 de abril, que se conmemora con grandes hogueras y un ritual acuático ya que ese día millones de peregrinos se bañan en el Ganges o en pozos y estanques considerados sagrados.

El agua, como ya se ha mencionado, también tiene mucha importancia en Brasil  donde miles de pequeños  barcos con velas encendidas y  llenos de flores y regalos son lanzados  al mar por una población vestida  de blanco o del color del santo  del candombé (identidad cultural mestiza) que va a reinar durante  el año entrante, mientras bañan en  el mar sus pies desnudos. Si la marea  se los lleva es un buen presagio, ya  que significa que Yemanjá, Diosa  de los Mares, bendice el nuevo año.

Amigos en Australia celebrando la Navidad. De BekiaNavidad

El mar también es muy importante en  Australia, pero su importancia no es  sagrada sino que, debido a las buenas temperaturas de ese país, muchas familias celebran las navidades con picnics en la playa, incluso el propio Papa Noel cambia y abandona su sombrero y abrigo rojo, presentándose a lo marinero con un sombrero, camiseta de  tirantes azul marino y amplios pantalones cortos en plan pesquero; que es conocido como Swag man.

La contraposición a este elemento como centro de toda celebración esta en Noruega, donde es el fuego y no el agua el que juega un papel fundamental ya que los noruegos asocian la Navidad con la luz de las velas y el fuego en un rincón de la casa.
También en Alemania es muy importante ya que él último día del año se queman castillos para ahuyentar a los espíritus malignos en honor a San Silvestre, a favor del cual también corre la bebida.

Fiesta navideña en Japón
El quemar cosas como señal de limpieza y pureza para el año que llega está presente también en la cultura japonesa pero sin fuego, ellos saldan sus cuentas pendientes y limpian sus casas y enseres, llegando a veces incluso a renovar el vestuario el último día del año. Esto está marcado por la tradición y después de esta limpieza (que se hace de manera especial) se reúne la familia para cenar las típicas tazas de fideos que son símbolo de longevidad, además muchos japoneses permanecen despiertos toda la noche esperando al amanecer para poder ver el primero del año y después van a un santuario para pedir felicidad, prosperidad y suerte. Esta fiesta se conoce como Omisoka o Gran Día Final del Año y en ella se hacen regalos, donde el más tradicional es el Oseibo, que suele contener alimentos variados. Esta fiesta es muy importante, al contrario que la simple época de la Navidad, ya que para ellos es puramente comercial y sus calles son decoradas a lo europeo o americano por mímesis con Occidente. Sin embargo la Nochebuena es para ellos el nuevo San Valentín y los enamorados salen juntos a cenar. Tanto tiempo lleva esta nueva forma de celebración que se ha creado una leyenda: si el enamorado se declara ese día la relación ira muy bien y la pareja vivirá feliz y comerán perdices para siempre.

Representación de Las Posadas
En México se sigue un poco la tradición japonesa y las casas se barren el último día del año para que la suerte entre limpia en ellas. Esta costumbre se realiza el último día, pero en él la celebración que se conmemora es el servicio litúrgico de la Misa del Gallo, la cual también se celebra en Nochebuena; vamos, que por decirlo así tienen dos Misas del Gallo, la primera se realiza antes de la media noche y después de la misa es cuando se celebra la tradicional cena; la segunda, como ya se ha dicho, se celebra la última noche del año.
Además de esta curiosidad en la Navidad mexicana se puede destacar que en este país latinoamericano los festejos comienzan 9 días antes de Nochebuena: el 16 de diciembre  y lo hace con Las Posadas (imagen de arriba a la derecha) en conmemoración al difícil viaje que San José y la Virgen hicieron a Belén sin encontrar una posada ante el nacimiento de Cristo. En esta conmemoración las familias se turnan cada noche y celebran una posada en su casa; por lo que son, con diferencia, los más hospitalarios en lo que respecta a las demás culturas en el desarrollo de la celebración Navideña.

FECHAS NAVIDEÑAS, FIESTAS DIFERENTES

Por último, hay dos culturas para las cuales el mes de Diciembre es importante, pero por motivos prácticamente ajenos a la Navidad.
Una de ellas es la cultura judía cuyo mes de Kislev, al que se le otorga el nombre de “noveno mes” y que es el último del otoño (boreal),  es paralelo a los meses  occidentales de noviembre y diciembre.

Festival de luces o Hanukkah
En este mes el día 25 para ellos no tiene que ver nada con nuestra celebración del día de la Navidad ni aun cuando caiga en Diciembre. El día 25 mientras la familia aquí se reúne para comer, allí los judíos celebran el “Festival de las luces” o Hanukkah. Se trata de una fiesta de ocho días donde el pueblo judío recuerda la rebelión, la lucha y la victoria contra el reinado sirio cuando este les prohibió practicar su religión imponiendo su cultura. Los ataques de la rebelión duraron 3 años hasta que ocuparon el Templo en el Monte Moriah, recuperándolo. En él encontraron apagado el candelabro de ocho brazos y nueve velas que siempre estaba encendido y con una pequeña botella de aceite lo encendieron. El aceite consiguió mantenerlo encendido ocho días y el hecho fue considerado un milagro, por lo que su fiesta dura exactamente los mismos días que se mantuvo encendido. En ellos las familias juegan a la Dreidel, o Perinola (peonza) un juego de azar  que tiene un cuerpo poligonal y cada  uno de sus laterales están marcados con letras  o números, que indican el resultado de cada giro.

En recuerdo al suceso del templo, aparte de este juego, las comidas que se preparan en los días que aquí se consideran navideños, son a base de aceite, como la tortilla de patatas delgada o latke.
Para los judíos la Navidad no es importante ya que para ellos Cristo es solo un mesías más, no el hijo de Dios como en las culturas cristianas, y por lo tanto su nacimiento para ellos no significa nada; lo único que celebran en estas fechas es que consiguieron impedir que los sirios les sometieran y por tanto ganar su libertad.

Celebración de la Kwanzaa 
Algo parecido sucede con los afroamericanos, los cuales tienen una fiesta en la época navideña de occidente, pero su celebración, llamada Kwanzaa, está centrada en la renovación de sus valores culturales ancestrales  y en ella se renueva la fidelidad a ellos y se reúnen alrededor de la primera cosecha del año, por eso el nombre de tal celebración significa “Primera fruta de la cosecha”.
Está basada en siete principios fundamentales y los símbolos que la representan son diversos: los colores y las velas. Los colores son el negro, el rojo y el verde y representan a las personas, la fuerza y la esperanza o futuro respectivamente. Las velas, llamadas Mishumaa Saba, son 7 en representación de varios principios que contienen la esencia de la unidad familiar, la comunidad, la nación y la raza como primer principio, el segundo es de la autodeterminación de la propia vida y de la libertad de elección; el trabajo colectivo, la responsabilidad y solidaridad es el tercer principio, el cuarto es la economía de cooperación comunitaria, el quinto es la importancia de la creación de comunidades para preservar la cultura. La creatividad artística es el sexto y el séptimo y último es la fe en la cultura, su historia, su lucha y sus gentes.
A pesar de no celebrar la navidad como fiesta en sí, el fin de año sí que es importante para ellos, cuya celebración finaliza con una reflexión conjunta y en silencio sobre los deseos para el nuevo año que entra.

VIVENCIAS: UNAS NAVIDADES DIFERENTES

La historia de la Navidad en cada cultura es diferente, pero lo es aún más la vivencia de ellas. Lo que los libros nos dicen sobre ellas no se puede ni comparar con lo que es vivirla y saborear sus diferentes costumbres.
Janina, una venezolana de 47 años que vive en Alemania desde hace 17 vive la navidad alemana como una fiesta donde “la gente come y bebe desde temprano” y también dice que esta costumbre se acompaña con las compras de decoración, de regalos y también de especias para la cocina.

Lo más tradicional de Alemania que destaca Janina es la Feria de Navidad o Mercadillo navideño, conocido allí como Weihchnachtsmarkt, el cual está abierto desde noviembre para que coincida con la época de Adviento,  ya que para los alemanes la navidad empieza desde el primer domingo de Adviento, desde que se inicia el camino hacia el nacimiento de Jesús, “durante cuatro domingo antes del 24 de diciembre”.

Janina destaca el Mercadillo de Nüremberg por ser el más famoso, aunque afirma que el de Hamburgo “tampoco se queda atrás”. Estos mercadillos son tan famosos en gran parte por su antigüedad porque se consideran una tradición , “muchos de ellos se vienen celebrando desde hace 300 años o más” y por eso todos los años son visitados por cientos de personas para hacer las compras de navidad en estas fechas tan especiales para muchos. El hecho de que las navidades se celebren de manera tan temprana hace que el día seis de diciembre todo el mundo reciba un regalito; es el día de Nikolaus, mientras aquí los días de regalarse son el 25 de diciembre y el 6 de enero, con Papa Noel y Los Reyes Magos respectivamente.          

En cada región de Alemania por navidad lo que se come es diferente, depende de esta para que los alimentos que priman en la dieta navideña sean unos u otros. Janina nos habla de Bremen, donde ella vive y resalta como lo más típico son las salchichas con ensalada de patatas en la cena del día 24, aunque “hay gente que come pescado también” afirma.
Luego, el día 25, en lo que sería nuestra comida de Navidad, se prepara ganso o pato con col roja y patatas. Aquí nosotros preferimos el cordero, una diferencia más entre los distintos países; una forma más, diferente, de celebrar la Navidad.
El 26 es también un día festivo y algunas familias hacen otra vez una comida especial o simplemente comen los restos del día anterior” cuenta Janina, aunque otra opción, dice, es ir a un restaurante y comer allí con la familia.

Ya fuera de días específicos y de la región concreta de Bremen Janina cuenta que en toda Alemania se hacen unas galletitas durante la época de adviento, y las más famosas, destaca, son las estrellas de canela y los cuernitos de vainilla. “Hay unas galletas que se llaman Lebkuchen que se comen y se hacen de diferentes formas”, estas diferentes formas de las galletas se pueden hacer fácilmente porque la masa con la que están hechas es pan de jengibre, por lo que se pueden moldear. También, destaca Janina, “se hacen las famosas casitas, los San Nicolás...

El clima y las pocas horas de luz que tienen también afectan a la Navidad en Alemania: “Como es invierno ya a las 4 de la tarde la luz comienza a mermar y la gente pone muchas velas o lucecitas. Eso también es muy tradicional.” Cuenta Janina, hablando de esa tradición por la luz y el fuego que ya se ha destacado antes. Pero no es lo único ya que el frío no solo trae el fuego como recurso en los alemanes: la bebida navideña es fundamental allí para combatir el frío; así lo afirma ella:
¡Ah! y como hace un frío que pela, se toma vino caliente especiado, Glühwein, o el mega potente Feuerzangenbowle, que es un vino caliente especiado también pero con licor y azúcar, vease... una bomba. Tomando uno de los dos, se te quita el frío, pero un vaso del último basta para que veas ante tus ojos el nacimiento de Jesús...”

ITALIA: SEMEJANZAS NAVIDEÑAS

Así nos cuenta Janina su navidad, pero no es la única que puede contar una celebración diferente a la de España:

Tradición de los Zampognari
Simone, es un italiano de 35 años que vive en España de manera continuada, pero que siempre vuelve a casa por Navidad, “como el anuncio del turrón” se ríe.

Simone destaca que lo más típico de la Navidad en Italia es, como aquí en España, el Belén, “es una tradición nacida en Italia; aunque en italiano es "presepe", de pesebre” cuenta. También destaca una tradición que “se lleva mucho”: los "zampognari", personas que se visten como campesino o pastores y que van por las ciudades y en los barrios, incluso casa por casa, tocando la "zampogna", que es un instrumento antiguo de caña. “Creo que en España hay algo parecido, la gaita, pero no se si se utiliza igual que en Italia” dice un poco dubitativo.

Igual que en Alemania Simone destaca de Italia que, en lo referente a la alimentación, “cada región o comunidad autónoma, tiene su propia comida”, lo que sí que no varía en ningún lado, dice, es que “el 24 no se puede comer carne, bajo ningún concepto, así que las cenas son todas a base de pescado y verduras. En cambio el 25 te pones cerdo de carne” dice entre risas “especialmente de cordero”, puntúa.

Tortellini al brodo
Sin embargo en su pueblo: “Ancona, región  de las "Marche", Marcas en español”,  Simone destaca que “es muy típico comer  por lo menos dos primeros platos y uno  de ellos siempre son los tortellini albrodo,  es decir con caldo de gallina”.
Como dulces típicos destaca el Pandoro y el Panettone (este último también se come en  España). También hay una gran variedad  de turrones, pero destaca que los dulces  son como las comidas “cada comunidad  tiene sus dulces y sus postres”.
Como muy importante destaca que la  navidad, normalmente, siempre se pasa en Familia pues para los italianos esta es muy importante; “hay un refrán que dice "Natale con i tuoi, Pasqua con chi vuoi", es decir: Navidad con los tuyos, Pascua con quien quieras”.
Allí los regalos nos los trae Babbo Natale, vamos, Papa Noel, la noche entre el 24 y el 25 y los deja siempre debajo del árbol de Navidad”, cuenta; una costumbre que aquí en España es seguida por muchos. Sin embargo el 6 de enero nuestros Reyes Magos son "sustituidos" allí por la Befana, que es a menudo descrita como una anciana, que vuela sobre una escoba, pero que a diferencia de una bruja suele estar sonriente y tiene una bolsa o un saco donde guarda los regalos que después son puestos “en medias y calcetines que hay colgados por toda la casa”; un poco diferente al zapato que se pone en España, pero igual de efectivo.
Además de regalos la Befana les lleva golosinas, chocolate, y si se ha sido malo, igual que aquí, se regala carbón; “el carbón está hecho de azúcar y esta… ¡¡riquísimo!! No me importa no haber sido bueno para que me lo traiga”.

EL BELÉN: TRADICIÓN CULTURAL

Otro tema navideño importante que se pone sobre la mesa y nunca mejor dicho, es el Belén, pero no todas las culturas tienen la misma forma de construirlo.
Pero para hablar del Belén es importante remontarse a los orígenes del mismo: un 24 de diciembre del año 1223, donde SanFrancisco de Asís en Italia, concretamente en la cueva de Greccio, revivió el nacimiento de Jesús creando un culto que se extendió por todo el mundo como una costumbre de modelar nacimientos.
En Europa cobraron distintos nombres el mismo tipo de construcción: presepe en Italia, como se ha visto con Simone, Crèche en Francia y Krippe en países de lengua germánica, entre otros.

A partir de esta primera construcción, según las teorías de algunos autores, se inició el culto a la Natividad.

Este tipo de construcciones navideñas que representaban el nacimiento de Jesús se inició como una moda en el siglo XV, creándose en monasterios y oratorios a partir de grandes estatuas de madera o barro cocido en el siglo XVI. Las Agustinas de Murcia fueron las primeras que propagaron el hecho en si como una tradición, que finalmente se convirtió en hogareña, es decir, pasó de los monasterios a los hogares en el siglo XVII. Se dejaron atrás las estatuas para dar paso a las figuras más pequeñas y de múltiples medidas para que cada familia pudiese tener el belén que quería o podía permitirse: un belén hecho a su medida. El número de figuras se multiplicó prevaleciendo el uso del barro cocido como material artesanal. Se inicio un concurso que dura hasta nuestros días: quién posee el Belén más hermoso; en aquella época, evidentemente, los que competían eran los nobles y los soberanos que buscaban presumir del mejor Belén.

En la actualidad la tradición sigue constante, llegando a considerarse muy importante y siendo un objeto de valor que se trasmite de generación en generación, enriqueciéndose cada año con la compra de alguna figura o complemento nuevo; todo para mantener, por encima de cómo se haga, el sentimiento religioso, como valor casi sagrado e intocable, que se aprende en las familias religiosas desde la más tierna infancia.

El Belén se ha convertido en un mundo secreto, pequeño, donde se entremezclan nuestras tradiciones, y es que es considerado por muchos la traducción del Evangelio a todas las lenguas del mundo.
Un reflejo de esta construcción “políglota” es que el Belén no está solo en Europa sino también en los diversos países llamados del Sur, en los cuales el Belén también se convierte en un centro muy importante de la Navidad para ellos; y no solo eso, sino que su construcción, además, les puede dar un modo de sostenerse ya que muchos de estos países están amparados por ONG, las cuales venden los diferentes modelos de belenes que construyen aquí en el los países del Norte.

Igual que los españoles tenemos los puestos navideños para comprar figuritas del belén, o igual que los alemanes tienen sus mercadillos con el mismo objetivo, otro tipo de belenes, muy diferentes a los vistos en estos puestos, se presentan en las tiendas de comercio justo con diversas formas y colores, hechos con materiales diferentes y diversos, con todo lo que peruanos, mexicanos, vietnamitas, hondureños… y más culturas deferentes tienen al alcance de su mano, nunca mejor dicho, pues son belenes hechos a mano 100%.

ALTERNATIVAS: LOS BELENES DE COMERCIO JUSTO

SETEM, una ONG española, con una tienda de Comercio Justo en Madrid, es un ejemplo donde se pueden encontrar este tipo de Belenes, en todas las navidades los colores de cada tipo de Belén muestran estantes multiculturales en los que Perú, México, Bolivia, Honduras, Bangladesh, Camerún… aportan su arte a la tradición del Belén.

El más variado sin ninguna  duda es el tipo de Belén que  se hace en Perú (imágenes de la izquierda), ya que tienen diferentes tipos debido  a que reflejan la presencia del Belén en todo aquello  que les rodea y que tiene  gran importancia en su  vida; así podemos encontrar belenes  peruanos en el interior  de un volcán debido a  la gran cantidad de volcanes  que hay en esas tierras. En especial el más alto es el Misti,  en Arequipa.                                                      

También hay belenes donde se representa la música, y en vez de pastores aparecen  músicos con instrumentos  típicos de la zona, igual pasa  con el autobús, muy  importante para ellos en su  forma de vida, de tal forma que  también se pueden encontrar   belenes representados en este  medio de transporte. Los peruanos  también destacan Cuzco, pues es una ciudad muy importante  para ellos, antigua capital del Imperio Inca, que fue declarada  patrimonio de la Humanidad en 1983 por la UNESCODicho esto no es de sorprender que entre sus múltiples belenes encontremos uno denominado precisamente así: Belén Cusco, en conmemoración a una importante parte de su historia.   
  
Belén Mexicano


Pero Perú no es el único, como se ha dicho, que construye belenes: en México encontramos un Belén muy colorido, pero a la vez toscamente hecho, con mucha sencillez en los rasgos, sin entrar en exceso en los detalles ni buscando hacer tanto las texturas como en los belenes peruanos.

De Vietnam podemos encontrar belenes hechos en piedra caliza oscura (imagen de arriba a la izquierda), de un negro fuerte como la que usan para construir sus casas, encima de la cual pintan con colores vivos las formas de las figuras. 

En Bolivia, el Belén (imagen de abajo a la izquierda) se representa encima de una barca típica de allí, debido a las grandes extensiones de agua que tienen; así reflejan la importancia que tienen para ellos .

Se podría decir que sea donde sea, el aroma a Navidad se extiende y llena todo lo que le rodea, y es que, sea en familia, o en general, con los que más queremos, la Navidad es una celebración que se sitúa en la época donde termina un año y empieza el siguiente, por lo que nos hace reflexionar sobre lo vivido y sobre el bien y el mal, para desear un año más, que en compañía de los nuestros, lo bueno del año que se deja atrás sea lo peor del que llega.
Todo ello acompañado de comida, de una decoración navideña, de nuestra tierra o de diferentes culturas, y de un espíritu que llega a todos los rincones del planeta por muy diferentes que estos sean, y es que en esta época, como dijo Norman Vincent Peale:

 “La Navidad agita una varita mágica sobre el mundo, y por eso, todo es más suave y más hermoso”.


* Todas las imágenes de este post, exceptuando las del apartado de Vivencias que han sido aportadas por Janina Pérez y las de los apartados de El Belén: tradición cultural y Belenes de Comercio Justo que han sido tomadas por Lucía Berruga Sánchez, han sido obtenidas de las fuentes de imágenes de Internet. 

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