lunes, 23 de abril de 2012

EL FUTURO: ¿ENEMIGO O AMIGO DE LA CULTURA?

Lo que vamos perdiendo por el camino...


El futuro… ¿qué es exactamente? Yo diría que un montón de decisiones que se han de tomar a lo largo de la vida. Sin embargo, actualmente, el futuro lo vivimos en el presente y eso no está bien. El futuro siempre ha sido algo hacia lo que hemos mirado desde una posición distante, ahora los estudiantes tienen que saber lo que quieren hacer y lo tienen que saber cada vez más pronto, han de mirar por una futura estrategia, elegir de manera temprana, cuando aun no están formados casi ni sobre la vida, sobre cómo van a vivir la misma. La presión es innecesaria.
Los que me leáis podéis pensar que esta entrada de Blog no cuadra con el resto, que qué tiene que ver con la cultura, pero yo creo que tiene mucho que ver porque el obligarnos a tomar decisiones sobre nuestro futuro sin saber, como un tiro al aire con esperanzas de que salga bien y de en la diana, sin una expectativa segura de lo que queremos…. es jugar con la cultura, es hacer malabarismos con ella y arriesgarnos a dejarla caer, a que los estudiantes, los supuestos futuros del mundo, no sepan que hacer y se pierdan, dejando morir también parte de esa cultura propia y por tanto la del mundo, o al menos la que le habrían podido aportar a este.

Puede que no sepáis de que hablo o puede que ya sepáis por dónde van los tiros (espero que esto último) pero por si acaso me explicaré mejor con mi propio ejemplo: ahora mismo mi vida se sitúa en una encrucijada importante, estoy en quinto de carrera de Periodismo y quiero hacer un máster y doctorarme. Lo tengo claro, dicen muchos, pero yo dudo porque resulta que en lo que me gustaría especializarme es en Historia, porque me apasiona y es la Historia la que marca nuestros pasos de hoy, la que narra los de ayer y la que construirá los de mañana, o así lo veo yo. El problema es que al haber hecho periodismo tengo solo un 40% de posibilidades de entrar en un master de historia, porque cualquier estudiante recién licenciado en Historia, por el mero hecho de haber hecho la carrera, tiene una posibilidad del  60% para entrar. El problema es que como me quiero doctorar necesito un profesor que me guie, pero hay un problema: los profesores del máster de Historia no me conocen como me podrían conocer los de mi propia facultad, por lo que mis posibilidades de que alguien quiera guiarme se reducen, pues en un año tendría que impresionar y conseguir que algún maestro me guiase, y eso sin contar como de bueno o malo fuese. Entonces la solución “estratégica” que se propone es matricularme de un máster en Comunicación, en relación a mi carrera, con asignaturas de historia que impartan profesores que conozco y que amplíen mis posibilidades de guiarme en la Tesis, pero ya me tendría que olvidar de especializarme en historia de manera única, lo que no está bien, pero lo mire como lo mire es la única opción viable, también por otro motivo que aun no he mencionado: si hago un máster de Historia y no me conceden la Beca de Predoctoral (a la que aspiro) no me habrá servido de nada hacerlo para mi futuro, por lo que aquí ya también se está mostrando lo poco que vale hacer un máster fuera de tu campo, a parte de cómo formación propia: si quieres aspirar a algo mejor has de mantenerte siempre en al misma rama ¿Qué quieres más? Se siente… de cara a mantenerte económicamente no te va a ayudar, solo como riqueza propia. Puede que suene un poco frío hablar de futuro económico, pero cuando obtener cultura cuesta dinero en este mundo en el que vivimos esperas recibir algo a cambio, porque es un esfuerzo el que haces. La riqueza de nuestra propia cultura debería servir, pero en el mundo en el que vivimos actualmente esta idea ha terminado en la basura: o te mantiene o estás perdiendo el tiempo. Esa es la idea que nos han inculcado y la que nos está limitando.
Todo esto lleva a la terrible conclusión de que con 18 años, edad en la que pedí mi plaza en la universidad, tienes que saber qué quieres hacer con tu vida. Yo tendría que haber sabido que quería seguir estudiando hasta los 28 mínimo, hacer un máster, un doctorado y una tesis y no solo eso, sino también sobre qué. Pedirle eso a una chica como yo, desorientada y que eligió Periodismo porque le encanta escribir, me parece un despropósito, sobretodo porque no vivimos en una sociedad donde el futuro esté definido, más bien al contrario, el futuro es difuso y la mayoría de los adolescentes que terminan el instituto tienen una idea más o menos clara de lo que quieren hacer, pero no es una idea fija, muchos fracasan a pesar de ser buenos estudiantes precisamente porque se equivocan en su elección, o finalizan sus estudios, pero, realmente no les gusta lo que han hecho, no les motiva porque no era lo que andaban buscando. Es triste que nuestra cultura se desvalorice tanto mientras intentamos terminar algo que no nos llena, y la cultura debería llenarnos, debería hacernos sentir plenos y no seguir en ella porque es lo que tenemos que hacer, por terminar la formación que iniciamos.

Sin embargo ahora, desde mi punto de vista, es aun peor, mi problema es mínimo en lo que respecta a mi elección de futuro porque antes por lo menos podías estudiar en el instituto lo que más te gustase, sacar la Selectividad y con tu nota decidir que hacer si no lo tenías claro, pero ahora no es así. Yo estudié el bachillerato de ciencias puras: Química, Biología y Ciencias de la Tierra, pero dejé de lado la física y las matemáticas, así como el bachiller de letras o el de sociales. Mis motivos eran claros: no me gustaban ni el latín ni el griego, ni tampoco me gustaba la economía ni la geografía, por lo que… ¿para qué derivar a estas dos ramas del bachiller teniendo la química y la biología? Además en lo que yo destacaba realmente era en Lengua y Literatura y en Historia y Filosofía, pero no había un bachiller solo de esas asignatura. Así pues hice el bachiller de ciencias, me examiné, saqué una nota bajilla en mi examen de acceso a la Universidad  y con mi nota en la mano decidí que hacer: Periodismo de primera opción, Historia de segunda opción, y Filosofía de tercera, todo de letras. Elegí de primera opción una carrera que englobaba muchas ramas porque para mi saber cosas diferentes siempre me ha apasionado… no imaginé que mi pasión por querer saber de todo me iba a cerrar puertas en un futuro. Además nadie te lo avisa.
Si digo que ahora es peor la situación es porque hace cinco años las cosas funcionaban así, pero actualmente si alguien decidiese hacer lo que yo hice: esperar a tener su nota en la mano para hacer su elección de futuro, hacer ciencias puras aunque en el futuro se vaya a dedicar a las letras no podría hacerlo, de ninguna manera; actualmente si quieres entrar en una carrera de ciencias necesitas hacer el bachiller de ciencias y si quieres hacerlos de letras tienes que hacer el de letras, porque ahora va por puntos y te dan más puntuación las que hayas estudiado en el bachiller que las genéricas, como era antes. Eso quiere decir que hace 7 años, cuando yo ya estaba en 4º de la ESO con 15 años para 16 tenía que haber sabido lo que quería hacer, porque al haber hecho el bachiller de ciencias no habría podido entrar en Periodismo, ni en Historia, ni en ninguna de las que me interesaban, o lo habría tenido mucho más difícil. Por eso ahora es mucho peor. Los chicos de hoy en día necesitan saber lo que quieren ya, sin esperar, han de decidir lo que quieren con 15 años y yo, sinceramente, por entonces no era capaz ni de saber lo que querría al día siguiente, así que no se cómo habría decidido algo así, tan importante. La peor pregunta para la mayoría de los que entran en 4º de la ESO antes y ahora más incluso es ¿qué quieres hacer? Y la respuesta suele ser que no se sabe, un encogimiento de hombros. Se nos obliga muy pronto a tomar decisiones que ni siquiera sabemos qué repercusión tendrán. Se nos obliga a apostar por una vida que no conocemos y que puede cambiar, porque lo que queremos con 15 años no tiene que ser necesariamente lo mismo que lo que queremos con 20, ya más maduros, ya más estables. Obligar a alguien lleno de hormonas, que pasa por épocas de efusividad, rozando la depresión y euforia en minutos debido a la adolescencia, a elegir de lo que va a depender su futuro es cruel y si antes la presión para mi era innecesaria doy gracias de no tener que volver ahora atrás a tomar estas decisiones.
Estamos tirando la cultura a la basura, eso es lo que pasa por tener que elegir demasiado pronto, demasiado deprisa y porque nadie te diga ni te explique en qué va  a consistir tu futuro. No nos preparan para lo que nos vamos a encontrar en la Universidad, ni nos preparan para buscar un futuro, quizás se haga así para que sobrevivan los fuertes, pero actualmente el futuro sigue muy incierto: los que estudiamos no sabemos qué va a ser de nosotros, los que terminan y se licencian o se diploman, o ahora, se gradúan, estudian un máster, aparte de porque se nos ha dicho que es necesario, se hace para alargar un poco más el tiempo, el proceso de toma de decisiones, para tener más tiempo antes de decidir el siguiente paso.
No nos preparan para el futuro, no nos informan, y desde mi más sincera opinión, una estudiante de una carrera que se basa en la comunicación, yo digo que eso es tirar la cultura y todo lo que nos podría aportar algo a nuestra forma de vida, a la basura.
Me gustaría terminar con un mensaje de esperanza, pero no se me ocurre cual, así que me despediré con una cita de Sandra Carey: “Nunca confundas el conocimiento con la sabiduría. El conocimiento te ayuda a ganarte la vida; lo otro, te ayuda a hacer una vida.”
Sigamos aprendiendo lo que nos interesa sin mirar hacia el futuro, o al menos intentado no mirar hacia él. Hagámoslo por nosotros mismos, por nuestra propia cultura y sabiduría personal, lo que nos depare el futuro ya se verá, pero que al menos seamos personas íntegras y capaces de defender nuestra propia vida, independientemente del mundo que nos rodea.


* Las imágenes de este post han sido obtenidas de las fuentes de imágenes de internet.

3 comentarios:

  1. Llevas mucha razón.En mi caso a mí lo que me jode es el tema de elegir especialidad por orden de asignación según lo bien o mal que me haya ido el día del examen MIR.Eso es injusto,pero más me lo parece el hecho de que tenga que elegir en 6º qué quiero hacer el resto de mi vida laboral cuando apenas he podido rotar de 2 semanas a un mes por cada servicio,cosa absolutamente insuficiente para decidir qué quieres hacer.
    En mi caso he tenido suerte con mi elección en cuanto a estudios: de pequeña dije que quería ser médico y muchas veces intentaron desanimarme haciéndome ver que son 2 años puteada en bachiller,6 de carrera,uno empollando para el MIR,4-5 de residencia y muchas guardias,pacientes desagradecidos,noches sin dormir y una familia que quiero y voy a tener que posponer tener.Pero a los 16 años hice mi selectividad y me matriculé en Medicina porque sabía que lo quería desde siempre.
    ¿Como afronta eso el que se da cuenta más tarde de su vocación?

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    1. En ese aspecto tu eres una privilegiada :)en lo que a elegir estudios se refiere porque lo tenías claro. Hiciste la selectividad con 16 años? eres una privilegiada pues n.n no puedo evitarlo, me encantan las personas inteligentes ^^
      Lo de la especialidad ya es mas peor pero... cuando decides que quieres ser médico no sabes más o menos en que te quieres especializar no? hay algo en particular que te llama la atención de la medicina, como yo, que si trabajo de lo mio es escribiendo artículos porque es lo que me atrajo de este campo, la posibilidad de escribir... xo bueno, tu intenta aprender lo más posible y aunque lo del MIR es una cabronada seguro que sale bien y puedes elegir algo que te guste ^^

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    2. Me considero privilegiada porque siempre he sabido lo que quería hacer,no por entrar más joven en la carrera (igual que he ganado mucho,también me he perdido mucho).
      Y cuando entras en la carrera bueno,si eres hija de médicos pues normalmente sabes más o menos cómo es cada especialidad y muchas veces querrás ser como tus padres.Yo no lo soy,y hay que considerar muchos factores antes de decidirse porque por ejemplo me encanta ginecología,pero es médico quirúrgica y yo lo paso realmente mal en los quirófanos.También las hay que son muy bonitas como pediatría;pero hay que plantearse hasta qué punto tiene una la sangre fría de aceptar que va a ver morir a niños,no es lo mismo que con los adultos,da muchísima más pena cuando lo vives.
      Espero que como dices,me salga bien el MIR y pueda poner en la balanza todas mis opciones en vez de conformarme con lo que quede libre ^^'

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